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Desde el encierro
La poes?a de Olga

Olga Guzman est? detenida en el Penal de Ezeiza. Desde all?, public? su primer libro de poes?as "Esta vez decido yo" que se present? en la sala de Amsaf?, en nuestra ciudad. Sin ella, pero con su tangible presencia de mujer, la presentaci?n contuvo las voces que oficiaron de embajadoras de su poes?a, entre ellas, la de Oscar Castelnuovo de la Agencia Walsh, Lidia Perez, del Foro de Liberados del INADI y de integrantes del colectivo Pa?uelos en Rebeld?a, responsables de la edici?n. Emotiva, c?lida y profundamente reveladora, la poes?a de Olga nos lleva a los confines del encierro y tambi?n, a los albores de una libertad que se gesta en la m?s f?rrea resistencia humana. All? estuvo enREDando.

Ella pinta, escribe y adem?s ?cocina como los dioses?. No la conozco, sin embargo, puedo oler a la distancia su rebeld?a o el color de sus manos empu?ando una pluma.

Escribi? su primer libro de poemas al que eligi? llamar Esta vez decido yo y lo present? en Rosario en la tarde del pasado jueves, a la distancia. Desde all?, sue?a. Desde ese lugar al que todos llamamos c?rcel, poetiza con la vida y tambi?n, con la muerte cotidiana, esa que sopla la nuca cada noche en que lo oscuro penetra y corroe la piel humana.

Pero esta vez, a la luz de un d?a de encierro, ella decidi? que su voz deb?a circular m?s all? de los pabellones y del profundo abismo del penal. Y as? descubri? otro mundo, lleno de im?genes, flores y anhelos engrillados. Y finalmente decidi?, con su nombre de mujer, Olga Guzm?n. Hoy puedo decir que soy de aqu?, de all?, y de todos lados. Nac? en Paraguay, pero soy del mundo, al fin y al cabo.

Olga Guzman est? presa en el Penal de Ezeiza.

?Las rejas, el encierro, los malos tratos y des-tratos , no han podido opacar la sensibilidad de quien se reconoce a su vez como una mujer que cree en la lucha militante, que expresa en la poes?a su convicci?n que a?n desde la tumba se debe seguir resistiendo, para que la injusticia y la desigualdad dejen de cobrar d?a a d?a miles y cientos de miles de v?ctimas, muchas de ellas encerradas?, escribe la soci?loga Alicia Daroqui en uno de los pr?logos que acompa?an la edici?n del libro de poemas de Olga Guzman.

Tambi?n, el escritor Osvaldo Bayer habla de ella, de sus versos, sus sue?os, su b?squeda. ?Olga Guzm?n eligi? el camino. Cuando no tuvo m?s libertad busc? y encontr? la poes?a para vivir. S?, para vivir la vida. Seguir viviendo la vida desde otro ?ngulo. Trasponer el precipicio con un salto, desde la celda a una llanura en la que puede sembrar flores, pensamientos, tristezas, futuro, alegr?as profundas, con esa nostalgia que da el no poder caminar hacia el horizonte sin que la llamen al orden.?

Olga no pudo asistir a la presentaci?n de su propio libro. A la distancia, comparti? telef?nicamente unas palabras con quienes concurrimos a ese acto que la aloj? en el universo de la libertad. Alicia Bernal de la Comisi?n Antirrepresiva por los Derechos Humanos, Oscar Castelnuovo, coordinador de la Agencia Rodolfo Walsh, Lidia Perez, quien estuvo detenida en Ezeiza y hoy integra el Foro de liberados del INADI e integrantes de Pa?uelos en Rebeld?a, organizaci?n que estuvo a cargo de la edici?n del libro, oficiaron de presentadores, de embajadores de la poes?a de Olga. ?Este libro es una continuaci?n de aquel otro libro Intensidades de Mujer, que re?ne las voces militantes de las mujeres que los han parido?, expres? Alicia.

Lidia record? a su ex compa?era de ?rancho?. ?Es una gran compa?era, peleadora, en el buen sentido, para luchar por una causa necesaria, no interesaba el pabell?n al cual pertenec?as.?

Las palabras de Oscar, filosas y agudas de una realidad carcelaria que atraviesa la carne m?s vulnerada, empobrecida y criminalizada de este pa?s, sentenci? lo que sucede detr?s de los muros. Un d?a antes visitaron a los compa?eros que integran el Equipo de Ciudad Interna en Coronda, quienes les informaron de la cantidad de pibes que murieron en el a?o 2010 en la provincia de Santa Fe. En Chaco, hubo 42 suicidados, 18 de ellos con la misma soga y la misma canilla y los partes m?dicos son todos iguales: muerte por asfixia. ?Toda muerte que sucede en cualquier unidad es muy raro que salga a la luz. Algunos no se enteran y muchos no quieren enterarse de lo que sucede adentro de una c?rcel?.

