1976 ? 2011. Verdad, Juicio y Castigo
Una realidad incontrastable
A treinta y cinco a?os del golpe c?vico militar m?s brutal de nuestra historia, los juicios a los genocidas son un hecho inobjetable en todo el pa?s. Argentina adem?s es pionera en Am?rica Latina con la efectividad de estos juicios y condenas por parte de su propia Justicia. ?Cu?l es la dimensi?n simb?lica y pol?tica de semejante hecho reparador? En di?logo con enREDando, Juane Basso, referente de HIJOS Rosario y trabajador de prensa, nos ayuda a analizar el tema. Conversamos sobre los procesos judiciales vigentes en la ciudad. Sobre el lugar que los medios hegem?nicos le asignan. Acerca del rol de la Justicia y sus contradicciones. Sobre la desaparici?n de Julio L?pez y asesinato de Silvia Suppo en el marco de los juicios. En la entrevista, nos detuvimos tambi?n en el resurgir de la pol?tica como proyecto colectivo.
Argentina sobresale en la regi?n y Am?rica Latina por ser pionera en dar efectividad concreta a los juicios a responsables del terrorismo de Estado, por estar llev?ndolos adelante con un Tribunal de Justicia de nuestro propio pa?s y utilizando la figura legal de ?genocidio?. A treinta y cinco a?os del golpe c?vico militar m?s brutal de nuestra historia (1976-1983), las condenas a los genocidas son un hecho contundente. De Ushuaia a La Quiaca los ide?logos, hacedores y c?mplices de la muerte organizada, desde 2008 enfrentan a la Justicia. El perverso cinismo e impunidad se est?n yendo con ellos detr?s de las rejas.
En pa?ses hermanos, donde el Plan C?ndor tambi?n asesin? y desapareci? a decenas de miles de personas, todav?a no se avanz? hasta este punto, pero paulatinamente, al ritmo de sus propios procesos hist?rico pol?ticos, tambi?n buscan poner fin a la impunidad. Sin ir m?s lejos, tanto en el ?paisito? como en Brasil hay claras se?ales pol?ticas de querer avanzar en este sentido.
En Uruguay, el Frente Amplio est? m?s cerca de la anulaci?n de la Ley de Caducidad, norma que hasta hoy proh?be juzgar cr?menes de lesa humanidad cometidos en la dictadura (1973-1985). Tambi?n en Brasil se encienden luces reparadoras de la Verdad. A principios de enero, a s?lo horas de haber asumido, la presidenta Dilma Rousseff anunciaba la creaci?n de una Comisi?n de la Verdad, que investigar? los cr?menes de la dictadura (1964-1985). Por otro lado, las cosas son menos alentadoras en Chile, por estos d?as, el gobierno del derechista Sebasti?n Pi?era, en el marco de un proyecto para combatir la crisis carcelaria, baraja la posibilidad de otorgar indultos masivos a represores pinochetistas condenados por delitos de lesa humanidad.
Empezar a llamar a las cosas por su nombre y ubicarlas en su justo lugar, sin dudas le permite a un pa?s ir avanzando en la conciencia social. Con la apertura de los procesos judiciales a los represores que formaron parte de un plan sistem?tico de terror, saqueo y muerte, las banderas de la Memoria, la Verdad y la Justicia encuentran realmente un sentido reparador.
?A lo largo de nuestra historia el poder varias veces recurri? a las dictaduras y a la represi?n (incluso en siglos anteriores) y barri?, mat?, secuestr?, asesin? ?quiz?s nunca fue tan feroz como la del 76- para reacomodar las relaciones de fuerza. Esta vez, el pueblo a trav?s de sus organizaciones, de las Madres, desde distintos ?mbitos representativos, de los trabajadores, los estudiantes, los organismos de derechos humanos, con la masa cr?tica que se fue formando en las clases medias, decidi? poner fin a ese proceso en el que ese poder recurr?a a una dictadura cada vez que se estaba discutiendo su poder. En un determinado momento se dijo NO, ac? tiene que haber juicio, esto es intolerable para la conciencia de los ciudadanos y para la civilizaci?n del presente?, se?ala Juane Basso.
