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El Arca, para cuando lo que llueve es pobreza

Aunque el trabajo comunitario de sus impulsores arranc? a fines de los 80, la cooperativa El Arca del barrio toba de Rouill?n al 4.400 obtuvo su personer?a jur?dica en el 2002, cuando el diluvio provocado por el r?gimen pol?tico y econ?mico de exclusi?n social que se aplic? en la Argentina dejaba muy pocos espacios firmes para los que apostaban a salir de la pobreza a partir del esfuerzo compartido, de la construcci?n colectiva y honesta. No es que las cosas hayan mejorado mucho por estos d?as, pero los que se subieron a El Arca en medio de la gran tormenta, sin nada de nada, hoy son beneficiarias y beneficiarios del Jefas y Jefes de Hogar y pueden sostener sus talleres de costura y artesan?as abor?genes, que les permiten, incluso, juntar alg?n manguito que se sume a los 150 del subsidio. "Cuando empezamos no ten?amos ning?n plan y ni un peso", marca V?ctor Viberti, criollo presidente de una cooperativa que agrupa a mayor?a de tobas y mocov?es. Sebasti?n y su compa?era Silvia Aguirre, integrante de la comunidad toba llegada a Rosario desde el Chaco, fueron los que arrancaron con la construcci?n de El Arca en el 88.



Aunque el trabajo comunitario de sus impulsores arranc? a fines de los 80, la cooperativa El Arca del barrio toba de Rouill?n al 4.400 obtuvo su personer?a jur?dica en el 2002, cuando el diluvio provocado por el r?gimen pol?tico y econ?mico de exclusi?n social que se aplic? en la Argentina dejaba muy pocos espacios firmes para los que apostaban a salir de la pobreza a partir del esfuerzo compartido, de la construcci?n colectiva y honesta. No es que las cosas hayan mejorado mucho por estos d?as, pero los que se subieron a El Arca en medio de la gran tormenta, sin nada de nada, hoy son beneficiarias y beneficiarios del Jefas y Jefes de Hogar y pueden sostener sus talleres de costura y artesan?as abor?genes, que les permiten, incluso, juntar alg?n manguito que se sume a los 150 del subsidio. "Cuando empezamos no ten?amos ning?n plan y ni un peso", marca V?ctor Viberti, criollo presidente de una cooperativa que agrupa a mayor?a de tobas y mocov?es. Sebasti?n y su compa?era Silvia Aguirre, integrante de la comunidad toba llegada a Rosario desde el Chaco, fueron los que arrancaron con la construcci?n de El Arca en el 88.
El de V?ctor es uno m?s de los casos en los que una persona es m?s conocida por su apodo que por su nombre. Le dicen Libro, o Librito, porque all? por la d?cada del 70, cuando militaba en la Juventud Peronista y en Montoneros, ten?a el pelo largo hasta los hombros y peinado con una marcada raya al medio. Una melena con dos p?ginas.
Librito cuenta que se cri? en la villa de La Cer?mica y milit? en la unidad b?sica Fernando Abal Medina del barrio La Florida. Despu?s lleg? la dictadura y su pertenencia a la JP le cost? la c?rcel. Y cuando sali?, se hizo evangelista. Libro, que tiene 47 a?os y ya no usa el pelo largo, no ve contradicci?n entre su religiosidad y su pertenencia al peronismo m?s combativo: "Yo levanto las banderas del padre Mugica", dice, y expresa -m?s ac? en el devenir hist?rico- su agradecimiento y su simpat?a para con el kirchnerista Frente de Agrupaciones para la Victoria y "los compa?eros de la CTA".
Cuando se encuentra con enREDando, Libro trae un manuscrito con la historia de la cooperativa. All? consta que las primeras gestiones implicaron largas caminatas desde el barrio hasta el centro hasta que su hermana le prest? la bicicleta de su sobrino y los viajes se hicieron un poco m?s ?giles. Desde esa fuerza de voluntad, m?s la colaboraci?n de sus compa?eros del Frente y la CTA para la redacci?n de las notas y los llamados telef?nicos, surgi? la organizaci?n cooperativa. Tal vez Dios tambi?n tuvo algo que ver. Desde su fe, para Libro no hay duda de eso. Y a la vez, tiene en claro que la malaria que los llev? a construir El Arca no se debe a ning?n designio sobrenatural sino a pol?ticas que, aunque diab?licas, son perge?adas y ejecutadas por gente de carne y hueso.
El Arca, de a poco, fue sumando vecinos. Y hoy sus asociados son 150.
Los talleres de costura y artesan?a funcionan en un garage de una casa del barrio, y el objetivo m?s inmediato es incorporar clases a cargo de un maestro toba para preservar, sobre todo entre los m?s j?venes, el idioma y la cultura aborigen. Para las clases, la cooperativa acepta donaciones de ?tiles, un pizarr?n y tizas. Y para el taller de costura (que a principios de este a?o produjo y distribuy? en el barrio casi doscientos guardapolvos) les vendr?an bien un par de m?quinas m?s.
Librito y sus compa?eros tienen otro anhelo que el presidente de la cooperativa muestra con un planito hecho por ?l a mano alzada y con birome. La idea es tener en el barrio -en el que los integrantes de El Arca hacen tareas de limpieza y mantenimiento- una sede para la cooperativa, un espacio para un mercado, una escuela, un centro de salud y una iglesia. Saben que es dif?cil, pero no se olvidan que cuando empezaron parec?a imposible tener lo poco que tienen ahora.
Librito explica que la meta del trabajo comunitario es que "la gente deje de cirujear" y -aclarando que no incluye al actual presidente, en quien deposita la esperanza de "que esto cambie"- despotrica contra "los pol?ticos que vienen al barrio cuando buscan votos y despu?s desaparecen, y cuando los vas a buscar no te pueden atender". Por eso, en El Arca tambi?n quieren que "la gente pueda salir de su inferioridad, en el sentido de que aprendan para que no los jodan m?s". 
Librito lo resume as?: "que los humildes de Evita puedan levantar la bandera de la victoria para mi pa?s y que nunca m?s pasemos lo que pasamos desde los a?os 70".


Cooperativa de Trabajo El Arca.

Pasaje 4, casa 4360 (Rouill?n al 4.400) - Barrio Toba - Rosario

Tel?fono: 0341-156901461





 

Publicado el: 02/09/2004


Categor?as:
Buenas Pr?cticas / Reportaje

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