Notas al pie para la memoria
El genio literario de Roberto Arlt dio a luz en su novela "Los siete
locos", escrita entre 1928 y 1929, a un personaje bautizado como "el Mayor". El
Mayor integraba un grupo de hombres determinados en llevar a cabo el plan que
transformar?a la sociedad, una confabulaci?n mediante la cu?l dejar?an de ser
los sombr?os y mudos espectros portadores de inagotables y dram?ticas
humanidades para convertirse en exactamente los mismos sombr?os y mudos
espectros pero con la distinci?n de haber sido los art?fices y rectores de tan
macabro plan: una sociedad proyectada como aut?mata, que portar?a las oscuras
marcas de la mentira, el abuso y la explotaci?n. Dicho plan supon?a una
siniestra manipulaci?n de las vidas, de los ideales, sustentada en la creencia
de que, en caso de existir un destino, este ser?a reversible en beneficio de
algunos (de ellos mismos). Unos meses despu?s de la finalizaci?n del
mencionado libro -m?s espec?ficamente el 6 de septiembre de 1930- comenz? en la
Argentina la puesta en escena de un t?trico plan que sugiere que la realidad
puede superar ampliamente a la ficci?n, en este caso y en los siguientes, a
favor del pisoteo de la democracia y la violaci?n de los derechos humanos. Nunca
m?s. Si para Arlt las palabras puestas en la boca de el Mayor
representaban la configuraci?n imaginaria de un personaje militar que propon?a
ante sus c?mplices sus delirios de un orden basado en el atropello de los
derechos de hombres y mujeres, para la sociedad argentina actual representa una
tr?gica y dolorosa imagen del terror y del terrorismo de Estado que sufri? el
pa?s en sucesivas ocasiones pero ninguna tan sangrienta y violenta como la
?ltima, iniciada el 24 de marzo de 1976. Nunca m?s. Aqu?l que se
presentaba literariamente con la figura de un loco que le propon?a a sus
conocidos ese plan, esa idea consistente en llevar a cabo un golpe de Estado
para instalar una dictadura a semejanza de las que sufr?an en ese momento -ahora
si en la realidad- Chile y Espa?a, ese personaje delirado por Arlt se
construir?a a s? mismo -la realidad super? los delirios de la ficci?n- como un
modelo para armar, se regenerar?a en mil caras, bajo mil uniformes. Y ese
monstruo que el escritor plasm? como pesadilla, como fatalidad y quiz?s -por qu?
no- como una constelaci?n de palabras preparadas para salir de la inerte hoja de
papel y golpear en la cara de sus lectores para despertarlos, cobr? realidad
como una maquinaria que se alimentar?a de muerte y del avasallamiento de toda
dignidad, de todos los derechos de mujeres, hombres, ni?os y ni?as. Nunca
m?s. 28 a?os despu?s, la lucha no cesa: justicia, castigo, memoria. 21
a?os de democracia y el aprendizaje no cesa: tolerar, escuchar, respetar,
recordar. Eduardo Galeano nos ilumina, al inicio de su obra "El libro
de los abrazos" con un brillante p?rrafo que descubre -como orden?ndonos
"sientan, no s?lo digan"- la etimolog?a de la palabra "recordar": derivado del
lat?n re-cordis, que significa "volver a pasar por el coraz?n". Recordar,
entonces, en su sentido m?s antiguo y m?s humanitario. Recordar, ser un
pueblo con memoria, para que seamos capaces de hacer colectivamente una
conmemoraci?n de las personas desaparecidas y asesinadas; de las personas
detenidas en centros clandestinos y torturadas; de los padres y madres separados
de sus hijos y de los hijos que la ?ltima dictadura dej? sin padres; de las
madres y las abuelas que nutren constantemente ese r?o de lucha y de memoria
que, a trav?s del tiempo, agrieta las fachadas que pretenden cubrir las
injusticias y la violaci?n de los derechos humanos, ese r?o que logra derrumbar
las monta?as en su paso a fuerza de sufrimiento y de lucha. Nunca m?s.
Recordar, porque como reza una placa instalada en los que fueran los campos de
concentraci?n de Auschwitz, Polonia, los pueblos que no tienen memoria est?n
condenados a repetir los mismos errores del pasado. Nosotros recordamos, nunca
m?s.
flaviafascendini@tau.org.ar
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Publicado el: 25/03/2003
Por Flavia Fascendini.
Categor?as: Derechos Humanos / Noticia
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