Ya son trece los compa?eros que se bos van en el a?o
Muerte en las c?rceles
Otro compa?ero que cae en lo que va del a?o en los buzones de castigo de la Unidad N? 2 de La Flores, y este ya es el segundo caso en menos de 6 meses. Mariano Soria, de 26 a?os, falleci? el 7 de noviembre en horas de la madrugada en el hospital Jos? Mar?a Cullen, donde hab?a sido trasladado de urgencia momentos despu?s de que su celda se convirtiera en un crematorio y sufriera grav?simas heridas e intoxicaciones, producto de las llamas y el mon?xido de carbono.
Seg?n el informe oficial, cerca de las 23.15 del mi?rcoles, los guardias del pabell?n detectaron que del interior de la celda ocupada por Soria sal?a un espeso humo y r?pidamente fueron hacia all? con un matafuegos. Tras abrir la puerta se encontraron con que las llamas hab?an ganado el lugar y que el detenido estaba gravemente lesionado, por lo que lo trasladaron al hospital donde muri? ayer. Adem?s, manifestaron que el colch?n que ten?a el detenido "era ign?fugo" y que se trato de un ?intento de suicidio?.
A trav?s de nuestra experiencia y razonamiento entendemos que no esta muy clara la versi?n de los muchachos del Servicio Penitenciario la cual esta impregnada de nebulosas actuaciones?veamos.
En caso de que los compa?eros posean un encendedor, cosa muy dif?cil dado que est?n prohibidos en estos lugares, antes de que se produzca un incendio de estas caracter?sticas que generalmente est?n apuntados a llevar adelante una actuaci?n, una suerte de simulacros de incendio con la intenci?n de que sean escuchados sus reclamos y, no con la intenci?n de quitarse la vida, motivados a causas de las condiciones inhumanas que se viven en estos lugares. Durante un tiempo prolongado anterior a esto empiezan a alertar sobre la medida que tomaran a los guardias apostados en el lugar, quienes horas antes ya est?n sabiendo muy bien lo que va a pasar.
Los que conocen de esto saben muy bien que la puerta no se la abrir?n r?pidamente y antes del simulacro mojan bien una manta y se envuelven en ella una vez iniciado el fuego y meten la cabeza en la letrina que se encuentra en el interior de la celda para poder respirar, eso a veces les permite zafar, aunque las llamas y el mon?xido de carbono los terminan alcanzando igual, como fue el reciente caso de Lucas Arellano en los buzones de coronda quien recibi? grav?simas quemaduras. El que no sabe no toma estas precauciones y realiza estas acciones con las intenciones de que le abran la puerta de esa mazmorra medieval y lo saquen aunque sea a enfermer?a lo antes posible dado que no soporta m?s la verdegueada y lamentablemente terminan pasando estas cosas.
Como es?lo primero que hacen es apoyar el colch?n sobre la puerta para llamar m?s r?pido la atenci?n, una vez incendiado se empieza a escuchar desde el exterior de la celda el descascarar de la pintura acompa?ado de finos hilos de un humo muy negro que emana a trav?s de las rendijas y se desprende un asfixiante olor producido por el mon?xido de carbono. Luego cuando las llamas se empiezan a extender a gran velocidad los compa?eros ante el peligro se asustan e intentan apagarlas, pero ya es tarde, contin?an ganando altura, chocan con el techo y empiezan a bajar por las paredes extendiendo sus largos brazos hacia los cuerpos de sus victimas quienes responden con desgarradores gritos de auxilio y desesperaci?n ante el abrazo mortal. Esto dura aproximadamente 45 largos minutos y todos este proceso es acompa?ado por los gritos de los dem?s compa?eros que se encuentran alojados en el mismo sector, como ser en los buzones de las flores son entre diez y doce celdas.
Luego viene la quietud y el silencio, pero esos gritos de dolor y desesperaci?n que no pudieron penetrar el coraz?n de los guardias seguir?n retumbando en el interior de las mentes de los compa?eros que fueron testigos de estos tristes hechos, a quienes tambi?n les quedaran marcas de quemaduras muy profundas, recuerdos imborrables.
Desde Ciudad Interna no podemos aceptar que los guardias fueron hasta all? r?pidamente con matafuegos, dado que tienen que estar las 24 horas del d?a dentro del puesto de guardia que se encuentra en el sector, como tampoco que se trat? de un colch?n ign?fugo dado que no producen grandes llamas y son de lenta combusti?n, esto saltara a la luz con las pericias, siempre y cuando los muchachos del SPP no lo arreglen como acostumbran, veremos como hacen para justificar el encendedor.
Esperemos que el magistrado actuante en la causa, el juez de Instrucci?n n?mero 2, Jos? Manuel Garc?a Porta lleve bien las actuaciones y actu? en consecuencia.
Recordamos que a lo largo de toda la historia del Servicio Penitenciario jam?s se condeno a un integrante del mismo, excepto pseudos condenas maquilladas de reales y no es porque no hayan cometido ning?n delito.
Presumimos que estamos frente a otro de los tantos boicots generados por parte de los sectores retr?grados del Servicio Penitenciario orientado a desbaratar las actuales pol?ticas penitenciarias, las cu?les en idea son buenas, pero tambi?n los encargados de gesti?n tienen que poner en pr?ctica medidas tendiente a desarticular los cuadros generadores de este tipo de acciones y, no es con un cambio de nombre que se terminara con los buzones de castigo como hicieron en coronda en los cuales en este momento reconocemos que es m?nimo el numero de compa?eros en el lugar pero hay que trabajar hasta que no quede ninguno y el lugar sea usado para algo positivo.
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Publicado el: 12/11/2008
Por Equipo Ciudad Interna.
Categor?as: Derechos Humanos / Documento
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