Con tono pausado y admirable claridad conceptual, el militante de HIJOS Rosario y trabajador de prensa, nos ayuda a pensar el actual momento hist?rico pol?tico, en el que se vislumbran certeras transformaciones.
?Esto es producto de una batalla simb?lica que se logr? instalar, que se gan? entre comillas, porque hay un proceso de discusi?n permanente. Hay una discusi?n muy grande en la sociedad, a lo mejor subrepticia, quiz?s no en la primera plana de los medios pero aparece. Gran parte de la poblaci?n considera importante este NO, al punto de que eso se transform? en una pol?tica institucional de un gobierno como el de N?stor Kirchner?, explica.
El militante se corre de los lugares comunes, de los planteos simplistas y superficiales que sostienen que el gobierno kirchnerista ha ?usado? las pol?ticas de derechos humanos y analiza este momento de hist?ricas reivindicaciones en el marco de una serie de avances del campo popular y social.
?Empezar a poner fin a la impunidad es un s?ntoma del estado de las relaciones de fuerza y del capital simb?lico creado por los organismos de derechos humanos alrededor de las banderas de Juicio y Castigo. En todo caso fue un acierto de la estrategia de quienes entienden que para llevar adelante un proyecto de pa?s, uno tiene que pararse sobre estados de ?nimos, necesidades y deseos de gran parte de la poblaci?n. Cada gobierno decide sobre qu? pilares construye su legitimidad y en este caso decidieron hacer esto, y para m? es un s?ntoma de toda una cosa mucho m?s grande que tiene que ver tambi?n con el resultado de una lucha de muchos a?os?, analiza Basso.
En nuestro pa?s, la tenacidad e inquebrantable lucha de las Madres de Plaza de Mayo lleva m?s de tres d?cadas y de norte a sur es acompa?ada por decenas de organismos de derechos humanos, estudiantes, trabajadores, organizaciones sociales y pol?ticas. Sus pa?uelos de dignidad son reconocidos en todo el mundo. Aunque el bloque de impunidad que le garantiz? protecci?n legal a los genocidas definitivamente empez? a quebrarse en 2003, con la derogaci?n de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida y la posterior anulaci?n de los indultos. Por entonces, la decisi?n pol?tica del gobierno de N?stor Kirchner de enjuiciar a los responsables del terrorismo de Estado, fue determinante para empezar a echar luz sobre tanto dolor e impunidad.
Poniendo la mirada en el pasado no tan reciente, Juane ubica la seguidilla de dictaduras impuestas a lo largo de historia Argentina dentro de las estrategias del poder econ?mico y pol?tico, ?de los due?os de la Argentina y sus aliados, la Argentina nunca termin? de ser del todo due?a de s? misma, siempre ha sido due?a de parte de una oligarqu?a aliada a grandes capitales internacionales?. El militante no duda al vincular las dictaduras militares con las dictaduras econ?micas asociadas al gran capital, modelo que ha sabido desguasar gran parte de nuestras riquezas y diversidad productiva, ?tnica y cultural.
Las contradicciones de la Justicia
?La justicia tambi?n es un lugar que no escapa a los a?os y a?os de capas geol?gicas de las clases dominantes de nuestro pa?s. Es un ?mbito quiz?s de los m?s aristocr?ticos, haciendo un relevamiento arqueol?gico de cu?les son los apellidos que integran la Justicia Federal, incluso en las justicias provinciales, generalmente son hijos, nietos, bisnietos de familias olig?rquicas que se han ido ubicando en esos lugares, si bien con el correr de los tiempos eso se ha ido modificando. Eso tambi?n expresa un paradigma ideol?gico, no es casual que todav?a haya muchos tipos de la dictadura pero esto tiene que ver con las clases sociales que hist?ricamente definieron qui?nes ten?an posibilidad de ser juez o de ingresar a la carrera judicial?, desmenuza Juane el trasfondo de una de las instituciones m?s aristocr?ticas y poderosas de nuestro pa?s.
