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Una mirada teatral sobre los derechos humanos
Huellas tatuadas en la memoria

El grupo ?Teatro de la Huella? presenta todos los s?bados ?La huella de los p?jaros?, una obra de teatro que interpela en las marcas vivas que nos dej? el Terrorismo de estado en nuestro pa?s. Es, ante todo, un proyecto de investigaci?n teatral que apuesta, a trav?s del arte, a defender este hist?rico proceso de condenas a los genocidas de la ?ltima dictadura militar. Indaga en la memoria, en el aqu? y ahora, en la identidad, en las preguntas que incomodan, en la b?squeda constante de justicia. enREDando convers? con su director Severo Callaci.

La escena comienza con una imagen que nos habla en presente: los hijos, la escuela, el juego. Sin embargo, pareciera que el tiempo transcurre sin demasiadas referencias. Es el hoy y el pasado que insiste en preguntarnos ?qu? hicimos? ?qui?nes somos? ?qu? nos pas?? ?qu? podemos hacer? La huella y los p?jaros se buscan al interior de un zapato, que no es cualquier zapato y que intenta, al mirarse a s? mismo, buscar a su par ausente.

Tal vez, ese zapato sea esa huella constante y militante por la b?squeda de justicia; la misma que durante 34 a?os gui? los pasos de los sobrevivientes, familiares, las madres y los tantos militantes que reclaman Juicio y Castigo para los genocidas de la ?ltima dictadura militar.

El teatro nos muestra, en el aqu? y ahora, m?ltiples rostros cotidianos, min?sculos y profundamente humanos. Dolorosos y vivos en cada historia personal que lacera, intermitentemente, en la historia colectiva de este pa?s. Y as?, nos emocionamos como espectadores de una memoria que permanece en el grito ?Presente? de cada uno de nuestros desaparecidos.

Las sensaciones son muchas, contradictorias. Y en cada una de ellas, brota como esperanza y nacimiento, las interminables maneras de decir lo indecible; lo que durante tanto tiempo fue sepultado por el silencio, el miedo, el no te metas, la indiferencia, las complicidades civiles, la impunidad. Aqu?, el teatro con su po?tica, lo hace posible.

La obra

El pasado s?bado 7 de agosto, el Teatro de la Huella estren? en Rosario un montaje teatral que tuvo un largo y poderoso proceso de investigaci?n y exploraci?n. ?La huella de los p?jaros? es la obra de teatro que indaga en las profundidades de la memoria, la identidad y esta posibilidad hist?rica de lograr condenas efectivas a los responsables del Terrorismo de Estado en Argentina. Su director es Severo Callaci y cuenta con un gran equipo de actrices y actores de la ciudad que se sumergieron en un arduo pero intenso trabajo actoral que llev? m?s de un a?o.

En una extensa charla con enREDando, Callaci cuenta el proceso que deriv? en la realizaci?n de una obra de teatro que nos interpela como pueblo y como sujetos pol?ticos, que atraviesa los registros m?s personales de nuestra historia reciente. Que nos deja tal vez, una pregunta, un sentimiento, un dolor, y, porque no, una sonrisa al bajarse el tel?n.

?El trabajo nace a partir de los juicios que se est?n dando en Rosario, de que se est? comenzando a hacer algo que antes no se hac?a y es juzgar a los genocidas. Es un tema que siempre me moviliz?, es una de las injusticias m?s grandes y cercanas que siento. Compart? con los chicos la idea de lo que deseaba hacer y quer?a tomarme el tiempo para hacerlo. As?, nos tomamos un primer a?o para investigar?, cuenta, con una clara, precisa y contundente serenidad el director de la obra, Severo Callaci.

El trabajo atraves? por dos grandes ejes: una primera etapa de investigaci?n, documentaci?n de material escrito y audiovisual y b?squeda de testimonios de testigos, abogados y querellantes de las causas que se est?n juzgando en Rosario, como as? tambi?n, un proceso de exploraci?n de cada uno de los actores. Preguntarse acerca de lo que significa la p?rdida, la identidad, la memoria, el olvido para cada uno de ellos. ?Todo eso, despu?s, intentamos trasladarlo a una escena. Y a partir de lo que investigamos a trav?s de textos, documentales y documentos, comenzamos a trabajar en el entrenamiento teatral. Proyectar bien la energ?a, una presencia. Es un entrenamiento f?sico y expresivo?. Esta fue una segunda o casi simult?nea etapa por la que atraves? el proceso de creaci?n. Y el debate fue siempre el puente para unir estos dos ejes.