Sobre Olga, Oscar Castelnuovo escribe: ?(?) cuando se le pregunta cu?l fue el d?a m?s feliz de su infancia, ella afirma que no tuvo. Entonces habla del viento hurgado entre los dedos de sus pies descalzos, de su madre campesina en Colonia Vera, Paraguay. De su padre con un pasado alcoh?lico que hab?a conocido los c?digos del encierro. Luego vendr?an la hu?da del hogar, el internado para hu?rfanos, el trabajo como empleada en casas de familia, la escuela secundaria, y un embarazo que la dej? envuelta en desamparo y firmeza. Muchos a?os despu?s, tras los barrotes, le escribir?a a su hija Carla: Sos mi fuerza, mi contenci?n/ la distancia, el encierro/ no podr?n quebrar este sentimiento/tu rostro me libera y me renueva. Y aqu? sigo esperando/el d?a del reencuentro/trato de imaginarmelo/y hasta no puedo/.

Claudia Korol, de Pa?uelos en Rebeld?a, describe a Olga en esos encuentros donde la conoci?, llenos de bromas, risas y poes?a. A pesar de todo, dice Claudia, Olga es alegre. ?Tambi?n asoma a veces alg?n dolor que no llega a nublar la alegr?a, porque muy pronto se vuelve rabia, y la rabia se vuelve acto de rebeld?a, que terminamos celebrando?. Y sobre el libro, la militante expresa: ?El libro parece ser de dolor. Es y no es. Lo escribe una mujer fuerte, que adem?s es poeta, adem?s de estudiante de trabajo social, sabe amasar de manera ?nica?empanadas, pizzas, tartas, y tortas?Olga amasa el dolor con sus propias manos.? Y entonces, Olga logra hacer poes?a en la prisi?n, reafirma Claudia. ?Y consigue as? superar el silencio impuesto por un sistema penitenciario que hace de la penitencia la manera de disciplinar los cuerpos que excluye?.

Suena el tel?fono en la sala de Amsaf? y junto a las poes?as de Olga, se escucha la voz militante de La Galle, Karina Germano. ?Ojal? todo el mundo tome conciencia de lo que significa este libro, el objetivo que es, por un lado, que sirva como una herramienta para las propias compa?eras, para que sirva como un disparador para que cada una exteriorize sus propias experiencias y por otro, para que las voces intramuros salgan al exterior y la sociedad tome un poquito m?s de conciencia de que todas estas mujeres que est?n ac? adentro forman parte de la misma sociedad. Nadie est? exento de pasar por lugares como estos. Parece ser que los medios de comunicaci?n masivos hacen estragos en el imaginario social sobre lo que son las c?rceles y la gente que est? adentro. Es muy importante que cada uno reflexionemos en hechos y discursos para que se modifiquen estas situaciones inhumanas que se viven en las c?rceles, sobretodo en las de provincias.?

La escritura carcelaria es un acto humano de resistencia, casi instintivo. Es un refugio intangible y poderosamente reparador para la dignidad de quien atraviesa en su cuerpo, en su alma, la desesperanza que desnuda la situaci?n de encierro.

De esta manera, Olga Guzman le escribe a la culpa que corroe, que asfixia; a la tolerancia que serena en las noches ajenas a la luz de la esperanza: siento que ya no puedo/sin embargo la piloteo/enfrentando mi deseo/en este valle del olvido.

Olga le entrega una poes?a al tiempo que se humaniza y se transforma en compa?ero y adversario al mismo tiempo. El tiempo real de una condena, el tiempo invisible de una espera. Tengo una lucha diaria/con un duro adversario/A veces lo derribo yo/otras me arrasa el.

Y escribe a su vez, sobre el cuerpo violado de mujer. Violado, s?, pero no vencido.

Puedo recordar sus manos fr?as sobre mi cuerpo
y as? fui muri?ndome en sus manos.
Lentamente en sentidos contrarios
Ca? en manos de hombres perversos
que hicieron lo que quisieron de m?
y despu?s me tiraron.
Agradezco estar viva.
Decid? cerrar mi coraz?n a todos.
Me pregunto ?por qu? tanta sa?a conmigo?
S?lo ten?a mis sue?os de entregarme al hombre
de ese amor plat?nico
que una siempre de chiquita fantasea pero decidieron por m?
y me despojaron de todos mis sue?os.
No me dieron opci?n.
Ahora despu?s de 17 a?os
lo estoy escribiendo para poder compartir esta historia nefasta
pero real.
La necesidad de escribir siento por muchos
motivos
pero lo principal es para decirle a todos:
ahora y siempre decidir? yo
Nunca m?s decidir?n por m?.






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Publicado el: 11/04/2011

Por Mar?a Cruz Ciarniello.
Categor?as:
Derechos Humanos / Documento

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