Texto Completo imprimir | « volver

Mensajes de Jes?s en villa Banana

Era la siesta del 19 de diciembre del 2001. Y en lugares como villa Banana en los que vive tanta gente llegada del norte, y en tiempos como este de desocupaci?n masiva, se suele dormir la siesta. Pero el 19 de diciembre ese nadie pudo pegar un ojo en villa Banana. Porque ah?, en la esquina de Godoy y Lima, se vivi? uno de los cap?tulos m?s virulentos de la rebeli?n popular que se desat? en buena parte del pa?s, que determin? la renuncia de un presidente, que marc? una cancha nueva. Ah?, en Godoy y Lima, en plena siesta, decenas de vecinos de villa Banana se abalanzaron sobre un peque?o supermercado, rompieron las puertas, entraron y empezaron a llevarse todo. Y cuando lleg? la polic?a, ardi? Troya y se produjo una disputa por la esquina del supermercadito: a ladrillazos, la gente hac?a retroceder casi una cuadra a los reci?n llegados; a tiros, los polic?as recuperaban la posici?n. Hasta que desde el medio de la villa apareci?, agitando un pa?uelo blanco, el cura Agust?n Amantini, de la parroquia San Francisquito. Sumada a los intentos de un par de mujeres de la parroquia que hab?an llegado un rato antes, la presencia del cura fue la primera se?al de paz en esa tarde de guerra. Y la tregua se consolid? cuando llegaron tambi?n el Rulo, el Antonio y otros m?s de los habitantes de la villa que integran la comunidad eclesial de base Mensajeros de Jes?s.


