APRIM, por el derecho a la felicidad m?s all? de la posici?n psicof?sica.
De afuera de la calle Lozzia 6321 A parece una m?s, pero no es una casa
cualquiera. Es la sede de la Asociaci?n Pro Rehabilitaci?n Integral del Mog?lico
(APRIM) y en ella viven, por estos d?as, trece personas afectadas por el
s?ndrome de Down . All? viven tambi?n el titular de la Asociaci?n, Enrique
Prieto, y su familia, que incluye a un joven adoptado tambi?n afectado por el
s?ndrome. Enrique, un egresado de Bellas Artes que supo vivir en el norte del
pa?s y en el Brasil y a partir del a?o 63 se incorpor? con todo a APRIM, muestra
orgulloso las prolijas y c?lidas habitaciones de la casa. Y cuenta apasionado la
historia de la instituci?n y tambi?n los proyectos a futuro, entre los que se
destaca la idea de instalar una granja educativa con salida laboral. Todo, desde
el convencimiento de que "el derecho a la felicidad nace con el hombre mismo
cualquiera fuere su posici?n psicof?sica".
De afuera la de calle Lozzia 6321 A parece una m?s, pero no es una casa
cualquiera. Es la sede de la Asociaci?n Pro Rehabilitaci?n Integral del Mog?lico
(APRIM) y en ella viven, por estos d?as, trece personas afectadas por el
s?ndrome de Down . All? viven tambi?n el titular de la Asociaci?n, Enrique
Prieto, y su familia, que incluye a un joven adoptado tambi?n afectado por el
s?ndrome. Enrique, un egresado de Bellas Artes que supo vivir en el norte del
pa?s y en el Brasil y a partir del a?o 63 se incorpor? con todo a APRIM, muestra
orgulloso las prolijas y c?lidas habitaciones de la casa. Y cuenta apasionado la
historia de la instituci?n y tambi?n los proyectos a futuro, entre los que se
destaca la idea de instalar una granja educativa con salida laboral. Todo, desde
el convencimiento de que "el derecho a la felicidad nace con el hombre mismo
cualquiera fuere su posici?n psicof?sica".
"El ser afectado por el s?ndrome de Down puede alcanzar niveles de
integraci?n que lo hagan desempe?arse como un ser ?til dentro del complejo
social", remarca Enrique, que se?ala que "corresponde a la sociedad decidir el
retorno a ?pocas superadas, caracterizadas hasta por singulares sacrificios
paganos, o por el contrario asumir la responsabilidad para que el discapacitado
goce de los beneficios que le acuerdan sus derechos para su mayor
bienestar". Enrique expresa tambi?n que es el Estado el que debe hacerse
cargo de la planificaci?n general de programas asistenciales para las afectados
por el s?ndrome y que esos programas, para cumplir el objetivo de la
integraci?n, deben tener en cuenta a "todas las ?reas del saber y el sentir
humano, ya sean human?sticas o sociales, m?dicas o pedag?gicas, econ?micas o
jur?dicas". En APRIM sostienen adem?s que los "principios rectores" de los
tratamientos deben ser, entre otros, el trato afectivo, educando al ni?o en la
disciplina escolar y la convivencia social; la creencia en sus posibilidades y
el trabajo en el desarrollo de su personalidad; el trato normal del asistido sin
subestimaciones visibles que inhibieren causando depresiones perjudiciales; la
atenci?n de su edad cronol?gica, su nivel intelectual, social y familiar, sus
caracter?sticas afectivas y emotivas y sus orientaciones vocacionales; el
impulso hacia la participaci?n activa en tareas que desarrollen el concepto de
responsabilidad y por ende de su personalidad; adecuar la labor y las
posibilidades individuales siguiendo no obstante un plan de conjunto y lograr
que toda actividad tenga como objetivo final el desarrollo psicomotor del
asistido. Adem?s, en APRIM reivindican la necesidad de lograr la asistencia
totalmente gratuita para evitar desequilibrios econ?micos en desmedro de los
otros integrantes de la familia del afectado, evitando as? rechazos y traumas
familiares. En APRIM Rosario, lo de la gratuidad de la atenci?n se cumple.
Las 13 personas que viven en la casa de la calle Lozzia est?n becadas por el
Estado provincial y la organizaci?n cuenta adem?s con el respaldo de varias
empresas de la ciudad a las que Enrique expresa su agradecimiento. APRIM
surgi? como organizaci?n el 27 de diciembre de 1963 a partir de la decisi?n de
un grupo de padres con hijos afectados por el s?ndrome de Down, t?rmino que en
aquel entonces no se usaba tanto como ahora. Enrique explica que la palabra
mog?lico se fue dejando de lado por el uso social con tono discriminatorio de la
misma, pero que, en definitiva, mogolismo y s?ndrome de Down es lo mismo.
|
|
|
Publicado el: 22/07/2004
Categor?as: Buenas Pr?cticas / Reportaje
enREDando.org.ar
Comunidades en Red
|
|