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Informe especial. Derecho a la vivienda
Se va a acabar? esa costumbre silenciosa de desalojar

Experiencias de resistencia en el territorio denuncian una pol?tica habitacional centrada en los negocios entre el gobierno municipal y el sector privado. En el medio, los vecinos y vecinas de las periferias de Rosario disputan el derecho a una vivienda digna. enREDando dialog? con integrantes de la Agrupaci?n Giros Rosario y vecinos de Ituzaing? 60 bis.

Empezaron recorriendo el barrio Nuevo Alberdi. Mate por medio, comenzaron a escuchar las voces de los vecinos, lo que ellos ten?an para decir. As?, los integrantes de la agrupaci?n GIROS se encontraron con una realidad que sucumbe en cada barrio alejado del centro de Rosario: el miedo a un desalojo, la falta de una vivienda digna, la ambici?n de los sectores privados por apropiarse de m?s tierras y la l?gica de una pol?tica municipal que hace foco en la ?urbanizaci?n y los negocios.?

Son 22 familias que hace m?s de dos a?os decidieron construir sus viviendas en la zona de Ituzaing? al 60 bis. En ese momento, les dijeron que esas tierras eran fiscales. Sin embargo, desde hace unos meses, los vecinos conviven con el miedo a perder lo ?nico que tienen: la casa construida con el esfuerzo de cada d?a. Ahora, las tierras parecen tener due?o privado, la justicia dicta ?rdenes de desalojo y la Municipalidad de Rosario intenta, como puede, lavarse las manos.

Estas cr?nicas dan cuenta de una resistencia en el territorio, defendiendo el derecho a la tierra y a la vivienda digna.

I. Nuevo Alberdi

?Siempre surg?a esta cuesti?n del miedo al desalojo, que esas tierras eran privadas y que las hab?an comprado inversores para hacer un country y siempre estaba el temor latente en el barrio. A ra?z de eso comenzamos a hacer asamblea, pedir informes a la Municipalidad y al Concejo, hasta que en marzo del 2007 el barrio se inunda y ah? la Asamblea se aboca a la lucha por el resarcimiento econ?mico. Pero a los 2 o 3 d?as bajada el agua, cuando todav?a hab?a barro, ese barrial lo empiezan a caminar representantes de agentes de empresas privadas, en particular Aldea S.A, dici?ndoles a los vecinos que se ten?an que ir y que si no, iban a ir topadoras municipales y les ofrec?an montos de dineros irrisorios, y ah? comenzamos a tomar dimensi?n real de lo que se estaba proyectando sobre esa tierra?, apunta Antonio Salinas (Toni), uno de los m?s de 30 integrantes de GIROS.

En esas tierras habitan cientos de familias desde hace m?s de 30 y 40 a?os. ?Nuevo Alberdi es uno de los pueblos ladrilleros de excelencia de la regi?n?, dice Toni, aclarando que en esos territorios se producen alimentos y se reproduce el trabajo, a base esfuerzo y producci?n. ?Mucho de lo que fue el boom de la construcci?n rosarina estuvo sustentado por esos adobes que se produc?an en el barrio, lo que no sab?amos es que ese mismo adobe iba a ser, tambi?n, la sepultura de ese barrio que los produc?a?.

La zona rural de Nuevo Alberdi cuenta con m?s de 30 hornos de ladrillos y una cadena productiva, fuente de trabajo de muchas familias del barrio. ?Estas fuentes laborales van desde cortadores, baqueteadores y apiladores hasta pizadores que cr?an los caballos con los que se trabaja el adobe.? Adem?s, la cr?a de animales constituye otra de las actividades laborales de la zona.

Pero las inundaciones del a?o 2007 golpearon con dureza a las familias de Nuevo Alberdi. All?, las consecuencias por la falta de concreci?n de las obras del Canal Ibarlucea, a cargo del gobierno provincial, la debieron pagar los vecinos. La zona rural de Nuevo Alberdi est? oficialmente declarada como ?inundable y no urbanizable?, no hay servicios b?sicos como agua corriente, alumbrado p?blico y redes cloacales. ?Sin embargo, por su ubicaci?n geogr?fica y su amplitud en territorio esta zona es de gran inter?s para el negocio inmobiliario de barrios privados?. (Ver Informe en Ciudad Fragmentada).

?Esas tierras aumentan el valor una vez que est?n hechas las obras. Por un lado, se juega con el miedo de los vecinos a decir ?agarro lo que tengo y me voy?, y por otro lado, una vez que el barrio se inund?, las obras arrancan y se valoriza el terreno. Solamente con cambiar la afectaci?n del suelo ? que lo hace el Concejo Municipal- autom?ticamente el terreno se cotiza un 1000% m?s?, explica Juan Monteverde, del equipo de Giros.