El cuerpo aparece tambi?n, como una presencia constante en toda la obra. El cuerpo actoral y el cuerpo metaforizado en la historia pol?tica. ?Todos los personajes tienen un cuerpo determinado y cada uno de ellos se mueve de una manera diferente?, cuenta Severo.

?Qu? lo moviliz? a contar esta historia que punza en la memoria? ?De alguna manera yo me sent?a responsable?, apunta el director. ?Yo no me pienso como un artista sino como un trabajador de la cultura. Y como trabajador de la cultura, me preguntaba ?c?mo no hablar sobre esto con tantas herramientas que tenemos?. Simplemente preguntarnos qu? significa para nosotros, siendo casi todos j?venes nacidos despu?s de la dictadura. Me parece que todos los que estamos en alguna rama art?stica es importante que nos pongamos al servicio de lo que sentimos y los que nos moviliza, sea lo que sea.?

El aqu? y ahora

La obra tiene un anclaje constante con el aqu? y ahora. ?Si bien han sucedido muchas cosas, me parece que nuestro compromiso es hoy, ac?. Contar ese hoy implicaba juntarse con esas personas que lo hab?an vivido y que son los mismos que dan testimonio en los juicios. Y aprovecharlo en el buen sentido, es decir, una vez que se abri? esa caja de hierro est? bueno poder compartirlo porque hay mucha gente que no lo sabe.?

Las entrevistas con testigos y querellantes de la causa Guerrieri fue un paso fundamental para el grupo. ?Si hay algo en lo que todos coincid?an es que para ellos era sumamente importante que nosotros, j?venes, podamos hablar de eso y de todo lo que comenz? a desencadenarse a partir de los juicios. Todo es una apertura, y esta era otra forma de abrirse. Eso es lo que nos dec?an?.

Los personajes

Nada es casual. Ni los objetos y los elementos en el espacio, ni los tiempos, las luces y la iluminaci?n. Ni siquiera los nombres de cada personaje que, en el relato, se entremezclan con los nombres propios de los desaparecidos. Cada personaje habla de una vida en singular pero traslucen instituciones, estructuras, pluralidades.

As? aparece la figura de la madre que, sin llevar un pa?uelo blanco, simboliza el no olvido de todas esas madres que pari? la dictadura. Juegan, en escenas memorables, los hijos que se preguntan acerca de los padres que no est?n, que juegan a la guerra y a la invisibilidad, a la posibilidad de desaparecer, que se buscan unos a otros, que lloran, sue?an, dibujan y hacen presentes los cuerpos ausentes.

Vuela y camina, como p?jaro que deja su huella, la figura del desaparecido. Aquel que sigue buscando su lugar en esta tierra, en este mundo. Tambi?n encontramos la presencia cotidiana del represor que goza de una libertad que le otorg? la impunidad. El torturador que adem?s de aplicar la picana, lee el diario en la mesa de un bar, es padre de familia, vecino, una persona que ?hasta nos puede caer simp?tica?. La maestra que mira para otro lado, simbolizando todo un sistema educativo que oper? de manera funcional, as? como tambi?n oper? el silencio de muchos c?mplices civiles que tuvo la dictadura militar.

Y, necesariamente, la figura de la sobreviviente, en este caso mujer, que es testigo de esas huellas pasadas y presentes. Que busca al desaparecido y que se busca en los zapatos del Otro. ?Si hay dos zapatos es porque esa persona est?, si no hay ninguno, es porque no est?. ?Pero si hay un solo zapato? Quiz?s esa persona est? o no est?. Un zapato me invita a preguntarme??d?nde est? el otro??.

?Los personajes fueron saliendo a partir de colores?, cuenta Callaci. ?A partir de las preguntas y de las historias de cada uno de los chicos. Hab?a cosas que en ellos se iba repitiendo y que pujaban por salir desde las propias improvisaciones. Todo el trabajo fue decantando en el hacer. Ten?amos que estar muy atentos a todo esto. Lo m?s importante fue encontrar una manera de andar.?

