Noveno ?Carnaval ? Cumple de Pocho? en Ludue?a
El fuego que te abraza
Los d?as 26, 27 y 28 de febrero, se festej? por novena vez consecutiva el Cumple Carnaval de Pocho en barrio Ludue?a. La m?stica de la celebraci?n se apoder? de la plaza Pocho Lepratti y all? estuvo enREDando. Hubo murgas, m?sica, talleres, feria de organizaciones y el ritual esperado con la quema del Rey Momo. El carnaval es un grito de justicia que, en la tierra de Ludue?a, se multiplica en vida y alegr?a. Y el arte lo hace posible. En este informe, adem?s, compartimos otras experiencias art?sticas que luchan por nuevos mundos en este, nuestro mundo.
Ludue?a es tierra de carnaval y durante esos d?as, en esta parte de la tierra, todo vale.
El barrio de la zona oeste de Rosario se convierte, de pronto, en un escenario imbuido por la m?stica carnavalera. Magia, color, bailes. La luna llena, de testigo. Las levitas dominan la escena y se adue?an de los cuerpos sudados por el h?medo calor de febrero. Y las almas endiabladas salen a la luz de la noche, con el brillo propio de un genuino carnaval de resistencia. Porque de eso habla la tierra de Ludue?a. Y tiembla, cuando suenan los redoblantes y los silbatos apuntan al cielo. Alegr?a y memoria. Colores fuertes y grises empa?ados recuerdan la masacre del 2001. Risas y nudos en la garganta aprietan la imagen de un Pocho Lepratti multiplicado en miles.
Contrastes de un carnaval que convoca a la barriada a festejar y, fundamentalmente, a hacer visible aquello que le han robado. Menos la alegr?a, a la tierra de Ludue?a le quitaron casi todo: trabajo, posibilidades, salud, educaci?n, justicia. Hasta el r?tulo del infierno le han puesto. Tierra de nadie, as? la llaman los grandes multimedios de esta ciudad.
Sin embargo, las voces que habitan el barrio cuentan de una tierra donde los muros hablan. Y dicen que all?, el fuego ilumina los rostros empapados de alegr?a gritando justicia. Y dicen que ?sta es la tierra de alguien. Del Pocho, de los pibes del Bodeg?n Cultural, de los laburantes, mujeres y hombres de Ludue?a. Pero de ese barrio no hablan los diarios. Quiz? porque le temen demasiado a los murales endiablados y enrojecidos con la tinta sangre de la memoria.
O tal vez, porque nunca pisaron la tierra del carnaval. Porque le esquivan al fuego y al Rey momo. Porque les asustan las levitas memoriosas, las m?scaras de los m?s chicos, las letras del rock farolero, las hormigas que dan vueltas por la plaza.
No se animan a pisar la tierra donde el carnaval une hasta el imposible y hace accesible aquello que otros le quitaron. De esa tierra, donde el diablo mete la cola para denunciar las muertes impunes del 2001, no se habla. Parecen querer silenciarla, enterrarla en el olvido.
Pero los tambores anuncian la llegada del carnaval y es imposible no escuchar. Los ecos de la dignidad se oyen hasta en estos tiempos olvidados de Dios.
Milton
?El carnaval significa el cierre y la apertura de un mont?n de cosas. En el a?o 2002 la Murga de los trapos cumpl?a a?os y se juntaron todas las murgas para hacer algo. Durante ese a?o, comenzamos a pensar que era posible hacer algo, y esto coincid?a con el cumple de Pocho, el 27 de febrero. Por eso, decidimos comenzar con el Carnaval-Cumple de Pocho?, cuenta Milton, uno de los pilares del Bodeg?n Cultural Casa de Pocho.