Las obras, actualmente, avanzan muy lento. ?De hecho, despu?s de la inundaci?n hubo tres veces riesgo de volver a inundarse. Cuando nosotros denunciamos la especulaci?n inmobiliaria decimos que el municipio es c?mplice de esto, cuando, sabiendo que se multiplica por 1000 el valor, deja que el privado siga avanzando y esto es lo que nosotros llamamos ?desalojos silenciosos?, apunta Juan. ?Esto que significa? No existen ?rdenes de desalojo expl?citas, lo que hay, son presiones y amedrentamientos de a?os que pesan sobre las familias que habitan uno de los terrenos m?s codiciados de la ciudad.

II. El barrio, el desalojo

?El barrio Nuevo Alberdi Oeste, est? dividido en dos por el canal Ibarlucea. Hacia el Oeste encontramos la zona rural caracterizada por condiciones de extrema pauperizaci?n. Antes del canal, hacia el este, la zona urbana de mayor densidad poblacional y diferentes grados de urbanizaci?n y calidad de viviendas?, explican en sus informes, la Agrupaci?n Giros. En este sentido, Toni agrega: ?nosotros siempre denunciamos que este municipio, que se autoproclamo como la gesti?n de la vivienda social, lo que generaba era reproducir los asentamientos, porque esos vecinos que se iban por miedo, por las presiones, se iban y se quedaban del otro lado del canal, en el mismo barrio, y aun peor, esas familias que vivian en la zona rural, perd?an sus fuentes y modos de trabajo y se acrecentaba la pobreza.?

El a?o pasado, Giros realiz? un censo en la zona rural de Nuevo Alberdi. De este censo, pudieron ver que casi la totalidad de los vecinos que all? viv?an no se encontraban desocupados, es decir, casi el 90% trabajaba en la fabricaci?n artesanal del adobe, en la cr?a de animales y en el trabajo de las huertas. Sin embargo, muchas de esas familias debieron dejar su vivienda y su trabajo debido a los desalojos silenciosos instigados por agentes empresarios.

Desde el a?o pasado, los integrantes de GIROS y la Asamblea de Nuevo Alberdi ratificaron el mayor temor: la construcci?n de un mega barrio privado. ?Despu?s de desalojar a decenas de familias mediante distintos m?todos, algunas franjas del barrio quedaron deshabitadas. En ellas comenz? a verse un gran despliegue de maquinaria que empieza a poner a punto los terrenos. Empezaron directamente a urbanizar, comenzaron a cercar, abrir calle. Era la fisonom?a propia de un barrio privado. Adem?s, eso era un hecho il?cito, porque la apertura de calles debe ser aprobada por el Concejo, adem?s la zona no se puede urbanizar porque es zona rural?, explica Juan Monteverde.

Los acampes y los pedidos de reuniones con el Municipio fueron permanentes. De esta manera, los vecinos se abocaron a una resistencia en el terreno, con el fin de evitar m?s desalojos y hacer visible un gran negocio oculto tras el maquillaje de la urbanizaci?n. La presentaci?n del Plan Urbano Municipal 2007 / 2017, en marzo de 2008, fue la ?ltima prueba. ?En ese plan urbano aparece toda la zona que nosotros ven?amos denunciando, como barrio privado. Ese plan que rige los destinos de la ciudad de ac? a 10 a?os, dec?a lo que la Municipalidad ven?a negando sistem?ticamente?.

En los planos toda la Zona Rural de Nuevo Alberdi Oeste aparec?a coloreada con azul como ?Urbanizaci?n Palos Verdes?. ?Nos tuvieron que recibir y el intendente tuvo que terminar diciendo que fue un error de coloreo, lo cual fue bastante gracioso y evidente que esto estaba planificado y aprobado. Con la lucha de la Asamblea pudimos detenerlo. El sector ya estaba delimitado y comprobaba la complicidad entre el sector p?blico y privado: se cambia la afectaci?n del suelo de zona rural a urbana. Con los acampes se logra corregir y dar marcha atr?s a esto?, rese?a Juan.

III. Ituzaing? 60 bis

Florencia Sandoval lleg? de Per?, junto a su marido, hace muchos a?os. Se encontr? con la dificultad m?s grande: conseguir una vivienda. Con la ayuda de amigos, logr? alquilar, hasta que un d?a una compa?era le propuso instalarse en las tierras del barrio cercano a la Ciudad Universitaria. Agentes municipales les dijeron que los terrenos eran fiscales y que all? pod?an construir sus hogares. Levantaron ladrillo por ladrillo. El esfuerzo de cada d?a se ve reflejado en la c?lida vivienda de Florencia, cuya familia es una de las veintid?s que a fines del a?o pasado recibieron ?rdenes de desalojo dictaminadas por un juez suplente, Eduardo Arichuluaga. All? comenz? la osad?a de intentar defender lo propio, la vivienda digna.