villa banana
Era la siesta del 19 de diciembre del 2001. Y en lugares como villa Banana en los que vive tanta gente llegada del norte, y en tiempos como este de desocupaci?n masiva, se suele dormir la siesta. Pero el 19 de diciembre ese nadie pudo pegar un ojo en villa Banana. Porque ah?, en la esquina de Godoy y Lima, se vivi? uno de los cap?tulos m?s virulentos de la rebeli?n popular que se desat? en buena parte del pa?s, que determin? la renuncia de un presidente, que marc? una cancha nueva. Ah?, en Godoy y Lima, en plena siesta, decenas de vecinos de villa Banana se abalanzaron sobre un peque?o supermercado, rompieron las puertas, entraron y empezaron a llevarse todo. Y cuando lleg? la polic?a, ardi? Troya y se produjo una disputa por la esquina del supermercadito: a ladrillazos, la gente hac?a retroceder casi una cuadra a los reci?n llegados; a tiros, los polic?as recuperaban la posici?n. Hasta que desde el medio de la villa apareci?, agitando un pa?uelo blanco, el cura Agust?n Amantini, de la parroquia San Francisquito. Sumada a los intentos de un par de mujeres de la parroquia que hab?an llegado un rato antes, la presencia del cura fue la primera se?al de paz en esa tarde de guerra. Y la tregua se consolid? cuando llegaron tambi?n el Rulo, el Antonio y otros m?s de los habitantes de la villa que integran la comunidad eclesial de base Mensajeros de Jes?s.
A casi un a?o de aquella tarde el Rulo, que se llama Ra?l R?os, responde que lo que hacen en Mensajeros de Jes?s es "brindarle herramientas a la gente para que pueda cambiar su situaci?n". Y cuando habla de ?l y sus compa?eros m?s comprometidos con la comunidad, el Rulo dice "los que tuvimos una formaci?n evang?lica". Es desde esa b?squeda de herramientas evang?licas que el Rulo no acuerda con aquella reacci?n de diciembre de saquear hasta supermercaditos. Pero es tambi?n desde ah? que aquella tarde de diciembre Rulo y los de la comunidad estuvieron al lado de sus vecinos y terminaron emboscados por la polic?a y heridos por balas de goma y de plomo. Es por coherencia evang?lica que un par de d?as despu?s Mensajeros de Jes?s tuvo que hacerse cargo de la distribuci?n en villa Banana de las cajas de alimentos que evitaron que las fiestas de fin de a?o transcurrieran en medio de una nueva batalla callejera. Aquel d?a en que llegaron las cajas llegaron tambi?n un mont?n de polic?as y gendarmes, presencia que enardeci? a los vecinos, algunos con las heridas todav?a frescas. S?lo ellos, los de la comunidad, pudieron garantizar el reparto: pidieron que los polic?as y gendarmes se alejen y organizaron la hilera de desesperados.
La sede de la comunidad queda en un pasaje que se llama Independencia y es el centro de distribuci?n diaria de 450 raciones de comida que se llevan chicos de entre 2 y 12 a?os. Tambi?n se distribuyen a los pibes 230 raciones de copa de leche, se organizan diversos proyectos de trabajo comunitario para beneficiarios de planes de asistencia laboral, se sostienen huertas org?nicas, se desarrollan programas de concientizaci?n en derechos humanos y se despliega la labor de operadores comunitarios que se ocupan de la promoci?n de la salud. Pero adem?s, en la sede de Mensajeros de Jes?s se da catecismo y se invita a la gente a recibir los sacramentos de la Iglesia. En una de las paredes, escrito a mano con fibr?n, se lee: "Cuando el pobre nada tiene y a?n reparte, cuando un hombre pasa sed y agua nos da, cuando el d?bil a su hermano fortalece, va Dios en nuestro mismo caminar".
"La comunidad eclesial de base es la m?s peque?a c?lula de la Iglesia del mundo", afirma el Rulo. Pero as? como confirma su pertenencia, expone sus cuestionamientos: "A Jes?s no le gustar?a Roma. Estar?a en las movilizaciones, en los cortes", plantea. "Cuando nosotros en la Iglesia queremos subir un poquito chocamos con una pared", grafica. "A mi algunos curas que se ponen como por arriba me dan bronca, y hay gente que se lo toma as? y te dice a mi no me toqu?s el padre fulanito. Yo si tengo que discutirle al cura le discuto", acota Alicia, otra de las referentes de la organizaci?n. Pero est? claro que Jes?s, el Evangelio, la Iglesia de los pobres, son el motor de la vida de la comunidad. "Son nuestras ra?ces", marca el Rulo. Y Alicia recuerda con orgullo que apenas se sum? a la comunidad vino un cura a casarla con su marido en una casa de la villa.
En una de las cuatro huertas comunitarias impulsadas por la comunidad, el Antonio luce su remera con la figura del obispo Angelelli y la frase "con un o?do en el Evangelio y otro en el pueblo". Es de ma?ana en la villa y junto con el Antonio otros dos compa?eros trabajan la tierra y sus frutos. Mientras tanto, en la sede hay una reuni?n de coordinadoras de proyectos del programa Jefes y Jefas de Hogar. Y en alguna casa de la villa un operador comunitario escucha alguna historia de violencia familiar. Y otro acompa?a a alguna madre con su beb? al dispensario. En ese quehacer cotidiano, Mensajeros de Jes?s se cruza con las dependencias de asistencia social municipales y provinciales. Y en cuanto a la relaci?n con los gobiernos, el Rulo repite la figura que hab?a usado para la Iglesia: "abajo nos llevamos b?rbaro, pero cuando quer?s subir un poquito choc?s".
C?mo hacer entonces para que los de abajo suban y hagan como se hace abajo. El Rulo y sus compa?eros de la comunidad saben que ese es el desaf?o y se suman a acciones con otros sectores. Por ejemplo, participaron con mucho entusiasmo en la consulta popular del Frenapo y la CTA por un seguro de empleo y formaci?n. Pero a la vez cuidan mucho que cada movimiento sea claro: "No queremos ir a una marcha si no sabemos bien para qu? vamos", dicen. Y vuelven a lo cotidiano, a la dignidad, a la comida, al catecismo.




 

Publicado el: 06/11/2002


Categor?as:
Buenas Pr?cticas / Reportaje

enREDando.org.ar
Comunidades en Red
Coment? esta nota
enREDando.org.ar | Comunidades en Red | es un programa de Asociación Civil Nodo TAU | Rosario, Argentina.