Chicos con may?sculas
chicos
"La estrategia es ofrecerles como un contrapunto a la calle, que es un espacio
que aparece como libre, mágico, pero donde las reglas son durísimas",
indica Marcela Lapenna respecto de la acción de la Asociación
C.H.I.C.O.S., por cuya casa de la calle Mendoza al 1200 circulan mensualmente
más de cien pibes de entre 12 y 18 años, que concurren a talleres
de capacitación laboral y de recreación.
Mensaje de
los Chicos del Centro de Día al Presidente Bush
chicos
"La estrategia es ofrecerles como un contrapunto a la calle, que es un espacio
que aparece como libre, mágico, pero donde las reglas son durísimas",
indica Marcela Lapenna respecto de la acción de la Asociación
C.H.I.C.O.S., por cuya casa de la calle Mendoza al 1200 circulan mensualmente
más de cien pibes de entre 12 y 18 años, que concurren a talleres
de capacitación laboral y de recreación. Claro que el "contrapunto"
que se ofrece desde C.H.I.C.O.S no es un espacio de internación, de
corte abrupto con el mundo de la calle. "Los chicos necesitan por un lado
agotar esa experiencia de la calle y nosotros podemos ir ofreciéndoles
simultáneamente otro lugar donde puedan vivenciar pautas de convivencia
totalmente diferentes. El pibe puede estar un tiempo con una pata en cada
lado, pero no todo el tiempo; llega un momento en que opta por dejar la calle,
pero convencido de que la calle no es el lugar. Interrumpir este proceso
sacándolo por la fuerza o seduciéndolo con un hogarcito lindo
no resuelve nada", explica Marcela.
Desde ese posicionamiento es que, por ejemplo, a los adolescentes que se
acercan a la calle Mendoza y son consumidores de pegamento les piden que
dejen las latas en el momento en que entran pero se las devuelven al salir.
"Si no, lo que logramos es que el día que tiene poxi no venga, y nosotros
ganamos cuanto más tiempo estemos con el chico, teniendo su confianza",
señala Marcela. Y aclara: "esto lo podemos hacer con adolescentes,
no con un chico de 4 años".
El eje del trabajo de la Asociación pasa por los talleres de capacitación
laboral y de recreación. "Partimos de la base de que no hay más
trabajo y por eso no pensamos en talleres de capacitación laboral
vinculados exclusivamente a la formación de un oficio que te inserte
en el mercado formal. Pero creemos en el trabajo como valor, como dinamizador
y organizador, y los chicos deberían poder pasar por este proceso
para incorporar pautas y hábitos que les permitan conocer a lo que
ellos también deberían tener derecho. Buscamos que no se naturalizace
la calle como el único espacio posible. Y complementamos los talleres
de capacitación con los talleres artísticos, recreativos, donde
los pibes puedan vivenciar la experiencia de ser niños, donde puedan
jugar, crear, cosas a las que tienen derecho por su ciclo vital. Porque si
no, se termina pensando en los hijos de uno como los chicos que necesitan
divertirse y en los hijos de los pobres como niños que necesitan aprender
un oficio exclusivamente", se explaya Marcela. Y añade: "nuestra tarea
no tiene que ver con un proyecto de contención, de tenerlos conteniditos
y encerraditos; ni con un proyecto de higiene urbana, que intente sacarlos
de la calle para que no jodan, no molesten". Por eso, C.H.I.C.O.S. no exige
a los pibes que se acercan que abandonen sus trabajos callejeros. "La del
sistema es una actitud perversa porque por un lado no deja otra opción
a los chicos que laburar para vivir y después criminaliza eso -analiza
Marcela-. Nosotros decimos: ojalá no tuviera que laburar ninguno,
pero mientras tengan que laburar nosotros no vamos a penalizar eso".
Desde la Asociación, el abordaje de la cuestión del trabajo
incluye otro aspecto: el microemprendimiento de la panadería Leva
Vida, en la que hay una inserción más directa de los chicos
en lo laboral, una vuelta de tuerca a los talleres de capacitación
laboral. De todos modos, Marcela vuelve sobre que "no se trata de formar
panaderos, sino de aportarles a los chicos herramientas de autogestión;
que sepan que tienen derecho a ganarse la vida de otra forma que la que impone
la calle".
Otro concepto sobre el que Marcela vuelve a lo largo de su charla con enREDando
es el del protagonismo de los chicos, tanto por su participación en
los talleres como por su intervención en la vida de la Asociación
como institución. Así, surge como un eje importante la cuestión
política, "la pregunta -dice Marcela- de por qué estamos como
estamos. Hacerse un lugar en la vida es un laburo que les cuesta a los chicos
y también nos ha costado como institución. Tratamos de compartir
estos dos procesos y por eso tratamos de que los chicos no sean ajenos a
nada de lo que tiene que ver con la construcción institucional, que
estén al tanto de los convenios que firmamos, las relaciones que tenemos,
quiénes son los padrinos para las becas".
C.H.I.C.O.S. desarrolla su labor mediante convenios con la Municipalidad
de Rosario y con el respaldo de la fundación Avina pero también
sostiene relaciones con un amplio abanico de organizaciones y personas con
las que intercambia experiencias y apoyos. La casa de calle Mendoza, por
ejemplo, fue adquirida por una profesora francesa llamada Arlette que se
sumó al trabajo de la Asociación por unos días.
Así, C.H.I.C.O.S., que se constituyó como asociación
en 1991 y desde 1993 integra un programa mixto con la Municipalidad de Rosario,
consolidó su presencia en el centro de la ciudad, hecho que Marcela
apunta como importante porque es en el centro donde los pibes más
trabajan y están en la calle. Y con la casa propia, la Asociación
está menos condicionada para desarrollar su estrategia de establecerse
como centro de día y no como hogar, como internado. "Para nosotros
con la internación no hay un cambio conceptual: los pibes están
en instituciones que sostienen la misma legalidad de la calle pero dándoles
techo y comida", redondea Marcela, que a la vez enmarca la labor de la Asociación
en un desafío más amplio: "No queremos perder la dimensión
de que la construcción que estamos haciendo no tiene que ver exclusivamente
con los chicos, con lo pequeño de acá. Creemos estar trabajando
con los pibes en función de ir construyendo realidades sociales más
justas. Nosotros estamos abordando un perfil, pero debemos sentirnos incluidos
en otras redes que están aportando con el mismo norte; porque si perdés
eso sos solamente un buen técnico. Los chicos se sienten construyendo
con mucha gente y así se sienten los apoyos; si no, terminás
en la frustración y en la sensación de la soledad, del esfuerzo,
que no tienen nada que ver con nuestro criterio. No nos va lo de decir ay,
que sacrificados que somos. A mi me encanta estar acá, no es ningún
sacrificio y aprendo muchísimo. En esto no hay nada de estoicismo".
Notas Relacionadas:
De conejos, duendes e identidades...
Escritos de los Chicos:
Terminamos el 2001, Saqueos.
Algunos de nosotros vivimos en la calle....
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Discurso de los chicos y chicas en la Inauguración del Centro de Día
Mensaje de los Chicos del Centro de Día al Presidente Bush
CHICOS
Mendoza 1247 - Teléfono: (0341) 4802707
Rosario - Santa Fe
correo: asociacionchicos@hotmail.com
Podés contactar a: Marcela Lapenna, de lunes a viernes de 8 a 16.
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Notas relacionadas:
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Publicado el: 27/02/2003
Categor?as: Buenas Pr?cticas / Reportaje
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