?Es importante saber nuestros derechos. Encontrarnos con esta situaci?n de qu? ten?amos que pagar 40 a?os de impuestos que se deb?an, tener un juez suplente que firme un desalojo sin importarle nada y una abogada que representa el lado del due?o, que fue tambi?n una mujer que en todo momento dijo ?a la calle?, explica Sandoval.

Las familias encontraron el apoyo legal de los abogados de la Asamblea Permanente por los Derecho Humanos (APDH). ?Los desalojos ya estaban firmados. Hubo varias audiencias y el 5 de diciembre fueron citados funcionarios de la Provincia y la Municipalidad y no fueron. Pas? la feria de tribunales y llegamos a febrero. En otra audiencia estuvieron de la Municipalidad la Sra. Cristina Salerno y de la Provincia estuvo M?nica Gonz?lez, se presentaron supuestamente para prorrogar los tiempos. El juez lo dio para un mes y en ese mes ten?amos que desarmar nuestros ?ranchos?. El juez cre?a que ac? hab?a 6 ranchos y esto no es as?. Cuando vino la polic?a se agarraba la cabeza, hicieron un censo para ver cuantas familias y chicos hab?a, hicieron un relevamiento.?

Los d?as para las familias del barrio eran interminables. Visibilizar el conflicto era una de las medidas de lucha. ?Nos recibieron todos, menos Canal 3. Legalmente no pod?amos frenar el desalojo. El caso estaba perdido. Nosotros no quer?amos quedarnos con algo que no es nuestro, pero ac? se cometieron errores. A la primera ocupante le dijeron que ac? se pod?an construir viviendas de material porque eran tierras fiscales.? Sin embargo, la representante legal de la firma Hijos Miguel Naidich SACI, reclama los terrenos, que, por su ubicaci?n geogr?fica, se encuentran altamente valorizados.

Durante d?cadas, las tierras estuvieron totalmente abandonadas. Y con esta situaci?n de abandono se encontraron las primeras familias que comenzaron a ocuparlas con viviendas, plazas y vida social. ?Esto era tierra de nadie cuando llegamos. Era un basural de punta a punta, cementerio de animales. Ahora es tranquilo, hay casas, familias, vida social?.

 ?Dentro de la historia de Rosario nunca se vio un intento de desalojo con tal magnitud, con tanta amenaza, porque hubo amenazas de represi?n, nos dec?an que iban a venir con la gendarmer?a, y con palas mec?nicas. Entraban por donde el predio estaba cerrado. Sobretodo amedrentaban a la gente de m?s atr?s. Tambi?n hab?a un constante movimiento de polic?as, de alguna manera marcaban terreno y hac?an sentir miedo. Cuando hablamos con el juez, nos dijo que se le hab?a escapado de las manos y que lo elevaba a los camaristas. En esa misma semana, hablamos con la Municipalidad, el Sr. Far?as se hac?a responsable de detener el desalojo. Sin embargo, esa misma tarde estaba el oficial de justicia en nuestras con las ?rdenes de desalojo?, cuenta Florencia, ahora m?s relajada, pero con la sensaci?n latente de haber vivido una pel?cula de terror.

?Esto fue de terror. Te dec?an que te dejaban en la calle y que ya ten?an el galp?n para poner nuestras cosas. Hicimos una marcha para el 11 de abril y Luis Russo, de la Provincia, dijo p?blicamente que ten?an el dinero para la construcci?n de 20 viviendas, solo restaba que la Municipalidad se pronuncie con la compra del terreno, ac? o en otro lado. Pero el sector pol?tico dec?a que no pod?a intervenir porque era una cuesti?n judicial?.

De la Municipalidad no tuvieron respuestas. Los vecinos realizaron vigilias para detener el desalojo, pero nada parec?a suficiente para evitar lo inevitable. ?Lo que los due?os ofrec?an eran que paguemos un alquiler por 6 meses, o que en su defecto, nosotros compremos un terreno privado, que figure a nombre de cada familia, para que ellos nos faciliten los materiales a muy bajo costo. Nosotros no queremos nada gratis, de hecho nuestras viviendas las hicimos a pulm?n, pero queremos que haya una soluci?n. Incluso no somos las ?nicas familias que padecemos problemas de vivienda?.