El pasado 26 de febrero se inici? la novena edici?n del carnaval. Infaltable es la participaci?n de numerosas organizaciones sociales que acompa?an cada a?o, adem?s de murgas y bandas de rock. El carnaval de Ludue?a es el s?mbolo de una resistencia anudada en otras microsc?picas huellas que recorren la ciudad: Villa Banana, Las Flores, la Tablada, barriadas presentes durante estos tres d?as.
El 26 y 27 se realizaron talleres de percusi?n, de mujeres y de memoria. Tocaron bandas de rock y desfilaron las murgas con la infaltable conducci?n de Emilio sobre el escenario. El cierre del s?bado tuvo un invitado especial: el Raly Barrionuevo.
El domingo 28, el carnaval se baj? del escenario para escuchar las voces de todas las organizaciones, sus recorridos y andares, y, de esta manera, trazar un mapa de la resistencia. ?Esto surgi? en diciembre, cuando se realiz? un mapa de los ca?dos en el 2001. Esto fue el puntapi? para realizar algo con las organizaciones, poder agruparnos y trabajar en conjunto. La idea es intercambiar experiencias con otros barrios y ver c?mo poder darnos una mano entre todos?.
El carnaval es de la gente del barrio. Participan los vecinos, no s?lo en los festejos sino adem?s, en los talleres que se organizan durante estos d?as. Y tambi?n, me dice Milton, vienen porque saben que es una causa justa. ?Nosotros decimos que la alegr?a es nuestra mejor arma y que no nos maten la alegr?a. Por eso queremos partir de esa palabra y hacer cosas en el barrio. Nosotros creemos que duele m?s esto, que uno se r?a, que haya bandas, que la gente baile, que la gente discuta, a salir a hacer a querer golpear a alguien?. Es que a Milton, como a muchos pibes en Ludue?a, le ense?aron ?a poner el cuerpo por el que tenemos al lado.? ?Como todos los a?os el carnaval tiene m?s fuerza porque se supo quien era Pocho y porque en esta plaza Pocho ha hecho muchas cosas y pasaba todos los d?as en bicicleta por ac?. Este es un lugar de encuentro para el barrio?.
?C?mo anda el Bodeg?n? le pregunto a Milton. Con la colaboraci?n de artistas y m?sicos como Le?n Gieco y el grupo Farolitos, la casa de Pocho se ampl?a. ?Se pudo juntar una plata y se volc? toda al Bodeg?n. Ahora se est? terminando la primer parte que es la planta baja. La idea es que la gente del barrio se sume a usar la casa porque por eso es el Bodeg?n Cultural?, me cuenta, a la par que deja abierta la puerta de la Casa para ingresar y participar. Talleres de radio, de guitarra, de arte, la revista Tierra de Algui?n, el taller de mujeres, son algunas de las actividades para chicos y j?venes que impulsa el Bodeg?n. All?, saben que la situaci?n social para los pibes del barrio es cada vez m?s dif?cil. ?La situaci?n est? media complicada, no por los pibes, sino por el sistema. Te abren una calle y te dan un ladrillo y ponen asfalto, pero no te dan comida ni trabajo. Esto es muy loco. Se hicieron varias obras en el barrio pero todav?a el laburo sigue sin existir. Hay muchos pibes que se est?n matando con la droga y es muy complicado contenerlo. Por eso tambi?n, hemos perdidos muchos amigos y hermanos?.
A Ludue?a la marcaron como zona roja, tierra de nadie, lugar donde es imposible ingresar. ?Ac? por ejemplo no ingresa un taxi, porque dicen que es zona de peligro. En el barrio decimos que Ludue?a no es el para?so pero tampoco es el infierno. As? como hay pibes que chorean por toda esta situaci?n, tambi?n hay tipos que se levantan a la 6 de la ma?ana y le ponen el lomo a un patr?n 10,12 horas y vuelven a sus casas, comen, se acuestan y al otro d?a hacen lo mismo?. Para Milton es importante decir, desde el barrio, los que los medios de comunicaci?n ocultan. ?Si ellos muestran una cara, tenemos que mostrar el lado b?.