?As? y todo, hoy se puede ver que la Justicia empez? a ser permeable a esto y en todo el pa?s tenemos causas abiertas por cr?menes de lesa humanidad. Porque no alcanza con la lucha de los organismos, no alcanza s?lo con la decisi?n pol?tica del Ejecutivo o un Legislativo que derogue o anule leyes, sino que es la justicia quien los tiene que juzgar. Y en ese sentido la justicia tiene que abrir una compuerta que hab?a cerrado por mucho tiempo, y se ha ido abriendo, con muchos obst?culos, con muchos frenos que aparecen, porque la justicia est? plagada de tipos ligados a esa dictadura?, observa.
Dentro de las contradicciones vigentes nombra un caso paradigm?tico: la actuaci?n de la C?mara de Casaci?n Penal, donde quedan trabados muchos de los planteos que hacen los fiscales o los abogados de los organismos de derechos humanos. ?Justamente hay un n?cleo muy cerrado de tipos que tienen intereses ligados a los genocidas o al poder econ?mico. Eso que se ve en causas a genocidas tambi?n se ve causas que por delitos econ?micos o penales que afectan intereses de poder?, agrega el militante de HIJOS Rosario.
?C?mo analizan que est? actuando la Justicia en Rosario?
- El Tribunal Oral Federal de Rosario, que se form? para la causa Guerrieri, es el mismo de la causa D?az Bessone (actualmente en curso), a lo largo del proceso y antes de la condena (que fue ejemplar y una de las mejores del pa?s), nos daba gestos contradictorios.
Nosotros esper?bamos poder entrar a la Sala de audiencias con las fotos de nuestros desaparecidos, vivirlo como un proceso donde cada vez m?s participe gente y ellos parec?a que todos los criterios que usaban para el comportamiento de la Sala, era cercenador de la manifestaci?n p?blica, de la participaci?n, no dejaban mostrar las fotos.
Hubo criterios diferentes con respecto a c?mo actuar respecto de esto. Nosotros dec?amos de tener cautela, si bien estamos acostumbrados a poner el grito en el cielo, me refiero a ser criteriosos, a ver cuales son las mejores estrategias para ir ganando nuestros espacios. Nuestra manifestaci?n p?blica funcion? permanentemente para que la justicia funcione y sabemos que es parte de las herramientas que tenemos, que tienen los pueblos. Durante muchos a?os, con las Madres y con la historia de nuestro pueblo aprendimos que nada nos lo regalan, que las conquistas son una construcci?n social, ya sea en el territorio de la justicia o en otros.
Tuvimos una sentencia ejemplar, que ninguno de nosotros esperaba y que contempl? todo lo que ped?mos: prisi?n efectiva, perpetua y en c?rceles comunes (ver nota sentencia). Todo lo que ped?amos nosotros, las querellas y organismos fue tomado por los jueces, con los cuales en todo el desarrollo del juicio hemos tenido much?simas diferencias. Esto no quita que bajemos nuestras banderas con relaci?n a cosas que no nos gustan en relaci?n a c?mo va el proceso, como puede ser la libertad de los imputados, pero se abren discusiones muy complejas porque en definitiva la libertad a estos represores no es una responsabilidad de este Tribunal. Es una resoluci?n que viene por encima. Si el tribunal de Casaci?n dice que ya cumplieron el plazo estipulado de prisi?n preventiva, el tribunal inferior tiene que acatar eso.
Lo que queremos es que los genocidas est?n presos y que los juicios los lleven adelante en prisi?n.
El criterio que plantea el garantismo es que una persona que no est? condenada, no est? bien que est? cumpliendo prisi?n porque a?n no se comprob? la culpabilidad. Ahora, nosotros desde HIJOS en estos casos sabemos que la prueba acumulada es much?sima, y que, en realidad la situaci?n de que no tengan una condena es justamente por los treinta a?os de impunidad que se garantiz? la propia dictadura, que esta misma Justicia les garantiz?.
Pero bueno, por ejemplo Casaci?n, utiliza elementos garantistas argumentando que estas personas son inocentes porque no se ha demostrado lo contrario, son muy hijos de puta, porque eso no lo hacen con cualquier imputado, probablemente est? plagado de casos donde con los hijos del pueblo, los pobres, no se detienen en estas cuestiones y siguen presos. