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Cr?nica de un exilio
Bajo la lluvia ajena

?El exilio es una huella imborrable en la vida de una persona. Una huella en la identidad?. Susana Kesselman se exili? en 1976. Regres? al pa?s con el retorno de la democracia. Escribi? dos libros que hablan, desde la ficci?n, de su propia historia de vida. ?La Sudaca? y ?Cr?nica de un exilio?, que se present? en nuestra ciudad, nos invitan a recorrer el cuerpo exiliado, ausente, invisible. El exilio como otra marca m?s que nos dej? el terrorismo de Estado nos interpela socialmente, en la presencia de quienes se fueron y volvieron y de los hijos de los exiliados pol?ticos que hoy se agrupan para denunciar otra violaci?n m?s a los Derechos Humanos.

El exilio nos roza la espalda. Nos sorprende con im?genes de otras territorialidades. Nos sacude el abismo de ya no ser parte, y de serlo al mismo tiempo. De intentar, y navegar en un desierto de lugares que huyen y migran obligadamente. Y nos interpela.

Una vez, el poeta Juan Gelman escribi? en su libro "Bajo la lluvia ajena", acerca del exilio forzoso que impuso, como otro grillete en el cuerpo del ser humano, el terrorismo de Estado en Argentina. Y dijo: ?

No debiera arrancarse a la gente de su tierra o pa?s, no a la fuerza. La gente queda dolorida, la tierra queda dolorida. Nacemos y nos cortan el cord?n umbilical. Nos destierra y nadie nos corta la memoria, la lengua, los calores. Tenemos que aprender a vivir como clavel del aire, propiamente del aire. Soy una planta monstruosa. Mis ra?ces est?n a miles de kil?metros de m? y no nos ata un tallo, nos separan dos mares y un oc?ano. El sol me mira cuando ellas respiran en la noche, duelen de noche bajo el sol?
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El exilio supone el viaje a un interior profundo, a un mar de ajenas lluvias y mareas. Y en ese intenso circular, nos preguntamos qui?nes somos y ad?nde vamos. El exiliado, se transforma as?, en un navegante que, obligado a buscar una morada, intenta recuperar, en alg?n imaginario exterior, aquella que le pertenece.

?Cr?nica de un exilio? es un ficci?n que habla de la vida real de una mujer, de un hombre, una familia. Es la historia de Julia, y a trav?s de ella, de Susana Kesselman, exiliada durante la ?ltima dictadura militar. ?Susana escribe como ella vive, sensible, con pausas, encuentros. Necesita escribir el dolor?, apuntan quienes han le?do uno de sus ?ltimos libros, hojas empa?adas en el afuera, en el adentro, en el estar ?aqu? y all??.

?La Sudaca? es otro de los testimonios que Julia, y Susana, traslucen en la atm?sfera del viaje obligado. ?El libro de Susana Kesselman tal vez revela en esa singular despedida familiar, de ?ntimas amistades, el drama del exilio forzado de los miles de argentinos que tuvimos que salir del pa?s en contra de nuestra voluntad.?, escribe Eduardo Tato Pavlosvsky haciendo referencia al libro de Kesselman, ?La Sudaca?. En ?l, reconoce sin embargo, algo alegre ?no quejoso-, a pesar de la despedida familiar, del drama que supone el exilio. ?Eso es lo bueno, eso es lo que transforma al exilio en un acto de vida: la ausencia de queja y de los afectos tristes?.

Susana Kesselman, escritora, psic?loga social, soci?loga, se exilio en Espa?a en 1976 y regres? a Argentina con el retorno de la democracia. Son numerosos los libros que ha escrito, entre ellos, La Sudaca y Cr?nica de un exilio, dos partes de una misma historia que encarna el personaje de Julia y Lucio, su marido. Es un relato ficcionado de su propia vida. En ?l, la autora ?d? testimonio?, porque de eso se trata.

Entrevista por enREDando, Kesselman dialoga con su historia y tambi?n, con las historia pol?tica de quienes, v?ctimas del terrorismo de Estado, debieron dejar el pa?s, y partir. ?Siempre pienso que es bueno que quienes hemos padecido ciertas situaciones en la vida demos alg?n testimonio de lo vivido, sobre todo de temas que no son muy difundidos, incluso a veces ninguneados, y que en general se idealizan. Es conocida la expresi?n ?el exilio dorado?. Otros motivos m?s personales me llevaron a escribir sobre el tema. En mi familia pocos sab?an que est?bamos exiliados: Por ejemplo, mi hermano no se lo contaba a sus hijos por temor a que hablaran en la escuela.?

 ?Qu? es el exilio? ?El exilio como otromundo diario, como error. La persistencia en el error que puede originar una verdad. La verdad como error corregido, es decir, cualquier error corrige la verdad?, escribe Gelman.

Para Susana, el exilio ?es una huella imborrable en la vida de una persona. Una huella en la identidad. Hay varias razones por las que uno puede so?ar con salir de su pa?s, pero estar obligado a irte, estar obligado a dejar tu vida tal como la estabas viviendo, tus padres, tu familia, tu casa, tiene algo de corte ?te cortan en dos o en cuatro, en pedacitos, te fragmentan?. Ese es el ?exilio de carne y hueso?, tal como lo describe Susana Kesselman.

