Esta semana volvimos a conversar con referentes del Centro de D?a CHICOS sobre su trabajo cotidiano con la problem?tica de los ni?os/as y adolescentes en situaci?n de calle. ?Nos encontramos con chicos en situaciones muy l?mite, casos de adicci?n muy profundos, intentos de suicidio, crisis subjetivas. Los chicos que llegan a la calle tienen muchos menos recursos simb?licos que antes?.
La calle no es un lugar digno de vida para nadie. Es sabido que no debiera serlo, menos a?n para los ni?os/as y adolescentes. Pero la realidad todos los d?as amputa los horizontes de vida de miles de personas. Las garant?as constitucionales de protecci?n de derechos quedan mudas frente al actual sistema de concentraci?n de riquezas y globalizaci?n de miserias. Sabemos que para cientos de personas el cielo es su techo, y con eso no alcanza.
En nuestra ciudad es preocupante la situaci?n de los ni?os/as y adolescentes, que por diversas circunstancias viven o trabajan en la calle. En este ?ltimo a?o murieron seis chicos por consumo de poxi, y las noticias se suceden como un videoclip, asombr?ndonos cada vez menos. Pero entre las sombras siempre hay luces, necesarios indicios de claridad que alimentan la lucha por la igualdad de oportunidades. Hay proyectos que le devuelven colores a esas infancias azotadas. Desde hace 16 a?os la Asociaci?n CHICOS acompa?a a estos ni?os/as y adolescentes, desde la construcci?n de la confianza y la participaci?n en talleres productivos y art?sticos.
El Centro de D?a ofrece pautas de convivencia diferentes a las de la calle, trabaja con el fortalecimiento de los v?nculos familiares, y en articulaci?n con otras organizaciones sociales y el gobierno, por la protecci?n integral de los derechos de la ni?ez. Marcela Lapenna, psic?loga y coordinadora de la instituci?n, analiza junto a enREDando la situaci?n con respecto al a?o 2003, momento en el que cont?bamos la historia de CHICOS. ?Ahora nos encontramos con chicos en situaciones muy limites, casos de adicci?n muy profundas, intentos de suicidio, crisis subjetivas, y estos casos cuando los encontramos ya est?n muy al borde. La mayor?a de los chicos tienen muchos menos recursos simb?licos que los que ten?an en el 2003, esto habla de que han pasado por muchas situaciones de desamparo en sus familias y en sus barrios?, expresa Marcela. Y esa precarizaci?n de las condiciones de vida, entre otros aspectos se ve reflejada en los procesos de aprendizaje y de subjetivaci?n de los chicos. ?Las cuestiones m?s b?sicas de los h?bitos m?nimos de compartir una mesa, de usar los ba?os, del cuidado del espacio, todo esto cuesta cada vez m?s, y mucho m?s cuesta pensar en establecer algunos v?nculos?, relata Lapenna.
En el mismo sentido, la fragmentaci?n del tejido social queda a la vista en la cotidianidad de las familias de estos chicos, gran parte de ellas vive en asentamientos irregulares, y en condiciones de miseria. ?Nos encontramos con familias a las que cuesta exigirles, nos encontramos con mam?s muy j?venes, que han pasado tambi?n por la situaci?n de calle. En Rosario, que reconocemos que es una ciudad con pol?ticas p?blicas de infancia avanzad?simas en relaci?n al resto del pa?s, hay muchas familias que pasan hambre, y los chicos se ven obligados a salir a la calle. Y una vez en la calle, no buscan comida solamente, buscan un mont?n de otros reconocimientos, y la realizaci?n de muchas otras cuestiones que en su barrio no est?n?, analiza la coordinadora, insistiendo en la necesidad de visibilizar esta problem?tica e instalarla en la agenda pol?tica. Desde sus inicios la instituci?n trabaj? con chicos de entre los 12 y 18 a?os, y en casos excepcionales con ni?os de 11. En este ?ltimo tiempo est?n atravesando por la situaci?n de calle ni?os de 9, 10 e incluso m?s chiquitos. ?En el verano pasado nos encontramos con chicos de 5 y 6 a?os durmiendo en la calle, esto antes no pasaba?.
Querer ver
?La autocr?tica que tenemos que hacer todos los sectores que trabajamos en el tema de infancia, es que cuesta mucho impactar en las representaciones sociales que la gente tiene sobre estos ni?os?, comenta Marcela. El Centro de D?a desarrolla variadas acciones para lograr la visibilizaci?n de estas realidades, asimismo para desinstalar el imaginario social construido con relaci?n a estos ni?os/as y adolescentes. En este marco se encuadra la venta de productos elaborados en ?Levavida?, el microemprendimiento productivo de panificaci?n, as? como los trabajos realizados en la propia cooperativa de Serigraf?a, que incluye impresiones por encargo, calcoman?as y remeras. La intenci?n de los espacios de producci?n, m?s all? de las ganancias, es generar la sensibilidad social. ?Un mundo mejor es posible?, se lee entre los mensajes que estampan en las remeras, sintetizando el esp?ritu del proyecto. Las remeras pueden conseguirse en Mink?a, La Peripecia, La Toma, entre otros, locales que promueven el comercio justo y la econom?a solidaria.
Una red fortalecida
La dimensi?n de la problem?tica y el inter?s compartido para modificarla fue logrando la articulaci?n entre organizaciones sociales, el gobierno municipal y provincial, reconociendo la necesidad del sostenimiento mutuo. ?Nos vemos cada vez m?s invitados a intervenir e incidir en las pol?ticas p?blicas de infancia en general. Eso tiene cada vez m?s presencia en nuestras pr?cticas cotidianas, desde hace tiempo estamos con diferentes sectores peleando por una ley provincial, de una ley que adem?s de delimitar qui?nes son los actores y responsables de cada un de los sectores de protecci?n de integral que hay que crear. La cuesti?n interesante de la Ley 26061 es que no es ni para ni?os pobres ni discapacitados, sino para todos los ni?os/as?, refiere Marcela esperanzada.
Y los colores se siguen colando entre los grises de este an?lisis de situaci?n m?s que crudo. Las lucecitas de aliento se mechan entre tantas necesidades postergadas, de la mano de la convicci?n de que otro mundo es posible. ?Seguimos apostando a este modo de construir lazos, ofreciendo espacios de producci?n de subjetividad, donde los chicos puedan ir dise?ando algo mucho m?s propio, y poner en juego la palabra y el cuerpo. Ponemos a disposici?n estas oportunidades que son todos nuestros talleres, estamos convencidos que cuando eso pasa, pasan otras cosas, a partir de ofrecer un lugar germinan otras cosas. Hay muchos chicos que mueren, la situaci?n de calle no es sin consecuencias?, alerta Lapenna.