?Pudimos armar una especie de radio cabina en la Casa de Pocho. La idea es tener un peque?o espacio radio en el barrio que estamos construyendo con la ayuda de Aire Libre, porque vemos que en los medios se dicen puras mentiras. Nosotros decimos que Ludue?a es tierra de alguien?.
Un hilo fino y delgado traza el caminito de los talleres culturales de la Casa de Pocho y de lo que se vive cada a?o en el carnaval. Es el hilo que trae de la mano, el arte como herramienta de transformaci?n social. ?Tanto la m?sica, como los murales o como la letra misma de las cosas que hacen los chicos, es una gran herramienta para poder denunciar. Y eso se ve muy fuerte ac?, porque esa es la idea, mostrar lo que nos pasa en el barrio. Nosotros queremos mostrar otra cosa y lo hacemos desde lo cultural, lo pl?stico, lo art?stico, la m?sica?. Incluso, hasta un ritmo puede denunciar y significar un grito de protesta. ?El bombo siempre se ha usado como herramienta de protesta, con un simple golpe poder decir cosas y descargar lo que uno tiene, y en el contexto donde suena puede decir muchas cosas?, finaliza Milton la charla, dando cuenta de la fuerza que tienen los tambores en Ludue?a.
Celeste
Ca?a la tarde del s?bado en la Plaza Pocho Lepratti, ubicada en Velez S?rsfield y Larrea. All? encontramos a la hermana de Pocho, Celeste Lepratti. ?Este espacio va creciendo y se va naturalizando. Podemos ver que en el futuro no nos pensamos sin este espacio, no solo nosotros, sino todo el barrio. La gente se ha ido apropiando y esto es lo que va cambiando a otros a?os?, dice, mientras saluda a compa?eras del barrio y de a poco, se zambulle en la m?stica del carnaval.
?La gente del barrio se est? sumando cada vez m?s y es lo que buscamos, que los vecinos sean los protagonistas. Vienen a sumarse a las actividades y a los talleres, incluso, participan en la organizaci?n previa?.
Para Celeste, el carnaval es un grito de justica que ya lleva 9 a?os. ?Aca estamos diciendo que la impunidad sigue, que no nos olvidamos de lo que nos pas? en el 2001, que seguimos adelante con la bandera de Pocho y de los ca?dos del 2001?.
Semanas atr?s el diputado nacional reutemista Daniel Germano, declaro p?blicamente desconocer los cad?veres del 2001. Adem?s, manifest? que lo de Claudio Pocho Lepratti fue un ?hecho desgraciado?. ?No me vengan a inventar h?roes?, apunt? este diputado, haciendo uso de su hipocres?a y la impunidad que aun gobierna en la provincia de Santa Fe.
Estas declaraciones calaron hondo en las familiares de las v?ctimas que aun siguen reclamando justicia. ?Por un lado no causa sorpresa sabiendo de qui?n viene y qui?nes son estos se?ores. Pero, por otro lado, uno siente que falta de dignidad tienen algunos. Es mucho m?s que una falta de respeto. Uno puede hablar de lo que est?n, pero negar a los que est?n muertos, calificarlos, juzgarlos, realmente es algo bajo. Nosotros nos seguimos preguntando donde vivir? este se?or porque quisi?ramos acercarle los certificados de defunci?n, al menos de 9 personas, a ver si tiene algo para decirnos?, expresa una Celeste Lepratti dolida, inundanda de un profunda sensanci?n de indignaci?n.
Vanesa
Uno de los talleres que se realiz? en la tarde del viernes 26, fue el de mujeres. En el Bodeg?n Cultural desde hace dos a?os, aproximadamente, funciona un espacio donde mujeres del barrio se juntan a charlar y poner en palabras, hechos de violencia, acoso o discriminaci?n que sufren. Vanesa es una de las coordinadoras.
