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Casa de la Militancia de HIJOS Capital
?La Esma es nuestra"

La Agrupaci?n HIJOS inaugur? un espacio de militancia en la Esma. En uno de los pabellones de este predio donde funcion? el mayor Centro Clandestino de Detenci?n, los hijos abrieron las puertas de la Casa de la Militancia. Y durante tres d?as, llevaron adelante una jornada en la que participaron las filiales de todo el pa?s. M?s de 300 j?venes, hermanos e hijos de los hijos, se juntaron para debatir, compartir talleres y reencontrarse en el camino que los uni? durante 16 a?os de resistencia. enREDando viaj? con la agrupaci?n HIJOS Rosario y form? parte de esta experiencia. Compartimos la cr?nica.

I

Comenzamos el recorrido en la Escuela de Mec?nica de la Armada. El fr?o atraviesa el cuerpo, casi entumecido; y la memoria. Duele el aire helado que golpea a los ojos, la humedad apegada a los muros grises, el s?tano, la capucha. Una sobreviviente, Lidya, nos acompa?a y su testimonio deja un aguij?n en las heridas.

Por aqu?, por este indecible lugar, pasaron alrededor de 5000 detenidos ? desaparecidos. Fue el mayor Centro Clandestino de Detenci?n que funcion? en el pa?s bajo la ?ltima dictadura militar. El Casino de Oficiales era el sitio donde miles de personas atravesaban la muerte, todos los d?as.

Despu?s de 35 a?os, ingreso por primera vez a la ESMA. Son las dos de la tarde de un domingo de invierno. El sol acaricia pero no alcanza a entibiar el recuerdo, la m?s terrible imagen de lo que signific? este espacio. En el aire, se escuchan los ecos de un partido de f?tbol. River y Belgrano se disputan la permanencia en la primera divisi?n del f?tbol argentino. 35 a?os atr?s, en este mismo predio, mientras se torturaba sistem?ticamente a hombres y mujeres, se escuchaban los goles del Mundial 78, la locomotora de los trenes y el sonido claro y detectable de los aviones. La Esma se ubica en uno de las zonas m?s ricas de Capital Federal.

II

En otro edificio de la ex Esma, se celebra la inauguraci?n de la Casa de la Militancia. La Agrupaci?n HIJOS Capital abre su pabell?n, a pocos metros del espacio para nuestros hijos que all? tienen las Madres. Es un galp?n abierto a la participaci?n, a la lucha militante de tantos colectivos y agrupaciones que, de punta a punta de la Argentina, buscan construir el sue?o colectivo de la generaci?n de sus viejos.

Dos im?genes de la memoria presente. La sangre es fuerte y corre por las venas de este lugar. Durante tres d?as, todas las filiales de HIJOS de todo el pa?s se encontraron para compartir charlas, debates, talleres de identidad, arte, pol?tica, juicio y castigo, en las Jornadas Nacionales que contaron con el apoyo del Ministerio de Desarollo Social de la Naci?n.

El Hotel Bauen alberg? a cientos de hijos que llegaron de Formosa, Chaco, Mendoza, San Juan, Bah?a Blanca, Tucum?n, La Plata, Salta, C?rdoba, Santa Fe, Rosario, M?xico, Paran?, Necochea, San Rafael, Corrientes, Santiago del Estero, Uruguay, Espa?a. Llegaron, muchos de ellos, con sus hijos, sus parejas, sus hermanos. Reencuentro de viejos compa?eros. Un abrazo, un cigarrillo compartido, un caf?, charlas de pol?tica, risas, pe?a.

Cada regional tom? el micr?fono para compartir la realidad de su lugar, su tierra. En cada relato, los juicios a los genocidas aparece como la marca m?s profunda de la recuperaci?n de una justicia que, antes de la derogaci?n de las leyes de impunidad, parec?a casi inalcanzable. Hoy, es una realidad concreta que cobra fuerza con las sentencias a condenas perpetuas y m?s de 170 genocidas que fueron o est?n siendo juzgados en juicios orales.

III

En una de las charlas, el eje del debate se centr? en las estrategias comunicacionales sobre los juicios a los genocidas. As?, se pusieron sobre la mesa las experiencias que llevaron adelante HIJOS C?rdoba y Rosario, ambas filiales impulsando el Diario del Juicio, un registro hist?rico sobre la cobertura de los procesos judiciales que se realizan en estas ciudades. El Diario del juicio es una herramienta poderosa de comunicaci?n, casi la ?nica que nos posibilita realizar un seguimiento de lo que sucede puertas adentro de los Tribunales. En este panel, tambi?n particip? el abogado y periodista Pablo Llonto. En otro de los debates, se habl? de los espacios de memoria, de su importancia y resignificaci?n. El mismo cont? con la presencia de la reconocida investigadora Pilar Calveiro.

