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La historia de Yves Domergue y Cristina Cialceta
Huesos que escriben

El Equipo Argentino de Antropolog?a Forense logr? recuperar las identidades de dos cuerpos sepultados como NN en el cementerio de la localidad de Melincu?: despu?s de 34 a?os de su asesinato, los cruces gen?ticos establecieron que los restos pertenecen a Yves Alain Domergue, y Cristina Cialceta Marull. Las pericias han devuelto las identidades robadas a p?lvoras y silencios. Queda, todav?a, completar una historia plagada de ausencias, impunidades y olvidos.

La historia incompleta

A principios de junio del 2009, miembros del Equipo Argentino de Antropolog?a Forense (EAAF) llegaron a Melincu?, para realizar pericias en el cementerio de la localidad. Los trabajos intentaban identificar los restos de dos cuerpos sepultados como "NN" en dicho cementerio, en 1976. El 5 de mayo pasado, Eric Domergue tuvo la confirmaci?n de que uno de los cuerpos era el de su hermano. El 1? de julio llegaron al Juzgado de Instrucci?n de Melincu? los resultados de los cruces gen?ticos realizados por el Equipo Argentino de Antropolog?a Forense, los cuales afirmaron con certeza que estas dos personas son Yves Marie Alain Domergue, ciudadano franc?s, y Cristina Cialceta Marull, ciudadana mexicana. De inmediato, el juez de la localidad, Leandro Mart?n anunci? oficialmente a los familiares la identificaci?n de la pareja.

Desapariciones

Yves Domergue, nacido el 8 de agosto de 1954 en Par?s, Francia, era el mayor de nueve hijos de un matrimonio franc?s que se instal? entre 1959 y 1974 en Argentina. Cuando su familia regres? a su pa?s natal, Yves permaneci? en el pa?s que hab?a elegido para hacer su vida y para cursar la carrera de Ingenier?a en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Yves era tambi?n militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).

En sus habituales viajes a Rosario conoci? a Cristina Cialceta Marull, nacida en 1956 en M?xico, hija ?nica de un matrimonio de argentinos radicados all?, pero que viv?a con su madre argentina en la ciudad ba?ada por el R?o Paran?, y tambi?n militante del PRT. Lechuga y la Mexicana -como los apodaban sus compa?eros- no tardaron en convertirse en pareja.

Desde Rosario, Yves le envi? la ?ltima carta a Eric, a mediados de septiembre de 1976. "Hay que situarse en la ?poca, est?bamos en dictadura. Para cuidarme, ?l pod?a ubicarme a m? pero yo no a ?l y ten?amos un sistema de citas. Yves se iba unos d?as pero siempre regresaba, hasta que un d?a no volvi? m?s", relat? Eric. Durante dos meses, Eric volvi? varias veces a los lugares habituales de encuentro, hasta que decidi? denunciar la desaparici?n de su hermano. "Era como si a Yves se lo hubiera tragado la tierra", grafic?. Eric parti? a un exilio obligado, para retornar al pa?s reci?n en 1983. Las desapariciones desataron reclamos de la Embajada francesa en la Argentina, incontables tr?mites realizados por su familia ante los gobiernos de Argentina y de Francia, organismos internacionales, humanitarios, religiosos y otros, as? como ante las autoridades y legisladores de los Estados Unidos de Am?rica, acompa?ado por una intensa campa?a en los medios. Sin embargo, no se consigui? respuesta alguna de las autoridades argentinas.

La detenci?n de la pareja nunca fue reconocida por la Junta Militar, pese a los recursos de "habeas corpus" interpuestos por el padre de Yves, Jean Domergue, quien viaj? especialmente a la Argentina para iniciar su b?squeda pocas semanas despu?s de su desaparici?n; y form? luego la Asociaci?n de Familiares y Amigos de Franceses Desaparecidos y Detenidos en la Argentina y el Uruguay, con residencia en Par?s, que presidi? durante largo tiempo.