?Se trabajo todo lo que venimos haciendo estos dos a?os, sobre el aborto, la violencia, sobre las cuestiones de g?nero. La idea del taller era escribir palabras en cartulina y separarlas en un espacio. Nos presentamos y luego cada grupo agarraba una de las cartulinas que ten?a distintas frases o preguntas y despu?s la disctut?amos entre todos. El cierre fue un juego que hicimos con maderas que ten?an 12 ventanitas. Cada ventana ten?a un mito sobre la mujer. La idea era tirarle una pelota para que se d? vuelta ese mito?.
Vanesa cuenta que el espacio de mujeres del Bodeg?n tiene una participaci?n variada, ya que es dif?cil sostenerlo. ?Cuesta mucho, son mujeres grandes con una problem?tica muy dificil, muchas veces golpeadas, que les cuesta hablar, a veces vienen, si les gusta, vuelven y sino les gusta, ya no vuelven. A veces somos 5, a veces 10. Todo depende. Adem?s, todas trabajan y a veces est?n muy cansadas?.
El impulso para iniciar el espacio surgi? a partir de un taller que realizaron las compa?eras de AMMAR, sobre enfermedades de transmisi?n sexual. Y de a poco, el grupo se fue consolidando ante la necesidad de contar con un momento de escucha para las mujeres del barrio. ?Ac? en el barrio, la situaci?n es como en todos lados. Son mujeres alusinantes y no conoces otra parte que no sea la limpieza o atender a su marido. Por eso es importante tirar algunas puntas?. Poner en palabras, de eso se trata.
Murgueritos
Los m?s chicos se pasearon por el escenario. Primero, pintaron sus propias m?scaras. Le pusieron color a la tarde. Las manos empapadas en tintas rojas, verdes, amarillas. Los rostros coloreados, salpicados de gotas de calor y color. Algunos, dibujaron concentrados sobre las cartulinas, poni?ndole seriedad a la magia disparatada del carnaval.
Luego, se vistieron de murgueros. Levitas y patadas al aire. No falt? la timidez, pero el impulso del barrio, los coloc? en el lugar indicado: el centro de la plaza, que tambi?n ten?a sus leyendas marcadas a fuego en el empedrado. El Pocho Vive est? mas latente que nunca.
Una de las murgas que llegaron al festival, fue la de los Pumitas, uno de los barrios tobas de Rosario. Oscar Talero, emocionado, cuenta que ?es una experiencia muy linda para los chicos y la comunidad estar hoy en el carnaval, estamos muy agradecidos de haber sido convocados. Esto nos motiva para seguir apostando a que los ni?os valoren sus habilidades e inteligencia, es un camino que aprendemos de otras organizaciones, Ludue?a es un punto de referencia para nosotros?.
El Centro Comunitario Quamloqtec cuenta con talleres de murga, inform?tica, guitarra, danzas aut?ctonas, apoyo cultural, de oficio ?herrer?a, lo ?nico que necesitamos son capacitadores en herrer?a. Crece, de a poquito, y suma trabajo, esfuerzo y lo que es fundamental, el apoyo de la comunidad toba, la tercera m?s populosa de la ciudad.
Rey Momo
Al cierre de la desprejuiciada noche de s?bado, el ritual se apoder? del barrio. All? estaba, a la espera de su fuego sagrado. La quema y la conjura de una esperanza que se hace ceniza en el viento. Morir y renacer. La quema del Rey Momo es el rito que hace de la quimera un sue?o posible. La muerte en su estado m?s terrenal que, entre llamas, se multiplica en vida. Algo de esto pasa en Ludue?a, los d?as en que el cumple de Pocho Lepratti se festeja y la memoria se enciende, y el fuego de la alegr?a ilumina el rostro de su lucha.
Algo de esto sucede en la tierra que algunos, no se animan a pisar.
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Publicado el: 04/03/2010
Por Mar?a Cruz Ciarniello.
Categor?as: Redes y Organizaciones Sociales / Documento
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