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Sobre los pasos de Sandra Cabrera
Ciudades invisibles

Ajenas a un trazado dictatorial, las ciudades ocultan invisiblemente entre sus calles, recorridos impensados. Cuando la memoria sabotea la cuadr?cula impuesta, aparecen huellas de vidas, amores y muertes. En esos recorridos encontramos los pasos cotidianos de la militante asesinada Sandra Cabrera. A partir de la propuesta del artista Julio Lira, y a trav?s del relato de compa?eras de AMMAR, el s?bado 19 se realiz? un recorrido urbano por los lugares por donde milit?, trabaj? y dej? sus huellas Sandra.

Tomando a la ciudad como ?libro? para hablar sobre diferentes realidades e historias silenciadas, el artista brasile?o Julio Lira, el s?bado 19 de septiembre propuso un recorrido urbano para conocer m?s de la vida de Sandra Cabrera, mujer comprometida, firme defensora de los derechos de las mujeres trabajadoras sexuales y fundadora de la sede local del sindicato AMMAR que denunci? un pu?ado de situaciones de corrupci?n, hasta que fue asesinada el 27 de enero de 2004.

En articulaci?n con una de las propuestas culturales del bar El Levante, el recorrido tuvo como punto de partida dicho espacio, ubicado en el coraz?n de Pichincha, Richieri 120.

A trav?s del relato de Claudia y Miriam, militantes de AMMAR, amigas y compa?eras de Sandra, se abri? paso a un recorrido poco conocido sobre su vida. Compartimos parte del relato producido por el artista Julio Lira:

?Las mediadoras de AMMAR llegaron puntuales y no pararon de hacer referencia al tema del trabajo sexual: a cada momento surg?an m?s y m?s historias, m?s y m?s reflexiones. La Terminal de ?mnibus fue el lugar de nuestra primera parada. En el interior de la terminal, frente a la ventanilla de una empresa de transporte, Claudia Lucero nos cont? que Sandra vino de San Juan a Rosario en 1992 (por eso en la calle era llamada de San Juan o de sanjuanina).

Ni bien lleg? estaba reci?n separada, ten?a dos hijos, una de ellas con un problema en las caderas y necesitaba ser operada. Trabajaba como empleada dom?stica pero lo que ganaba no era suficiente para la operaci?n del hijo. Conversando, una conocida le dijo que si andaba por las calles pr?ximas podr?a ganar dinero. Alrededor de la Terminal de ?mnibus de Rosario se encuentra un ?rea de comercio sexual.

Atravesamos la calle y nos dejamos guiar por las calles por donde Sandra trabajaba. Placas de hoteles y hospedajes a cada momento. El movimiento del piso iba ganando m?s significado a medida que las memorias de Claudia y Miriam eran compartidas: por la ley, la actividad de prostituci?n es criminalizada y frecuentemente las mujeres eran detenidas. Andar significaba simult?neamente buscar clientes y huir de la persecuci?n policial. Andar, ya sea teniendo como punto de exhibici?n una esquina, o como punto de descanso, se sumaba a una serie de estrategias de supervivencia.

Creo que fue en este momento de la caminata donde m?s pude entender qui?n era Sandra. Imaginen, una mujer que negoci? el cuerpo por una bolsa de az?car negra y despu?s distribuy? en peque?os paquetitos con las amigas; imagine la mujer que hac?a colectas para los hijos de una compa?era fallecida; que nunca guardaba rencor; que hab?a sido convocada por las referentes de Buenos Aires de la Asociaci?n de las Mujeres Meretrices, y vio en la creaci?n del sindicato la salida para las correr?as y c?rceles de ella y de todas amigas que trabajaban en la calle. Es por el afecto que se consigue entender la acci?n pol?tica de Sandra Cabrera.

Los boliches significan pr?cticamente una forma de esclavitud. All?, la mujer pierde derecho a su cuerpo. Puede trabajar, diez, doce horas y ser obligada a trabajar m?s. Puede ser obligada a beber para aumentar el consumo de la casa. Y fue eso lo que Sandra denunci?, los malos tratos, la explotaci?n de menores con la complicidad de la polic?a. Claudia relat? tambi?n como se daba la relaci?n de los polic?as con ellas. Un polic?a con rango elevado por ejemplo dec?a: no quieren quedar presas, no quieren quedar con un resultado positivo de SIDA, entonces deben pagar 40 pesos a la semana cada una; o prestar servicios sexuales. Adem?s, amenazaban con llamar al servicio social para que les quiten los hijos.

Sandra Cabrera denunci? cosas como esas. Fue a los peri?dicos, fue a la justicia. Su manera de ser cambi? el abordaje de los medios de comunicaci?n. En cuanto a la polic?a y a los due?os de burdeles, la reacci?n fue violenta. Primero vinieron las amenazas, despu?s el asesinato. Terminamos el recorrido hablando sobre el legado de Sandra Cabrera. Cuando ella muri? se vieron en una encrucijada, o AMMAR se acababa en Rosario o se fortalec?a. Llevaron adelante el deseo de justicia y vieron muchos resultados. Dos jefes de polic?a hab?an sido dimitidos.

Actualmente no existe tanta persecuci?n como antes, ahora es m?s com?n que los polic?as intenten extorsionar a los clientes. Los medios ahora tratan con un pocos m?s de respecto el tema, llam?ndolas Trabajadoras sexuales. La propia vida de ellas cambi?. Justicia para Sandra Cabrera no consiguieron, pero contin?an caminando".



Iriondo al 600 (Rosario), vereda donde fue encontrado el cuerpo de Sandra.
 

Publicado el: 25/09/2009


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