Los d?as perdidos

Yves Domergue y su compa?era, Cristina Cialceta Marull, fueron interceptados y secuestrados por una patrulla del Ej?rcito argentino el 20 de setiembre de 1976 en la ciudad de Rosario; y trasladados al interior de la base militar Batall?n 121 de Comunicaciones. No existen testimonios de rastros ni testigos directos del secuestro. No hay tampoco pistas ni relatos del paso de la pareja por los centros clandestinos de detenci?n que funcionaron en la regi?n.

El 11 de noviembre de 1976, la Comisi?n de Familiares de Presos Pol?ticos hac?a llegar una carta al Embajador de Francia en Argentina, donde relataba -refiri?ndose al caso de Yves Domergue- que "en nuestra carta anterior d?bamos como fecha de su desaparici?n, el d?a 5 de octubre pasado. Hoy sabemos positivamente que se produjo a fines de setiembre (sin poder especificar exactamente el d?a), y que fue detenido en la v?a p?blica por una patrulla militar. Sabemos tambi?n que fue llevado a las instalaciones del Batall?n de Arsenales 121, con asiento en Rosario, donde posiblemente permanezca en estos momentos. Son elementos m?s que concretos para exigir su reconocimiento como detenido por las fuerzas militares..." se?alaba esa carta.

Las noticias sobre el lugar y el modo de la desaparici?n de Yves llegaron a manos de su padre por medio de una carta an?nima, como lo relat? el mismo Jean. En 1977, el padre de Yves denunci? por nota la desaparici?n al entonces interventor de la provincia de Santa Fe, vicealmirante Jorge An?bal Desimoni. Los reclamos siguieron a lo largo de los a?os, con la presentaci?n de tres h?beas corpus en las C?maras Federales de Buenos Aires, Rosario y La Plata; y las denuncias internacionales. En mayo de 1978, el peri?dico franc?s Le Matin public? el testimonio de un chileno, Rub?n Pumarino Desmond, que relat? haber estado detenido en una de las casas quintas de Rosario, donde hab?a compartido el encierro con un muchacho, al que llamaban "el franc?s".

Jean viaj? y se entrevist? con Pumarino Desmond, quien le cont? que "el franc?s era muy resistente y que lo ten?an como conejitos de indias, lo torturaban mucho", aunque no pudo asegurarle que fuera su hijo. En su largo recorrido en busca del hijo, Jean Domergue intent? entrevistarse con el almirante Emilio Eduardo Massera. El contacto era un santafesino: Luis Sobrino Aranda, como lo record? el abogado Jean Pierre Lhand?. En agosto del a?o 2001, la abogada francesa Sophie Thonon viaj? a Rosario, para recabar pruebas sobre la desaparici?n de Yves Domergue. La letrada confirm? entonces que "el dato que m?s se repite es el que da cuenta que el joven habr?a estado detenido en el Batall?n de Comunicaciones 121. Despu?s no sabemos absolutamente nada de lo que pas?".

El hallazgo

La pareja fue asesinada el 24 de septiembre de 1976. Yves ten?a 22 a?os y Cristina 20. Los cuerpos hoy identificados por el EAAF fueron encontrados a las 15:25 horas del viernes 26 de septiembre de 1976, dos d?as despu?s de producidas las muertes, a la vera de la ruta Provincial N? 177, a 5 kil?metros al sur de la localidad santafesina de Carreras, en el campo de Agust?n Buitr?n, y ?seg?n reza la causa judicial- "corresponden a una pareja de j?venes de 20 a?os, encontrados muertos por disparos". De acuerdo al expediente, tramitado en el Juzgado de Instrucci?n de Melincu?, el hombre, de alrededor de 22 a?os de edad, "vest?a un pantal?n com?n, una polera marr?n tipo banlon y un saco".

La mujer "estaba semidesnuda". Ambos "ten?an se?ales de haber sido torturados y quemados", y cada uno de ellos "ten?a la marca de un golpe dado con una itaka cerca del ojo derecho". En aquellos a?os de mitad de la d?cada del setenta, la Justicia de la dictadura inici? una causa penal, caratulada como ?N.N. Causa Homicidio v/N.N. Masculino y Femenino?, y tom? fotos y huellas digitales de los cuerpos. El certificado de defunci?n certific? las muertes violentas, y el 29 de septiembre se los sepult? como NN en la secci?n A, sepulturas 2 y 3, del cementerio de Melincu?. Un testimonio recogido por este cronista sostiene que el costo de los cajones fue pagado con fondos de la Comuna de Carreras.

Se inici? entonces una breve investigaci?n que no arroj? mayores resultados: el rastro del saco que vest?a el joven condujo "hasta una sastrer?a de Villa Ca??s". A partir de all?, no hubo m?s avances. Sobre la mujer, "una de las hip?tesis manejadas era que desapareci? en San Juan", e incluso su foto "apareci? en los diarios", sostienen los escritos de la causa. Como se?alara el Juez Carlos Risso a?os despu?s, la investigaci?n no prosper? debido a "la situaci?n muy especial que atravesaba nuestro pa?s".

A?os de democracia

En 1984, el expediente sobre el hallazgo y posterior sepultura de los j?venes asesinados en el camino cercano a Carreras en 1976 fue reabierto. Entonces se sum? la informaci?n de la existencia de dos tumbas m?s en el cementerio de Melincu? con caracter?sticas similares. Otros dos cuerpos, uno de ellos encontrado en la localidad de Maggiolo, de quienes, de acuerdo al expediente, "se desconoce la identidad". En 1985, el juez Gustavo Garc?a M?ndez solicit? un informe al Registro Nacional de las Personas, bas?ndose en las huellas dactilares, pero la respuesta del organismo oficial fue tajante: "al encontrarse inundados los s?tanos donde est? la informaci?n requerida no fue posible la identificaci?n".

El juez de instrucci?n de Melincu?, Carlos Risso -que ser?a famoso tiempo despu?s por su actuaci?n en el caso del homicidio de la hija del juez de Rufino, Carlos Fraticelli- reactiv? a?os m?s tarde el trabajo de identificaci?n de los restos de los cuatro cuerpos sepultados como NN. El 5 de diciembre del a?o 2000, funcionarios de la Fiscal?a Federal de Santa Fe se hicieron presentes en Melincu?, respondiendo a un pedido de colaboraci?n de la Subsecretar?a de Derechos Humanos de la Naci?n, por entonces a cargo de Diana Conti.

Para esa fecha se ubic? el lugar del cementerio "donde presuntamente" se encuentran inhumados los cuerpos. Conti afirm? por entonces que se hab?a interesado en el tema "a ra?z de una presentaci?n de un abogado de Firmat". Desde su reapertura en 1984, el expediente estuvo en manos del juez Carlos Risso, hasta su muerte en un accidente automovil?stico, a mediados de abril del 2003. Ya para ese entonces el juez manejaba la posibilidad de solicitar la asistencia t?cnica del Equipo Argentino de Antropolog?a Forense y del Banco Nacional de Datos Gen?ticos para identificar los restos.

El Nunca M?s de los pibes

En marzo de 2003, casi 27 a?os despu?s del hallazgo de los cuerpos fusilados sepultados en el cementerio de Melincu?, alumnos de la Escuela Pablo Pizurno de esa localidad, acompa?ados por la profesora Juliana Cagrandi y la directora del establecimiento educativo, Mar?a Cristina Farioli, entregaron a Estela Carlotto, un informe realizado por los mismos alumnos con datos sobre el caso. Desde las aulas, los pibes y pibas de Melincu? reunieron informaci?n alrededor de la causa sobre el hallazgo de los cuerpos de la pareja de j?venes asesinados aquel septiembre de 1976, y entregaron ese informe a Carlotto, en su paso por la ciudad de Firmat como representante de Abuelas de Plaza de Mayo.

Un ex empleado judicial, Jorge Basuino, hab?a preservado ese expediente -que en rigor reun?a parte de la historia oral de la localidad- a trav?s del tiempo La idea de los pibes y pibas era que los datos sean cotejados con el Banco de informaci?n de las Abuelas de los pa?uelos. Como relataron los alumnos en el Informe a las Abuelas, "reconociendo que somos parte de esta sociedad, y por tanto s?lo tendremos una patria digna y justa si nos involucramos en sus problemas, es que decidimos hacer una peque?a colaboraci?n con ustedes a trav?s de la entrega de estos datos". "Como j?venes, no queremos que vuelvan a ocurrir estas tragedias, Nunca M?s, y as? poder vivir en nuestro pa?s en Democracia, donde se nos respete y nos proteja, para sentirnos orgullosos del mismo...", escribieron los pibes del 3? Polimodal de la Escuela de Melincu?. Sin embargo, una vez realizado ese trabajo, los pibes y docentes no cesaron en la b?squeda de verdad y justicia: en el a?o 2008, el caso se present? ante la Secretaria de Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe. Tiempo despu?s, esa cartera solicit? a la jueza de instrucci?n, Mirta Leale, la reapertura de la causa judicial.

Pol?ticas de Estado

A partir de la denuncia de Juliana Cagrandi, la Secretar?a de Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe comenz? a trabajar en la identificaci?n de los cuerpos, a trav?s del Equipo de Investigaci?n, Apoyatura y Seguimiento de Causas Judiciales de Lesa Humanidad. Rosa Acosta, secretaria de Derechos Humanos, precis? que "en su denuncia la docente se?ala que en un juzgado de Instrucci?n con asiento en la localidad se encuentra un expediente que contiene pruebas, documentos y algunas fotos de dichas personas. Adem?s, brind? informaci?n sobre fechas, lugares y personas claves, que nos permitieron comenzar el trabajo de investigaci?n?.

La recuperaci?n de esos datos propici? una nueva presentaci?n en el juzgado de Instrucci?n de Melincu?, que permiti? que el Equipo Argentino de Antropolog?a Forense exhumara los cuerpos, que se encontraban en la secci?n A, fosa 2 y 3 del cementerio. Los recursos necesarios para la ?exhumaci?n, an?lisis antropol?gico y an?lisis gen?tico, traslados, actuaciones e intervenciones judiciales fueron aportados por el gobierno de la provincia de Santa Fe, a trav?s del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, mediante fondos contemplados en la ley N? 12.337?, indic? Acosta.

Ese equipo viaj? a Melincu? para entrevistarse con Cagrandi; con la jueza de Instrucci?n, Elizabet Mangini, para tomar conocimiento del estado actual del expediente iniciado en 1976; con Jorge Alberto Basuino, sumariante del juzgado que hab?a conservado el expediente judicial evitando su archivo o destrucci?n; con Modesto Peralta, sepulturero del cementerio de la localidad; y finalmente con Juan Rodolfo Rosso, a cargo del juzgado de Melincu? en 1976, y con el entonces secretario del juzgado, Gustavo Garc?a M?ndez.

La reactivaci?n de la causa

En diciembre de 2008, concluida la etapa de investigaci?n, Rosa Acosta realiz? en el juzgado de Instrucci?n de Melincu? una presentaci?n; solicitando que se cite a declarar en calidad de testigos a Juliana Cagrandi, Juan Rodolfo Rosso, Gustavo Garc?a Mendez, Jorge Alberto Basuino y Beatriz Elda Buitron; y que se d? intervenci?n al Equipo Argentino de Antropolog?a Forense (EAAF). Adem?s, en la presentaci?n se adjunt? copia de las fichas dactilares de los cuerpos sepultados como NN al Registro Nacional de las Personas, para realizar una b?squeda dactilosc?pica de las mismas. En forma paralela, integrantes del equipo de Investigaci?n, Apoyatura y Seguimiento de Causas Judiciales de Lesa Humanidad, se contactaron con Eric Domergue, hermano de Ives Domergue, para informarle de la investigaci?n y "con las precauciones del caso, le planteamos que una de las hip?tesis de trabajo era que una de las personas inhumadas como NN, podr?a ser su hermano, dada una multiplicidad de coincidencias. Lo asesoramos y patrocinamos a los fines de que se constituya en la causa judicial referenciada?, indicaron.

El mapa de la represi?n

En forma paralela, en el marco del primer juicio por cr?menes de lesa humanidad desarrollado en Rosario en el a?o 2009 (conocida como Causa Guerrieri-Amelong), el antrop?logo Juan N?bile present? ante el Tribunal Oral Federal N? 1de Rosario un informe elaborado por el Equipo Argentino de Antropolog?a Forense (EAAF), que relata el trabajo de ese Equipo y detalla n?mero de asesinatos y desapariciones producidas en la regi?n, los lugares de reuni?n de detenidos pol?ticos, y los m?todos utilizados por el terrorismo de Estado en el sur santafesino.