Juan Gelman sigue escribiendo: ?Animal que vuela, el hombre. Recorre cielo contra la m?s terrible irrealidad, es lento y no se espanta de la muerte. Se rehace neg?ndose. Po un tiempo trabaja entre dos nadas, mira el espejo que va haciendo donde su rostro es no m?s que un proyecto tironeado entre pasado y porvenir, rostro cargado de presente, o sea de lucha entre pasado y porvenir. Como otromundo diario?.

?La imposibilidad de volver, ese tiempo indefinido que se te abre en la vida, porque no sab?s cu?nto dura un exilio, es mortal?, afirma Kesselman, a pesar de reconocer en la vida del exilio, diferentes estrategias que alivian ese derrotero impuesto, no deseado.

Su esposo se exili? el 2 de mayo de 1976. Susana, y sus tres hijos, lo hicieron el 16 de junio de ese mismo a?o. ?Llegu? a Madrid en un momento interesante ya que se abr?a una nueva etapa con la muerte de Franco. Las emociones vividas fueron muy variadas. Yo en particular, llegu? a Espa?a el d?a de la muerte del hijo de una gran amiga, algo inesperado porque fue por un accidente automovil?stico y volv? a Argentina al d?a siguiente de la muerte de mi pap?, tambi?n algo inesperado. Dos muertes marcaron el comienzo y el fin de mi exilio. Por eso mi libro lo titul? Cr?nica de un exilio?.

 El ?ltimo p?rrafo de ?La Sudaca? es una imagen ?ntegra de un acto de despedida. Es la carne haci?ndose cuerpo en ese ?exilio? tantas veces invisibilizado. Es Julia y Lucio quienes se despiden en un ritual que Susana Kesselman describe con impecable sencillez y sensibilidad, como quien lo ha vivido en su cuerpo; cuerpo exiliado.

El exilio deja muchas marcas, de muchas formas y seg?n las personas. Para Kesselman, lo que ?m?s afect? el cuerpo del exiliado fue cuando a la llegada de la democracia dej? de ser exiliado y tuvo que tomar una decisi?n, cuando en el cuerpo del exiliado se instal? la duda de si volver al pa?s o quedarse en el pa?s del exilio?.

De eso no se habla

El exilio es otra forma de desaparici?n, se escuch? decir en el fondo del sal?n de ATE, donde Susana Kessleman presentaba su libro ?Cr?nica de un exilio?. Esa voz era de Sonia Contardi, escritora, poeta, docente y testigo de la causa D?az Bessone, secuestrada por la dictadura, y forzosamente exiliada del pa?s. Sonia comparti? poemas que hablan del ?exilio?, el de ella y el que habita en cada uno.

Junto a Susana, Paula, una joven treintea?era, comparti? una carta abierta que escribieron los hijos de los exiliados. Esa masa invisible de j?venes a los que apenas se mencionan como v?ctimas del genocidio. ?Nos habitan varias identidades y varios idiomas. El exilio es una violaci?n a los derechos humanos?, dijo Paula. Hace tiempo, se re?nen para compartir sus historias personales y encontrar-se. Uno de los efectos m?s marcados es la ?errancia?. ?No pod?s encontrar un lugar que te pertenezca. A los 35 a?os ya ten?a 12 mudanzas.?

En el manifiesto, los hijos del exilio sostienen: ?La necesidad de reflexionar y procesar el exilio que sent?amos individualmente en soledad, hoy se nos presenta colectivamente. Hijos e hijas de exiliados pol?ticos nos empezamos a reunir, comenzamos a hablar de nuestras experiencias, y en muchos casos, encontramos por primera vez un espejo en el cual reflejarnos. Sentimos que ya no ?ramos ese ?bicho raro?, apodo con el que durante a?os convivimos. Nos encontramos con otr@s que pasaron por la misma experiencia, que ten?an conflictos con ello. Conflictos como la doble identidad que todos albergamos, la argentina y la de los pa?ses que nos refugiaron, en los cuales crecimos y/o nacimos; la dualidad identitaria, que nos dificult? echar ra?ces. Algunos de nosotros, despu?s de mucho tiempo, hemos podido resolver este conflicto fundamental; y otros, a?n continuamos buscando un lugar de pertenencia donde construir nuestras vidas.?

El exilio es un peso, una mochila, una valija que carga resistencias, amores, distancias y lejan?as. El drama del exilio tambi?n supone el des-exilio. ?Irse, quedarse 10 a?os y volver. Son tres escenas fuertes. Dificil?simo?, describe Pavlovsky. Juan Gelman dice: ?el exiliado es un inquilino de la soledad?.

Es un sobreviviente. Muy pocas veces se reconoce al exiliado como otra v?ctima del terrorismo de Estado. Invisible, perdura en esa espesura gris de no estar, del volver, del ser de ac? y all?, y todo eso junto. Es un ?cuerpo desaparecido?, sentencia Sonia Contardi. Y un poco con humor ?pero solo un poco, digo que los exiliados cometimos el error de no morirnos?, agrega Susana, con las l?grimas y una sonrisa, descubriendo su pecho. 



 

Publicado el: 21/04/2011

Por Mar?a Cruz Ciarniello.
Categor?as:
Derechos Humanos / Documento

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