IV

En la Casa de la Militancia hay una muestra de fotos de m?s de 120 dibujantes y artistas que, desde el humor, hablan del terror. Y tambi?n, un ensayo fotogr?fico: El viaje de pap?. A trav?s de im?genes, sus hijos relatan el viaje que Hern?n Perez del Cerro, asesinado por la dictadura en 1977, realiz? a fines de la d?cada del 60. A cada fotomontaje, corresponde una frase de la carta que la t?a de los hijos de Hern?n, le escribi? a su hermano, a casi un mes de su asesinato. Un recorrido humano por la historia de este militante. Un viaje al m?s profundo sentido de la solidaridad, la lucha, la resistencia. Esas im?genes aparecen all?, colgadas de una de las inmensas paredes de los 35 pabellones que tiene el predio de la Esma. Hoy, resignificado como un espacio de la Memoria para los Hijos.

V

Contin?o el recorrido por el Casino de Oficiales. Cada paso, pesa. Al llegar a la capucha, la humedad y el fr?o obliga a estrujar las manos, el cuerpo entero. Hay frases de sobrevivientes que hablan del lugar. ?El espacio donde dorm?amos era de 75 cm de ancho por 2 metros de largo. Este sitio se convert?a en un caj?n parecido a lo de los muertos.? La pecera era otro de los rincones donde los detenidos eran condenados a un trabajo esclavo. En el a?o 1979, la Comisi?n Interamericana de Derechos Humanos recorri? la Esma a partir de denuncias realizadas por sobrevivivientes. En escasos meses, la dictadura militar se encarg? de refaccionar el centro clandestino, de trasladar a los detenidos a la isla del Tigre, de tapar la represi?n, el robo de bebes, las maternidades clandestinas, los centros de tortura. La arquitectura que habla con sus huellas de cimientos molidos. Los relatos de los sobrevivientes -dice la gu?a que nos acompa?a por la Esma- eran excepcionales. All? dentro, la regla fue la desaparici?n forzada.

Otro de los testimonios que alcanzo a leer, grafican eso que no puedo decir con palabras. ?Esta sensaci?n de desprotecci?n, aislamiento y miedo es muy dif?cil de describir. Debe ser sin embargo, lo m?s parecido al infierno?.

VI

En el Casino de Oficiales funcion? una maternidad clandestina. Nos cuenta la gu?a: ?Los dos primeros partos se producen en la enfermer?a del s?tano. La mayor?a de los casos de mujeres embarazadas se dieron en este lugar. Quien estaba a cargo de la maternidad era Hector Febres?. A Febres lo encontraron ?suicidado? en su celda, cuatro d?as antes de que se conociera la sentencia por el Tribunal Oral 5 que lo juzgaba por la participaci?n en cuatro casos de privaci?n ilegal de la libertad y tormentos durante su actuaci?n en la Escuela de Mec?nica de la Armada . ?Esta persona estaba a cargo este sector y era el que llevaba adelante un listado con los nombres de las mujeres embarazadas y de las familias que estuvieran dispuestas a apropiarse de estos chiquitos. En este sector hubo alrededor de 30 partos. De esa cantidad, 11 chicos restituyeron su identidad. Ac? no podemos dejar de hablar del trabajo y la lucha de distintos organismos como Abuelas de Plaza de Mayo e Hijos?.

Lidya es una sobreviviente. Est? junto a nosotros, recorriendo ese lugar que tiene grabado en la piel. Y cuenta: ?Las embarazadas las tra?an ac?, les daban un ajuar para los beb?s, y en algunos de los casos, las llevaban al Hospital Naval. Les dec?an que iban a ser entregados a sus familias, pero sospech?bamos que no era as?. Habr? visto a m?s de 20 embarazadas. Hay una palabra que falta inventar que es la de los sentimientos encontrados. Con los bebes pasaba eso: la alegr?a de que naciera, pero sab?amos que cuando nac?a pod?an pasar poco d?as para que se lleven al bebe. Yo creo que esta es la parte m?s perversa de toda esta historia.?

VII

 ?La Gaby con sus poemas, ella siempre estaba sonriente?, cuenta Lidya, recordando a la militante montonera Norma Arrostito. La solidaridad, el humor, el compa?erismo. Todo esto tambi?n formaba parte de la sobrevivencia de los detenidos - desaparecidos. ?Exist?a el amor, el dolor, la alegr?a. Exist?a todo? dice Lydia. ?Tambi?n se daba la vida en todos sus colores. Peque?os actos de resistencia eran fundamentales ac? adentro?, agrega.