El Informe que el antrop?logo Juan N?bile present? ante el tribunal Oral Federal N?1, y en cuya redacci?n trabaj? Miguel Nievas, tambi?n miembro del EAAF, consigna que "en el Sur de la provincia de Santa Fe, se registraron un total de 442 casos, que se dividen en 238 Desaparecidos y 204 Asesinados". El documento se?ala que "dentro de los asesinados hay una gran parte de los que sus familias pudieron recuperar los cuerpos, otros no han tenido esa posibilidad". "En muchos de los casos registrados se pudo saber, por testimonios de sobrevivientes, que las personas detenidas o secuestradas en los procedimientos, eran trasladadas a diferentes centros de reclusi?n.

Estos lugares se pueden agrupar en -aI menos- dos grupos: los edificios estatales, donde operaban las diferentes Fuerzas Armadas y de Seguridad; y casas particulares, que en algunos casos eran alquiladas en forma legal", grafica el estudio del EAAF. Y describe que "del primer grupo podemos destacar el Servicio de Informaciones de la Polic?a de la Provincia, el Batall?n de Comunicaciones 121, F?brica de Armas Port?tiles Domingo Matheu, y el Batall?n de Arsenales 121 (hoy 603) de Fray Luis Beltr?n. Para el segundo grupo, podemos afirmar que se utilizaron casas ubicadas en las afueras de la ciudad de Rosario. Al menos una de ?stas, que no conocemos su ubicaci?n, funcion? en el a?o 1976; en el a?o 1977, se conoce la existencia de la quinta ubicada en Granadero Baigorria, denominada 'El Fort?n', conocida p?blicamente como La Calamita, y otra ubicada en la localidad de Funes, conocida como 'Quinta de Funes'", ubica el trabajo.

El Informe presentado por el EAAF explica tambi?n que "dentro del marco de las diferentes causas que se tramitan en los juzgados de la provincia, se concretaron una veintena de excavaciones arqueol?gicas, en las cuales se recuperaron una serie de restos ?seos, y la evidencia asociada a estos". Al momento de la presentaci?n del Informe, hab?an sido exhumados 27 cuerpos, e identificados 18. Los casos de Domergue y Marull ayudan a completar la lista. "Como m?todos para deshacerse de los detenidos, se utilizaron varias formas. La ejecuci?n a la vera de un camino o ruta; fraguando enfrentamientos; o arroj?ndolos al r?o. Tambi?n podemos inferir en que se utilizaron otras v?as, al igual que en otras partes del pa?s, como arroj?ndolos al mar desde aviones, la quema de los cuerpos y/o los enterramientos clandestinos", sostiene el Informe presentado por el EAAF, que traza la geograf?a del terrorismo de estado en el sur de Santa Fe.

Responsabilidades

"El fusilamiento de los prisioneros pol?ticos del terrorismo de estado era ordenado por el Comando de Zona, seg?n se desprende de las declaraciones que hiciera Agust?n Feced ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en septiembre de 1984. Pero la polic?a enterraba en los cementerios principales de las ciudades, como qued? establecido en Santa Fe y Rosario", relata el periodista Carlos del Frade. Las fosas clandestinas que se multiplicaron en los cementerios del pa?s, sostiene Del Frade, "parece ser una idea generada en los Comandos de Cuerpo", lo que hace indispensable, para la construcci?n de la memoria y la justicia, "la presencia de todos los que ocupaban cargos en las jefaturas de operaciones del Comando de 2? Cuerpo de Ej?rcito para que declaren sus acciones entre 1976 y 1983". Al mismo tiempo, es necesario tambi?n "el aporte de parte de los empleados que, en aquellos a?os del terrorismo de Estado, cumplieron con lo ordenado por los militares", completa el periodista rosarino. En el momento de producirse el secuestro y asesinato de Yves Domergue y Cristina Cialceta, el ?rbol de las responsabilidades militares en el sur provincial se?ala al general Ram?n Genaro D?az Bessone como comandante del 2? Cuerpo de Ej?rcito, quien ocup? el cargo hasta octubre de 1976; al general Andr?s An?bal Ferrero como segundo jefe de ese Cuerpo; al coronel Alfredo Sotera como responsable del Destacamento de Inteligencia 121; y el teniente coronel Pedro Miguel Colabella, que como jefe del Batall?n Comunicaciones Comando 121 ten?a a su cargo lo sucedido en la denominada ?rea 211, que abarcaba los departamentos santafesinos Rosario, San Lorenzo, Iriondo, Belgrano, Caseros, Villas Constituci?n y General L?pez.