Primero, cuenta el director, aparecieron los colores. Y luego, los personajes a partir de los cuerpos de los actores. ?Tambi?n aparecieron los nombres que tienen que ver con lo inmigrante y lo italiano que tenemos. Es el nombre y un adjetivo que caracteriza al personaje?. El gris, lo oscuro, la tierra, el marr?n, los testigos, las huellas, el azul, los ni?os, la impunidad. Todo se conjuga en escenarios y escenas que muestran personajes complejos, que no ?son ni buenos ni malos, sino las dos cosas?, as? como tambi?n, im?genes y objetos que metaforizan un lugar, una bandera, un momento. ?Lo que se intent? es que sean personajes f?cilmente reconocibles y rescatar, de alguna manera, la esencia de cada personaje.?

Y entre todo esto, la referencia constante a los nombres propios de los desaparecidos. As?, aparecen nombrados Eduardo Toniolli, Susana Miranda, Ariel Morandi. ?Si los tipos tienen esos nombres ?por qu? no los vamos a nombrar.? Son cosas que yo creo que para la gente que vivi? esa ?poca es muy importante, poder nombrarlos.?

Buscando las huellas?


El nombre de la obra surge ?por muchas cosas?, nos dice. ?En primer lugar, por la propia met?fora. De alguna manera toda esa generaci?n fue gente que pensaba un pa?s diferente y ve?an las cosas desde otro lugar. Asociados tambi?n con la libertad, con los p?jaros. Y pensaba que muchos p?jaros hab?an tenido que volar, exiliados, a otros p?jaros los hab?an encerrado, y otros los hab?an bajado de un gomerazo. Y si a esos p?jaros no los puedo ver en el aire, los quiero ver en la tierra, ac?, en el presente. Entonces hay que buscar sus huellas en alguna parte.?

Sobre el final, aparecen otras marcas imborrables. Las bicicletas, las alas montadas, cada personaje buscando justicia, un represor acorralado frente esa poderosa imagen ausente del desaparecido y la fiesta de una condena, la misma que se sinti? el 15 de abril cuando por primera vez se sentenci? a 5 genocidas en Rosario. ?Si la escena es una condena, entonces esa condena tiene que ser una fiesta?, apunta Severo y expresa, con su mirada navegando en el aire??andar en bicicleta es la forma m?s cercana de volar?La memoria y la esperanza atraviesan todo el trabajo.  ?Qu? hacemos con esto que nos pas?? Hagamos algo por lo que sucedi?, lo que sea. Es un granito de arena para pensarse de aqu? para adelante.?

?Qu? buscan dejar en el espectador? le preguntamos a Severo al cierre de la nota. Y su respuesta fue casi un ep?logo a todo su relato. "Buscamos dejar una pregunta", remata el director quien, junto a un gran equipo, le dio vida a esta idea de p?jaros militantes dejando sus huellas en la tierra.

Act?an:
Alejandra Valdes.................Matrina Nolvidano
Corel Martinez Tuset............Nina Speranza
Ariel Hamoui......................Nino Nostalgio
Timoteo Kwist....................Zepio Buscante
Lisandro Luis.....................Griso Impuneti
Paula Sad?n.......................Terru?a Testiga
Mar?a Luisa Z?rate..............Aurora Veletta

Arte, Gr?fica y Vestuario:
Romina Coletta y Natalia Cavalieri
T?cnica: Pablo Boffeli y Rub?n Sato
Organizaci?n: Lorena Garay
Asistencia de Direcci?n: Yanina Orieta
Director: Severo Callaci



?La huella de los p?jaros? se presenta todos los s?bados de agosto, septiembre, octubre y noviembre en el Centro Cultural Gurruchaga, Catamarca 3450 a las 22 hs, un espacio recuperado por el equipo que hoy integra el Teatro de la Huella. El sue?o es poder difundirla en todos los lugares y a todos los p?blicos posibles. ?Esto lo tiene que entender un empresario, como un militante o como un laburante. Creo que esa es nuestra responsabilidad como trabajadores de la cultura?, sostienen desde el grupo.

 

Publicado el: 18/08/2010

Por Mar?a Cruz Ciarniello.
Categor?as:
Derechos Humanos / Documento

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