Las estrategias de sobrevivencia nacieron de la espontaneidad, del miedo y el aislamiento y, sobretodo, del instinto por defender la humanidad en un sitio donde el despojo del propio cuerpo y de los v?nculos humanos fue uno de los objetivos instaurados por el terrorismo de Estado.
El libro ?La risa no se rinde? habla de lo que signific? la sobrevivencia en el mism?simo infierno. Y lo hace a trav?s de los relatos de los detenidos y exiliados, de sus recuerdos que rememoran aquellas situaciones cotidianas vividas entre compa?eros. En ellas aparece el humor -siempre y constante- como aliado indispensable para enfrentar el encierro y crear, en ese abismo, la invenci?n de nuevos c?digos de comunicaci?n burlando la celosa vigilancia de los milicos. Para burlarlos a ellos mismos, a los verdugos que no soportaban ?la risa de los detenidos?.
El humor c?mplice y ?la risa l?cida? fue una manera de resistir, de no entregar lo m?s esencial del sujeto: su v?nculo con el otro y con ?l mismo. Para los presos pol?ticos, los secuestrados, los exiliados, signific? un mecanismo de autodefensa contra la tortura, el encierro y la incomunicaci?n. .
?La risa l?cida es esa posibilidad de rebelarse y no negar la realidad de lo que se est? viviendo?, dice Norma Barbagelata en el pr?logo de este luminoso libro que nos regala tant?simas historias nacidas de la m?s esencial necesidad de resistir, aferr?ndose a la complicidad y al humor del compa?ero/a.
?La risa no se rinde? se present? en el marco de las Primeras Jornadas de intercambio de experiencias colectivas sobre memorias que se llevaron a cabo en el Museo de la Memoria de Rosario y en la que participaron otras experiencias art?sticas y de comunicaci?n: El Espacio Juicio y Castigo Rosario, el grupo ArtexLibertad, la Revista El Angel de Lata, la experiencia del Centro Cultural El Levante y la radio Popular Che Guevara. Cada grupo relat? parte de su historia, de sus luchas y caminos recorridos.
Al cierre, y a modo de celebraci?n de la memoria, la Murga la Memoriosa tuvo una fugaz pero intensa intervenci?n. El grupo Arte x Libertad plant? ?rboles de corazones en el cantero mientras resonaban en el aire fr?o de la tarde noche los nombres de las v?ctimas del 2001.
El humor como resistencia
El grupo Humor como resistencia tiene sus ra?ces en la ciudad de Paran?. Desde all? llegaron algunos de sus integrantes con el ?nico deseo de compartir la historia y la realizaci?n de este primer libro que re?ne 31 an?cdotas de sobrevivientes vinculadas con el humor y la risa. La idea, relata Pi?rola, exiliado y querellante en el juicio por la causa conocida como la Masacre de Margarita Bel?n, (su hermano fue uno de los 22 militantes fusilados en esta masacre) es, por un lado, denunciar lo que sucedi? en los a?os tr?gicos de la dictadura militar, y por otro, valorizar el humor y la alegr?a con que se militaba. Contar la historia desde otro lugar, tan vital como aquel que recupera la denuncia de lo terrible.
?El humor fue un modo de resistir a tanto dolor?, dice con un leve tono de voz. La risa, para Pi?rola, demuestra ?que no nos han vencido?. Y cuenta que la ocurrencia de escribir el libro nace de aquellas pe?as y encuentros entre compa?eros donde adem?s de compartir el vino, circula el recuerdo y la memoria de la experiencia de vida. ?No quer?amos que estas historias mueran en el olvido?.
Mar?a Claro es una de las sobrevivientes que particip? con su relato de ?La risa no se rinde?. Frente a sus propias compa?eras, ex detenidas, dice, con una sonrisa col?ndose entre sus comisuras: ?En ?pocas donde todo era muy gris, nosotros aprendimos otro lenguaje que es el lenguaje de la supervivencia. Cuando nosotras llegamos a la c?rcel, el director nos dijo, ustedes van a salir muertas o locas de ac?. Y ac? estamos, ni muertas, ni locas. Y eso ocurri? porque nos planteamos un plan de supervivencia, no planificado. El humor era uno de los elementos fundamentales de ese plan, el humor hace que uno le ponga barreras a lo terrible?.