La causa D?az Bessone

La identificaci?n de los restos de Yves y Cristina se convertir? en prueba en las causas por delitos de lesa humanidad tramitados en Rosario. As? lo confirm? Nadia Schujman, una de las abogadas del equipo jur?dico que representa a los querellantes. En el caso de Domergue, la familia se constituir? en querellante en la causa por su desaparici?n que se tramita en los juzgados federales, mientras que la desaparici?n de su compa?era, Cristina Cialceta, es uno de los 93 casos que se ventilan en el juicio oral contra el ex comandante del Segundo Cuerpo del Ej?rcito, Ram?n Genero D?az Bessone. ?Tanto la identificaci?n de sus restos como el expediente judicial hallado en Melincu? se incorporan como prueba al juicio, porque si bien la misma se produjo luego de la elevaci?n a juicio del expediente contra D?az Bessone, antes no estaba disponible?, explic? Schujman. La desaparici?n de Cialceta constituye uno de los 17 casos de homicidio por los que se acusa a D?az Bessone, porque ?en la jurisdicci?n de Rosario los tribunales federales presumen que la desaparici?n de una persona constituye su homicidio?, a?adi? la abogada. Ahora, con la identificaci?n de sus restos, tambi?n est? la prueba del homicidio de la militante mejicana.

Homenajes

"Encontramos a mi hermano y a su novia. Fueron identificados. Despu?s de 34 a?os de desgracia, sentimos alivio por encontrarlos y tambi?n por saber que sobrevivieron poco y nada en mano de los asesinos", se?al? a la AFP Eric Domergue, hermano de Yves Domergue, y el ?nico de la familia que sigue residiendo en Argentina. El mi?rcoles 29 de julio, la presidenta Cristina Fern?ndez encabez? un homenaje a las v?ctimas en la Casa Rosada. All? estuvieron presentes los familiares de las v?ctimas, y los j?venes y directivos de la escuela que, en el 2003, reactivaron el caso. "Todo homenaje es merecido, por lo que fue, por lo que luch?. Qu? esto sirva, que por un instante Yves represente a los 30.000 desaparecidos", consign? Eric.

La historia por venir

La identificaci?n de los restos sepultados en cementerios como el de Melincu? puede abrir nuevos cap?tulos en la investigaci?n de lo acontecido en la regi?n durante la dictadura militar. Y el trabajo del EAAF se convierte as? en indispensable. Reconocer los nombres de las v?ctimas, por supuesto. Yves. Cristina. Sus identidades, y con ellas sus historias, sus amores, sus pertenencias, sus sue?os inconclusos. Aquello por lo que lucharon. Por lo que en definitiva, fueron asesinados. Pero tambi?n, y sobre todo, los nombres de sus victimarios. Sus historias, sus obediencias, sus complicidades, sus ganancias. Aquello por lo que, en definitiva, se convirtieron en asesinos. Treinta y cuatro a?os despu?s, la historia de las tumbas en el cementerio de Melincu? -como la de tantas tumbas multiplicadas y silenciadas en distintos cementerios de localidades santafesinas- contin?a buscando caminos propios para ser contada. Porque como bien lo defini? nuestro poeta, Juan Gelman, "ahora pasan los compa?eros con la lengua cerrada / pasan entre los pies y los caminos de los pies / pasan cosidos a la luz / raspan el silencio con un hueso / el hueso est? escribiendo la palabra 'luchar' / el hueso se convirti? en un hueso que escribe".



 

Publicado el: 04/08/2010
Fuente: Bloque Prensa Regional
Por Jorge Cad?s.
Categor?as:
Derechos Humanos / Documento

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