Una de las muchas historias campesinas que recorrieron las calles de Rosario el d?a lunes, fue la de Lourdes Huanca, presidenta de la organizaci?n FEMUCARINA de Per?. Su voz, sus ojos, su cuerpo y su eterna lucha como mujer nos lleva a compartir con los lectores de enREDando, las pinceladas de una cr?nica de vida.
Moquegua se encuentra a 30 hs de la capital de Per?, Lima. De las entra?as de esas tierras, nace Lourdes Huanca, mujer india, peruana, campesina. Su fuerza ilumina a sus ojos morenos. Su ?leo, su suave e intensa pincelada de su rostro, penetra la historia ancestral, plena de lucha y sacrificio. De esos ojos, de ese ?leo, se desprende la luz de una historia de vida, tan dolorosa como esperanzadora. La historia de Lourdes transparenta la esencia de la mujer que da a luz a la tierra, el alimento, los hijos. ?Cuando estas en el campo vives tu realidad en el campo pero cuando pasas a emigrar en la ciudad, entonces es otra vida?.
Esa vida desterrada de la tierra natal vuelve a toparse con la dura imagen de una urbe que no da tregua a las familias campesinas. Desde el momento en que Lourdes debi? migrar a la ciudad, su vida cambio, como la de muchos que, obligados por el devastador avance de los agronegocios, repiten una y otra vez el injusto decir que padece Latinoam?rica.
Desde la edad en que una ni?a asoma sus primeros soles a la vida, comienza a gestarse la militancia de Lourdes, su resistencia haci?ndose mujer a los golpes y no dejando de ser nunca campesina por naturaleza. Actualmente preside la Federaci?n Nacional de Mujeres Campesinas, Artesanas, Ind?genas, Nativas y Asalariadas del Per? (FEMUCARINAP), organizaci?n que integra la CLOC (Coordinadora Latinoamericana de las organizaciones del Campo) y la V?a Campesina. ?Articulamos en nuestro pa?s a las mujeres campesinas a nivel nacional en 19 departamentos.? Su presencia marca la fuerza y la resistencia del Per?. Y su convicci?n, ya desde ni?a, la llevo a pelear contra el imperialismo y a defender su tierra, de la cual fue despojada cuando apenas ten?a 9 a?os. ?Sabemos que este sistema neoliberal, imperialista trata siempre de despojarnos de nuestra tierra, de nuestras semillas?, me dice, mir?ndome a los ojos como si con ellos relatara parte de su historia. Cuando habla de su infancia llora y simplemente, sin dejar de decir palabra, derrama esas l?grimas que nacen del centro del pecho, ah?, donde punza la emoci?n.
Lourdes sigui? avanzando en la vida, aunque la hostilidad de un sistema la expulsara hacia las afueras. Pero all? estaba ella, para resistir y poner el cuerpo de mujer, su matriz, su esencia, su sangre. Vivi? en carne propia el desalojo de su familia provocado por una transnacional minera. Fue testigo de Jehov? donde dice haber encontrado la paz. All? aprendi? a estudiar, pero como ella afirma, no carga con el saber de la universidad sino con la sabidur?a de la tierra y de la vida. Al tiempo, abandon? la religi?n para comenzar a profesar la militancia de lucha que la llev? a ser lo que hoy es, una mujer que genera fuerza a medida que avanza mientras su ?leo destela temperamento ancestral.
Algo hab?a en sus entra?as que la empujaba a la lucha genuina por la defensa de la tierra y los derechos de la mujer. Primero, participo en el Club de Madres del barrio y de all? paso a ser la ?nica dirigente mujer entre 12 hombres, del Frente de Defensa de su regi?n, Moquegua. ?Mi rebeld?a ha hecho que yo asuma responsabilidades. Asumo ser mujer dirigente del frente de defensa. Pero no me hab?a dado cuenta que era dirigente de toda una regi?n. Eso me movio a estudiar, a leer, a prepararme, porque el dirigente que no se prepara, mejor que se vaya a su casa a dormir.?
Paso por muchas. Enfrent? el machismo patriarcal del Per?. Habl? en p?blico por primera vez, en un acto donde comenz? a conocer la impunidad del ex presidente Fujimori. Viajo sin dinero, tan solo para acercarse a otras regiones, conocer otras realidades, defender otras tierras. Sufri? amenazas pero no se rindi?. Durante 5 a?os fue dirigente de la Confederaci?n Campesina del Per?. All? aprendi?, lucho, se entreg?. All? mismo revelo la necesidad de generar un espacio para las mujeres peruanas, hist?ricamente postergadas. A pesar de las dificultades, esta mujer con sombrero peruano sigui? pintando el color de la lucha latinoamericana. Conoci? la V?a Campesina y creo la FEMUCARINA.
Desde alli, protagoniza la historia de las mujeres del Per? con la sabidur?a de quien nace de la tierra y a la tierra le entrega todo lo que es.
?Este imperialismo a diario saca leyes, decretos para quitarte la tierra, pero entonces somos las mujeres tercas, las que sembramos, damos de comer a los hijos, somos las mujeres quienes tomamos la responsabilidad de cuidar al padre, al suegro, cuando nos despojan de las tierras el hombre se va a buscar trabajo a la ciudad, pero nosotros en un rinconcito de esa tierra nos quedamos, porque sabemos que esa tierra nos va a dar de comer.? La voz comienza hacerse chiquita y esos mismos ojos que, energizados hablaban de su recorrido militante, se difuman en un espejo de l?grimas. Hasta casi puedo ver o imaginar a Lourdes sembrando sus cultivos, palpando la tierra entre sus manos, alzando la voz ante hombres que apenas si la escuchan, levantando la bandera de su organizaci?n y dici?ndole a los vientos argentinos que est?n alerta, porque la lucha campesina no est? dividida, sino que camina, toda junta, por Am?rica latina.
Esto mismo pudo sentirse en la marcha casi m?gica que el d?a lunes realizaron los movimientos campesinos por Rosario. Vale el esfuerzo de recordar esa imagen, ese rostro, esa voz que no se calla ante los fuertes de la soja. ?Ac? estamos las mujeres defendiendo lo que es nuestro?. Y entre muchos campesinos y campesinas, estaba Lourdes, con su sombrero, sus ropas coloridas, su intangible aura de mujer de tierra. Su ?leo dej? el cuadro m?s emotivo, resistente y penetrante que ?sta cronista pueda contemplar.
Compartimos parte de su testimonio
Publicado el: 14/08/2008
Categor?as: Movimientos Sociales / Documento
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