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Homenaje a los periodistas desaparecidos
Rebeld?a debida

La Rep?blica nunca muri?, volvi? a levantarse despu?s de aquel nefasto d?a del Punto final y la Obediencia debida de los paniaguados y los desleales. Pero a los asesinos se los sigui? buscando. Aquella gente del coraje civil irrenunciable los persigui? y los denunci? en la calle, se los escrach?, se les grit? en la cara la p?rfida ignominia de sus cr?menes...

La Rep?blica nunca muri?, volvi? a levantarse despu?s de aquel nefasto d?a del Punto final y la Obediencia debida de los paniaguados y los desleales. Pero a los asesinos se los sigui? buscando. Aquella gente del coraje civil irrenunciable los persigui? y los denunci? en la calle, se los escrach?, se les grit? en la cara la p?rfida ignominia de sus cr?menes. Los torvos desaparecedores y torturadores buscaron rincones. Aquella huida del entonces "general de la Naci?n", Su?rez Mason, a Estados Unidos, fue una muestra de la valent?a de esos a los cuales Hadad levantar?a a la categor?a de "h?roes de Malvinas". Se escondieron, se cubrieron con los cargos de moda de las organizaciones de vigilancia y custodia. Y se metieron hasta en los pueblitos m?s id?licos del paisaje argentino para esconder sus rostros aviesos. Estuve en Villa La Angostura, en medio del paisaje beat?fico del Nahuel Huapi. All? la juventud y los vecinos de la honradez y el coraje han dejado al desnudo a un ex miembro de la horda asesina del general Benjam?n Men?ndez, el de C?rdoba, el que bajaba el pulgar despu?s de castigar b?rbaramente a los prisioneros y les robaba los reci?n nacidos a las parturientas. El mayor Francisco Pablo D'Aloia lleg? un buen d?a a Villa La Angostura y fue a ocupar una casa fastuosa en el mejor paisaje. Y por supuesto no fue a trabajar por la cultura o a proteger la naturaleza. No, lleg? representando a una empresa poderosa, la Recovery S.A. que se dedica al negocio de la "privatizaci?n de los impuestos" que habr? que ver qu? secuelas deja de esas que conocemos dentro de los nuevos negocios en los que descollaron patriotas a lo Mar?a Julia. El individuo reci?n aparecido, rodeado de dinero y de amistades entre lo m?s granado de la peque?a oligarqu?a regional, fue part?cipe necesario en la m?quina asesina del III Cuerpo de Ej?rcito y espec?ficamente en el traslado y fusilamiento de Gustavo De Breuil, Arnaldo Toranzo y Miguel Vaca Narvaja. Ha sido participante del levantamiento carapintada, en 1989. Se neg? a declarar en el Juicio de la Verdad de C?rdoba en el 2000.
Los ciudadanos libres y democr?ticos de Villa la Angostura piden en un documento que han puesto a la firma en la biblioteca p?blica del lugar que este militar de los setenta se vaya. No quieren ver en sus calles a alguien que llev? el uniforme en los nefastos a?os de la tortura y la desaparici?n. No quieren que con su aliento traiga el olor a cad?ver de quienes fueron asesinados en las peores circunstancias. Las aguas del lago ya no tendr?an los celestes ni las monta?as los blancos puros elevados al para?so. V?yase, le dicen, a quien perteneci? a la banda del despojo y la muerte.
Me maravill? el sentido de comunidad y de humanismo de los angosture?os. All? metidos en la monta?a quieren la justicia que los pusil?nimes negaron al levantar el brazo en aquella vergonzosa jornada anticivil del voto a las leyes de Obediencia civil y Punto final. Creemos en el triunfo de los libres de Villa La Angostura.
Pero hay otra cosa entre los argentinos que va creciendo cada vez m?s dando un ment?s al pr?logo del Nunca m?s del libro de la Conadep, que estableci? oficialmente la teor?a de los dos demonios, de manos de un intelectual intocable. Aquel que puso el mismo nivel entre los asesinos y las v?ctimas. Y que compar? el accionar de quienes buscaban un nuevo pa?s con los que quer?an seguir con ese r?gimen de dictaduras militares y pol?ticos obedientes, mientras la Rep?blica se iba hundiendo poco a poco para dejarnos esta Argentina de hoy, de la desocupaci?n, el hambre y la miseria para sus hijos m?s explotados y zaheridos.
Por eso me llam? la atenci?n y me llen? de reconocimiento el acto que hizo una escuela de periodismo que entrega "manzanas" a los que se van convirtiendo en verdaderos maestros de la prensa. Pues bien, una de esas manzanas fue para los periodistas desaparecidos. Algo que los medios tratan de callar sali? all? para la discusi?n y el debate. Coraje civil demostraron los organizadores. Se est? abriendo pues la puerta que traiga claridad y seriedad en el trato de ese cap?tulo de la historia argentina que se intent? cubrir con las cobard?as civiles del "de esto no se habla". Hace poco un diario -por ejemplo- se neg? en primera instancia a poner la palabra desaparecido en un aviso f?nebre. Esto nos habla del criterio que reina en gran parte de nuestra sociedad.
Me toc? recibir esa "manzana" para los colegas desaparecidos en nombre de la organizaci?n de trabajadores de prensa. En esa oportunidad dije las siguientes palabras, una especie de "pr?logo" para la definitiva rehabilitaci?n y reconocimiento hacia esos hombres y mujeres que buscaron una nueva sociedad. Dije as?:
"Sus frentes est?n fr?as; sus rostros guardan una extrema palidez, pero sus ojos nos miran.
Son los periodistas desaparecidos. Los que fueron nuestros amigos, los que en las redacciones escrib?an noche y d?a. Adem?s de la cr?nica diaria, el manifiesto, el volante, la declaraci?n, la cr?tica. Quer?an a la Rep?blica, volv?an a los sue?os de Mariano Moreno. Una Rep?blica de libres e iguales. No dorm?an por discutir, no quer?an aceptar un pa?s de militares y mercaderes del lujo y la humillaci?n. Eran hombres y mujeres que andaban solos por las calles con sus sue?os y proyectos.