Tiene la voz firme. Estamos en la capucha. Casi no hay luz. Ella habla, mira a los ojos y a cada rato, resalta la importancia de lo que significa poder dar testimonio de lo vivido. ?Eramos militantes y tenemos que estar muy orgullosos de todos los que estaban ac?. As? como estoy en todos los juicios posibles, trato de contar y dar un testimonio viviente. Yo creo que es muy importante poder transmitirlo desde quien lo vivi?, con todas las limitaciones. Esto es parte de una militancia y de una denuncia. Fue muy dif?cil salir de ac? tambi?n. Los sobrevivientes, en los primeros a?os, ten?an un estigma. Y todo eso, hubo que trabajarlo durante mucho tiempo. Trat? de instalarse en la sociedad tambi?n esa diferencia, y hubo que remarla, en el exilio, ac?. Todos los que pasamos por ac? fuimos militantes y cre?mos en un pa?s mejor. Y en estos lugares hubo resistencia, porque hubo resistencia afuera?.

Lidya acompa?a, acota, revive. Y en su testimonio, homenajea a sus compa?eros desaparecidos. Los coloca ah?, en el merecido lugar de la memoria. ?El que estuvo ac? es porque quer?a un pa?s mejor, y dej? su vida por ese pa?s, por los hijos y por los hijos de sus hijos?.

La aplaudimos, espont?neamente. Nos quedamos escuchando a Lydia, con el nudo atravesando la garganta, con el llanto empu?ado en los ojos. Estamos adentro de ese lugar, haci?ndonos carne de un testimonio que a pesar de lo terrible, habla de la vida, de los hijos y los nietos.

 VIII

 ??La ESMA es nuestra la puta que lo pari?!?. Con ese canto, multiplicado en cientos de voces, las columnas de HIJOS ingresaban a la ex ESMA en el d?a oficial de la inauguraci?n de la Casa de la Militancia, un mediod?a de lunes, bajo un sol intenso, un color de cielo abierto y un recuerdo constante del ex presidente N?stor Kirchner y a la actual presidenta, Cristina Kirchner.

No puedo olvidar esa imagen. Ingresar a la ex ESMA y avanzar con las columnas, las banderas, los hijos de los hijos aferrados a las manos de su pap? o su mam?. Hay fuerza, una batalla cultural ganada. Al menos, esto es lo que mucho so?amos.

?Este es un espacio abierto para construir memoria, para generar pol?tica. Estamos inaugurando este edificio que es la Casa de la Militancia. Este espacio es de todos y todas. Es un punto de inflexi?n dentro de los 16 a?os de la historia de Hijos. Es un espacio de memoria recuperado, y va a estar abierta para todas las organizaciones que quieran trabajar ah?, y reproducir y propulsar este modelo de pa?s que surgi? a partir del 2003. La pol?tica y la militancia son herramientas fundamentales?, me dec?a Paula, de Hijos Capital, mientras march?bamos para ingresar al predio.

En el documento que leyeron los hijos en el acto, expresaban: ?Hoy vivimos un proceso pol?tico que nos permite al pueblo argentino desnudar los verdaderos prop?sitos de los poderes concentrados. Hoy las cosas est?n m?s claras y se corre el velo que les permiti? durante a?os operar sobre el relato, sobre el sentido com?n, inventando una falsa verdad. Con nuestros padres y madres hicieron lo mismo: les quitaron la historia. Todo se cuenta a medias: primero eran subversivos, delincuentes y terroristas; despu?s, cuando se extermin? una generaci?n entera, y la magnitud de la masacre fue indisimulable, nuestros padres y madres pasaron a ser esa categor?a espantosa: desaparecidos. En ese contexto, nacimos y crecimos los H.I.J.O.S. de aquella generaci?n. Nacimos en pleno embate represivo contra nuestro pueblo. Nos criamos con el dolor de la injusticia, pero cuando crecimos decidimos convertirlo en lucha, en compromiso, militancia, proyecto colectivo y construimos nuestra propia organizaci?n: Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio.?

Hoy, los Hijos tienen su lugar. Un espacio abierto para llenar de sentido, de pol?tica. De esa palabra que algunos aborrecen, porque aborrecen la participaci?n y la transformaci?n de un pa?s. ?A partir de hoy, este lugar es de todos los militantes. Se abre para siempre para que la llenemos con ideas como talleres, charlas, proyecciones, debates, encuentros, y tambi?n para el proyecto de radio que pronto ser? una realidad: una radio en la ex ESMA, con todas nuestras voces.?

Despu?s, lleg? el turno del discurso que brind? la Ministra de Desarrollo Social, la hermana del ex presidente, Alicia Kirchner. Y ya sobre el final, el reencuentro en el Bauen, en ese espacio que, parad?gicamente, tambi?n fue recuperado por trabajadores en lucha.

Y no puedo, y no debo, dejar de olvidar esa imagen, esa sensaci?n. ?La Esma es nuestra, carajo? pienso y me digo, con una sonrisa que se funde por dentro, mientras recuerdo ese instante en que atravesamos el inmenso port?n rumbo a la Casa de la Militancia. Un lugar recuperado. Ni un paso atr?s.



 

Publicado el: 24/07/2011

Por Mar?a Cruz Ciarniello.
Categor?as:
Derechos Humanos / Documento

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