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H.I.J.O.S. Rosario, por la continuidad de la lucha popular en la Argentina


El primer escrache fue espont?neo, producto de la casualidad. Un par de pibes que iban a una reuni?n vieron en un bar a Alfredo Astiz, uno de los represores m?s conocidos. Cuando le contaron a sus compa?eros a qui?n hab?an visto resolvieron todos volver a esa bar y repudiar la presencia del represor. Aquella era una de las primeras reuniones de H.I.J.O.S. y aquel fue el primero de much?simos escraches a torturadores y asesinos. En Rosario, el primer escrache fue a Jos? Lofiego, integrante de la tristemente c?lebre patota del gendarme Feced, en 1.997.

El primer escrache fue espont?neo, producto de la casualidad. Un par de pibes que iban a una reuni?n vieron en un bar a Alfredo Astiz, uno de los represores m?s conocidos. Cuando le contaron a sus compa?eros a qui?n hab?an visto resolvieron todos volver a esa bar y repudiar la presencia del represor. Aquella era una de las primeras reuniones de H.I.J.O.S. y aquel fue el primero de much?simos escraches a torturadores y asesinos. En Rosario, el primer escrache fue a Jos? Lofiego, integrante de la tristemente c?lebre patota del gendarme Feced, en 1.997. Ahora, mientras charlan con enREDando, Juan Emilio Basso y Eduardo Toniolli est?n a pocas horas de un nuevo escrache, en este caso para desenmascarar ante sus vecinos a un militar de apellido Crespi. Y est?n tambi?n en plenos preparativos para los actos de conmemoraci?n de un nuevo aniversario del golpe del ?76. Pero ni el Juane ni el Edu se muestran nerviosos o ansiosos. Con sus apenas veintipico de a?os exponen serenidad, capacidad de reflexi?n, madurez, que no se contradicen para nada con sus esp?ritus combativos, rebeldes, decididos a promover la modificaci?n de un r?gimen pol?tico y econ?mico al que califican como continuaci?n de la dictadura militar que asesin? a sus padres. En H.I.J.O.S. (Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) se corren del lugar de v?ctimas. ?La v?ctima de la dictadura fue el pueblo argentino?, dicen. Juane y Edu tienen sus padres desaparecidos, pero aclaran que para participar en H.I.J.O.S. no se plantea como requisito tener desaparecidos en la familia. La agrupaci?n nace en la Semana Santa del ?95 en un encuentro en las sierras cordobesas. ?La convocatoria se empez? a parir unos meses antes en las ciudades en las que durante la d?cada del 80 se hab?an dado talleres literarios y de reflexi?n organizados por organismos de defensa de los derechos humanos con pibes cuyos padres estaban desaparecidos, o exiliados, o todav?a presos. De esos talleres qued? armado un grupo de j?venes, ni?os, adolescentes y surgi? la idea de hacer un congreso de, en principio, hijos de desaparecidos?, recuerda Toniolli. Pero despu?s, cuando los delegados volvieron a sus ciudades, se fue dando que desde distintos sectores sociales surgieron invitaciones a sumarse a diversas actividades barriales, comunitarias. Y desde H.I.J.O.S. no esquivaron el bulto. En Rosario los primeros que se acercaron a la agrupaci?n a proponer un trabajo en conjunto fueron un grupo de pibes de barrio Ludue?a encabezados por el Pocho Lepratti. ?A partir de esas actividades se empieza a dar una definici?n pol?tica: la dictadura tuvo como consecuencia la desaparici?n forzada, los compa?eros presos, el exilio; pero principalmente tuvo efectos sobre toda la sociedad, no sobre un grupo reducido de militantes, que es lo que quer?a marcar la teor?a de los dos demonios. Nuestra respuesta ten?a que ser en otro sentido, el pretendido lugar de v?ctimas no nos cerraba. Entend?amos que si bien los organismos de defensa de los derechos humanos en determinado momento se tuvieron que parar desde ese lugar para luchar contra la dictadura y por el juicio y castigo, est?bamos en otra etapa?, relata Edu. ?Definimos que estar en H.I.J.O.S. no ten?a que