Las redacciones iban mostrando poco a poco sus huecos. All? el escritorio vac?o de Susana, la bella revolucionaria; aqu? el de Enrique, el planificador, el rebelde. Iban quedando s?lo los recuerdos de aquellos otros d?as, despu?s de la salida del diario, en el bodeg?n donde todo eran risas y an?cdotas de la vida diaria.
Nos quedaron sus voces, sus ideas, sus discusiones, su incre?ble valent?a de volver al lugar donde los estaban esperando los alcahuetes de civil que los iban a entregar a los verdugos de uniforme.
Clarisa, Rodolfo, el Paco, sus nombres fueron cambiando, ahora segu?an la lucha desde sus refugios. Ya no vimos ni sus ojos, ni sus sonrisas, le?amos sus letras de luchadores latinoamericanos. Los mataron los delegados uniformados del poder injusto. Almirantes, brigadieres, generales con sus galones de mucamos. Los alcahuetes de siglos con sus permanentes torturas, c?rceles, tiros en la nuca. Los peores y los mejores del g?nero humano. Estos ?ltimos, los primeros en tirar la piedra contra el cristal de la codicia para que entrara el sagrado aire de la libertad y la dignidad. Los uniformados trajeron la muerte y nos dejaron esta muerte actual. Nos dejaron en manos de los pol?ticos corruptos de la Obediencia debida y el Punto final. Obediencia debida, nosotros seguiremos creyendo en la rebeld?a debida y llevaremos flores a nuestros h?roes de la palabra.
Durante siglos los revolucionarios fueron perseguidos con la crucifixi?n, el descuartizamiento, la hoguera, la horca, la silla el?ctrica, el fusilamiento, la desaparici?n. Los mercenarios de la represi?n est?n vivos entre nosotros, en los balcones de sus casas. Se dice que Su?rez Mason no duerme desde hace 5567 d?as, que Massera juega todas las noches a los dados hasta el amanecer. Tira esos dados sobre la mesa cada vez con m?s fuerza para apagar los gritos de su conciencia, pero cada vez m?s los dados al golpear se transforman en ruidos de huesos humanos de los sepulcros construidos por ?l, y Videla elige el pasillo por el cual repite un mill?n y medio de veces por d?a: 'no est?n ni vivos ni muertos, est?n desaparecidos'.
Cuando visitamos redacciones estamos orgullosos, all? lucharon los periodistas libres y so?adores. Nuestros compa?eros, nuestros amigos para siempre, nuestros ejemplos vivos. J?venes plenos, libres, nuestros h?roes rebeldes. Los amamos cada vez m?s. Los admiramos cada vez m?s. Gracias,queridos compa?eros. Muy pronto, vuestros hermosos rostros estar?n en cuadros en las redacciones de una Rep?blica justa."

Obediencia debida, no; s?lo rebeld?a debida.

Mas informaci?n: http://www.perio.unlp.edu.ar/catedras_libres/ddhh/periodistas_desaparecidos.php (CATEDRA DDHH UNIVERSIDAD DE LA PLATA)
Libro: "Los periodistas desaparecidos"- UTPBA




 

Publicado el: 31/03/2005

Por Osvaldo Bayer en Periodismo Social.
Categor?as:
Derechos Humanos / Noticia

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