Desde escuelas sin ventiladores o estufas para hacer frente a los calores o fr?os de las temporadas, los vidrios rotos, tanques de agua sin limpiezas, ba?os m?s propios de bares de cuarta que de escuelas, paredes electrificadas como consecuencia de filtraciones, humedades insoportables para docentes y alumnos, nos responde de por si del incumplimiento de las promesas aludidas.
Los ?ltimos enfrentamientos del Gobierno de la Provincia con el gremio docente por la escala salarial de los maestros, dej? de lado el debate de qu? tipo de educaci?n disponemos para nuestros educandos en los distintos niveles dependientes del Ministerio provincial y que ideas se gestan para resolver la monta?a de problemas acumulados que durante d?cadas se han ido acumulando en esta olvidada ?rea de la atenci?n pol?tico partidaria.
Como si todo el tema educativo transitara por carriles normales y todo el problema se limitara a la cuesti?n sueldos, la corta visi?n de nuestras autoridades, pone de manifiesto que el tema de la educaci?n p?blica carece de importancia y no suma votos, ya que la escuela p?blica es la de los pobres y sabido es que nuestra clase media, que la usa, carece de capacidad movilizadora para reclamar cambios y en muchos casos termina enfrentada con la propia docencia al tener que resolver el cuidado de los hijos cuando el matrimonio trabaja o las abuelas no est?n disponibles.
La presi?n de los padres juega en contra de las reivindicaciones docentes, porque muchos de ellos consideran la escuela el dep?sito de ni?os e incluso viven ajenos a las pautas curriculares, a la calidad de la ense?anza, sus m?todos, etc. que hacen al futuro de esos hijos, que con la escuela actual se preparan m?s para cartoneros que para posibles futuros t?cnicos o profesionales.
Durante el gobierno de Ra?l Alfons?n, la realizaci?n del congreso pedag?gico, puso de manifiesto la indiferencia de los padres con respecto a los contenidos de la educaci?n, y los pocos que participamos vimos la injerencia desmedida de la jerarqu?a de la iglesia cat?lica influyendo en las mociones, desconociendo el car?cter laico, democr?tico y pluralista que debe tener el sistema educativo para albergar alumnos de distintos credos e ideolog?as, sin discriminaciones de tipo alguno, tal como es nuestra sociedad o al menos pretendemos que sea.
Es lamentable que el reinicio de las clases de produzca con la sombra de un conflicto irresuelto, con rencores m?s propios de derrotas de reacciones de barra bravas deportivas que de un objetivo consagrado en nuestra constituci?n como uno de nuestros principales derechos humanos, porque nada m?s ni nada menos, eso es el derecho a la educaci?n.