ver con una condici?n sino con una convicci?n pol?tica, con la decisi?n de ser un luchador. Se plante? ofrecerles a los hijos de desaparecidos poder dejar el lugar com?n de v?ctimas y darles un lugar en el que se pudieran transformar en luchadores?, sigue Juane. ?Empezamos a ligar el reclamo de castigo a los genocidas y la b?squeda de hijos de desaparecidos con las cosas que les pasaban a los j?venes de nuestra edad: el gatillo f?cil, la falta de trabajo, de expectativas, de esperanzas; cosas que se hab?an cortado a partir de la dictadura pero tambi?n por hechos que impactaron tan duramente como la dictadura, como las grandes traiciones de los partidos pol?ticos que fueron populares, la entrega de las privatizaciones, que dieron un clima de desesperanza, de desaz?n. En eso momento (mediadios de la d?cada del 90) H.I.J.O.S. fue para nosotros un lugar de organizaci?n casi ?nico, porque no hab?a perspectivas. En ese momento el que ten?a inquietudes pol?ticas no ten?a donde volcarlas, por eso empieza a surgir todo el movimiento social. Para nosotros H.I.J.O.S. es un lugar de identidad, un lugar para encontrarse con la historia, pero tambi?n un lugar de militancia. Nos planteamos que no s?lo vamos a ser hijos de desaparecidos?, completa Edu. Otra de las definiciones que surgieron del desarrollo de la actividad de H.I.J.O.S. fue la necesidad de superar lo que Juane caracteriza como una etapa ?m?s testimonial y dirigida estrictamente a la pos dictadura, al juicio y castigo?. Desde la agrupaci?n se apost? a discutir tambi?n el antes de la dictadura, a reivindicar los los proyectos pol?ticos y la actitud de transformaci?n social que sosten?an los desaparecidos. Edu y Juane reniegan de la lectura que podr?a resumirse apelando a la figura del flautista de Hamelin, considerando que un par de dirigentes llevaron de las narices a la muerte a toda una generaci?n. ?Esto es creer que hubo toda una generaci?n est?pida. Estar?amos negando a nuestros viejos y a nuestros compa?eros que militaron en esa ?poca. Si bien hubo errores en aquellas organizaciones, las grandezas y las miserias son colectivas; y hay que ver los errores para ver qu? tomamos y qu? dejamos de aquella experiencia?, se?alan. As?, releyendo y redefiniendo su accionar como organismo de defensa de los derechos humanos y sum?ndose a diversos sectores sociales que resisten la opresi?n pol?tica y econ?mica, los pibes de H.I.J.O.S. dejaron de ser solamente los hijos de los desaparecidos. Y aunque no abandonan sus actividades m?s espec?ficas como la b?squeda de j?venes hijos de desaparecidos (en Rosario hay 80 casos que se est?n investigando) o los escraches a los represores, participan de instancias de encuentro m?s amplias, con sindicatos y con organizaciones barriales y estudiantiles, en las que promueven la recuperaci?n de la identidad pol?tica de los sectores populares de la Argentina. ?La identidad pol?tica de una generaci?n es patrimonio cultural de un pueblo. Que nuestro pueblo no pueda recuperar esa identidad pol?tica como su propia experiencia hecha por generaciones anteriores es no tener acceso a un saber que es nuestro, a una experiencia y una pr?ctica que tuvimos. Tenemos que lograr que podamos mirar nuestra experiencia pol?tica como batallas ganadas y batallas perdidas, y aprender de eso?, dice Juane. Y Edu rechaza ?la reivindicaci?n de los desaparecidos en abstraco? para remarcar que entre los desaparecidos hab?a ?peronistas, cristianos de base, socialistas, marxistas, que militaban en organizaciones como Montoneros o el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) y que son parte la historia de lucha de un pueblo por su liberaci?n?. H.I.J.O.S. www.hijos-rosario.org.ar mail: hijosrosario@hotmail.com





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Publicado el: 20/03/2003


Categor?as:
Buenas Pr?cticas / Reportaje

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