Los amedrentamientos en el barrio, al igual que en Nuevo Alberdi, tambi?n eran constantes y similares. Cuenta Florencia: ?ac? hay una persona que viene en un falc?n celeste que todo el tiempo controla el barrio para que ninguna familia se asiente. De hecho a este barrio la llaman la Villa 31 y esto nos duele, de hecho cre?an que se iban a encontrar con gente ignorante.?

IV. Encadenarse para resistir


Cansada de la falta de respuestas gubernamentales, de las operaciones silenciosas entre la justicia y los due?os del terreno, Florencia decidi? encadenarse en las puertas de La Municipalidad de Rosario. Una medida extrema y necesaria para hacer oir la voz de esas 22 familias que estaban perdiendo sus casas. ?Yo ya no pod?a mirar a mis hijos a la cara. Viv?amos con la incertidumbre de lo que pod?a pasar. La idea surgi? porque yo pensaba, tengo mi casa y no puedo estar en ella, mientras ellos est?n tranquilos en sus casas, con todo el tiempo del mundo. Contamos con el apoyo de nuestros abogados. Nos atamos entre nosotras, primero, y luego fuimos al patio para que nos vieran. Estuvimos una hora y despu?s aparecen las abogadas y nos dicen que por fin se hab?a establecido hacer una mesa de di?logo para discutir el conflicto. La Municipalidad se tiene que hacer cargo y debe garantizarnos el derecho a la vivienda.?

Florencia la viene remando desde hace 12 a?os para lograr el techo propio. Esta inscripta para la obtenci?n de un Fonavi que nunca llega. Ahora, su lugar es la zona de pasco y Chacabuco, desde donde pelea junto a las restantes familias para defender su vivienda, su tierra, su lugar de pertenencia. ?Logramos un plazo de 180 d?as para ver de qu? manera se soluciona el problema. Nuestra idea es quedarnos ac? y se esta hablando de la expropiaci?n del terreno. En este momento no tiene tanto valor, pero m?s adelante s?. Quienes reclaman el terreno son los abogados de la firma que quebr?. En este sentido, no hay justicia. Hablamos de un poderoso que quiere hacerse m?s rico y hacer negocio con este terreno, mientras hay familias que luchan por su vivienda. Nosotros queremos que la expropiaci?n se realice antes de las elecciones. Ellos nos dijeron que hay un compromiso para solucionar esto y queremos quedarnos ac?. Hemos construido nuestras casas y solo queremos que el gobierno compre el terreno, es mucho m?s f?cil que pensar en construir viviendas en otro lado.?

Sin embargo, las tierras de esa zona se encuentran estrat?gicamente ubicadas en un radio c?ntrico significativo. ?Ya lo dec?a la Sra. Monz?n, abogada de la firma, por tribunales, que exist?a un convenio con la Municipalidad para construir un espacio verde. Yo les dije a los funcionarios que esta abogada est? diciendo que existe un convenio firmado, lo ha dicho p?blicamente. Y el Sr. Asegurado, seg?n dijo, no la conoce?.

?Estas son nuestras viviendas, hay mucho sacrificio, cada ladrillo tiene su historia, su esfuerzo. Y as?, de todas las casas. Si quieren construir el proyecto de urbanizaci?n que quieren para esta zona, con el caminito de la M?sica, tienen que levantar a muchas familias. Seg?n dicen nosotros formamos parte de ese proyecto, lo cual es mentira. Es un lugar emblem?tico porque ac? no hay due?os, son todos terrenos fiscales, pero son concientes que si vuelan, vuelan a m?s de 400 familias. El proyecto de urbanizar no es para la gente pobre, la gente obrera. Ac? en su momento lo llamaron un proyecto fara?nico que quieren hacer de este lado de la Siberia. No es para construir viviendas para los trabajadores.?

En Nuevo Alberdi y en el barrio de Ituzaing? 60 bis, las realidades no son tan diferentes. La periferia est? siendo ocupada por los inversores privados, que adem?s de los altos edificios que se levantan a costa del trabajo del obrero de la construcci?n, parecen avanzar sobre terrenos donde cientos de familias levantan sus hogares con lo que pueden. Para esto, encuentran la necesaria complicidad de una pol?tica habitacional municipal que centra la ?urbanizaci?n?, sobre un concepto que la define: negocios. Como ya lo ha dicho la Agrupaci?n Giros Rosario, nada m?s para agregar.



Pod?s visitar la p?gina Ciudad Fragmentada para conocer de manera detallada la resistencia territorial en Nuevo Alberdi e informes sobre el d?ficit habitacional en Rosario.
 

Publicado el: 15/05/2009


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