A Mar?a la detuvieron en 1975 y junto a un grupo de compa?eras se fug? de la c?rcel Del Buen Pastor. Tras el golpe de Estado fue secuestrada y llevada a la c?rcel de Villa Devoto donde permaneci? casi siete a?os. ?Soy una sobreviviente que pudo armar una nueva vida con los retazos recogidos de la memoria?, escribe en el libro.
An?cdotas
"Nos mor?amos de la risa sin disimular nuestra condici?n de presos, sino olvid?ndonos que ?ramos presos, hombres presos, ni m?s ni menos", dice Jorge Giles, referente de la Juventud Peronista de Corrientes y autor del libro ?All? va la vida. La Masacre de Margarita Bel?n?. Giles recuerda a un compa?ero al que le dec?an Lulo y que siempre se disfrazaba de payaso para animar las pe?as que se hac?an clandestinamente en el fondo de los pabellones. ?Era como jugar a la rayuela en la panza del monstruo?. A Lulo lo descubrieron con la nariz de payaso puesta. Giles recuerda lo que Lulo le dijo al guardia en ese momento: -?Pero oficial, no es una nariz de payaso, es un cubremocos que tuve que hacerme por el resfr?o que tengo?. Fue la ovaci?n m?s estruendosa que escucharon las paredes silenciosas de aquella tumba que era la c?rcel?. Lulo fue al calabozo sac?ndose ?dignamente su nariz de payaso, se la entreg? a un compa?ero y parti? a tutearse con la soledad despu?s de sacarle lustre a la alegr?a?.
Para Hern?n Sain, quien militaba en el PRT, las carcajadas eran el alma de la noche, lo que aliviaba en esos momentos de terror y soledad. ?El cine? fue un invento nocturno, un escape imaginario hacia otro mundo, cuenta. ?De qu? se trataba? Simple: contarle pel?culas a un compa?ero de pabell?n. Un d?a los milicos interrumpieron el relato para ?molerlos a palos?, en sus cl?sicas sesiones de torturas. Cuando ya estaban en la celda, Sain recuerda lo que su amigo el Tanqueta, le pide: - "Che turquito, dale, segu? ahora que ya se fueron los carameleros. La carcajada nos abrig? el alma toda la noche?, relata.
Para Eduardo Ayala, militante de la JP, ??la cuesti?n era estar con los otro, contactar, sentirse parte con los dem?s?. Gladys Dominguez fue detenida y llevada a Villa Devoto cuando era una adolescente. Dice que en la hora en que las palabras no alcanzan, se convoca a la risa y el buen humor. Para ella, reir en la c?rcel, en las peores condiciones de la vida humana, fue liberador.
De nuevo, Mar?a Claro, en la presentaci?n del libro, vuelve a remarcar la importancia del humor en los lugares de encierro: solidaridad. Esto fue lo que permiti? entretejer lazos de vida y de sobrevivencia entre los militantes detenidos ? desaparecidos. ?En una celda 2x2 constru?as lo que vos pod?as y quer?as construir. Eso fue lo que nos permiti? no salir ni locas, ni muertas?.
?Estamos tratando de reconstruir la trama de esa resistencia y, junto con ella, parte de la historia de una generaci?n que, a pesar de los campos de concentraci?n, la tortura y la desaparici?n de miles de compa?eros, sigue hoy convencida de que el humor es un arma fundamental en la lucha por un mundo mejor?. El grupo Humor como resistencia tiene esta intensa tarea por delante. Entre sus proyectos ya se apunta la edici?n de un segundo libro. Habr? mas pe?as y rondas de compa?eros, de ex detenidos recordando a los que ya no est?n, y volviendo a revivir esas historias que alivieron el alma en la m?s cruda soledad.
Entonces los imagino, de nuevo, soltando risas entre tanta ausencia; por la memoria, por la verdad y por la inclaudicable b?squeda de justicia.