Lectora apasionada, en 1998 Mar?a Luisa Sordi de Matich
tuvo que pasar varios d?as sin poder leer. No porque no pudiera ver, sino porque
por una operaci?n de cervicales no pod?a sostener los libros con sus manos.
"Una tarde mi marido y mi hija me sentaron y me dijeron: realmente est?s
insoportable, no sabemos qu? hacer por complacerte. Cuando se fueron yo me
pregunt? por qu? estaba as? y me di cuenta que era por no poder leer, porque yo
le?a unos ocho libros por mes. Nunca hab?a mirado mucho un bast?n blanco ni
puedo decir que ten?a una sensibilidad muy grande por la gente que no lee.
Entonces dije: voy a hacer algo por la gente que no puede leer", cuenta Mar?a
Luisa. As? fue que naci? el Voluntariado de Horas de Lectura de
Rosario, que hoy cuenta con doscientos voluntarios que dedican parte de su
tiempo a leer para los que no pueden hacerlo y adem?s est? al frente de la
biblioteca Parlante que funciona en la sede de la biblioteca popular Solidaridad
Social.
Todav?a convaleciente de su operaci?n, Mar?a Luisa ley? un art?culo
period?stico que contaba que la Asociaci?n Argentina de Lectura ten?a en Buenos
Aires un grupo de mujeres que hab?a formado un Banco de Horas de Lectura.
Conocer esa experiencia termin? de animarla para comenzar a trabajar en Rosario,
entusiasm? a una amiga y se largaron. Lo primero que definieron, ya en
1999, fue generar una organizaci?n "absolutmante plural, que
permitiera que todo el mundo supiera que pod?a acercarse y pedir un voluntario".
Con ese esp?ritu, Mar?a Luisa fue a un par de radios de la ciudad a difundir su
iniciativa convocando a voluntarios y el tel?fono de su casa comenz? a sonar con
insistencia.
Cualquiera que se pregunte qui?nes no pueden
leer piensa primero en los ciegos. Y a un estudiante de Filosof?a ciego fue
a uno de los primeros a los que ofrecieron sus servicios Mar?a
Luisa y su amiga. Ese estudiante fue quien les cont? de Pedro Arpajou, un ciego que presid?a la biblioteca popular
Solidaridad Social y hab?a instalado una cabina ac?stica. Despu?s Pedro falleci?,
y hoy la biblioteca parlante que funciona a partir
de aquella cabina lleva su nombre. As? es que los voluntarios dividen su tarea en leer
personalmente y a domicilio a quien lo necesite lo que necesite y
tambi?n poner su voz y su pasi?n para la grabaci?n de libros
que se suman a la biblioteca parlante.
Los servicios del Voluntariado no s?lo se prestan a ciegos. Tambi?n hay
ni?os, adultos y personas mayores que por otras razones, fundamentalmente
problemas de motricidad, no pueden leer y a ellos tambi?n se les da
una mano. Siempre desde la convicci?n de que "acercando a la lectura a estas
personas, facilit?ndoles la posibilidad de restablecer este v?nculo, los estamos
ayudando a asumir su condici?n, les aliviamos su carga, revertimos su tristeza o
aislamiento, creando nuevas oportunidades de entusiasmo, de ideas, de
relaciones, y de una introspecci?n creativa, que s?lo consigue quien practica o
tiene el h?bito de leer".
Lo de los v?nculos que se establecen o restablecen a partir de la lectura es
algo que Mar?a Luisa destaca. A partir de la lectura nacen relaciones s?lidas
entre lectores y oyentes, como por ejemplo la amistad que surgi? entre un ex
periodista afectado por una maculopat?a y un profesor del Colegio Espa?ol.
"Se trata de rescatar la palabra", marca Mar?a Luisa. "El hombre es un ser
hablante. Entonces, ?por qu? lee? Lee para conocerse, para saber qui?n es. El
hombre confirma qui?n es y sabe qu? es y qu? quiere a trav?s de lo que lee",
completa.
Consultada sobre el perfil de los voluntarios, Mar?a Luisa remarca la
heterogeneidad. Los hay de distintas edades y profesiones u
oficios. Lo que es com?n a todos es el amor por la lectura y la
pr?ctica de la solidaridad. As? que el que quiera sumarse, ya sabe.
VOLUNTARIADO DE HORAS DE LECTURA
0341-4815757 - 4257995
voluntariado@infovia.com.ar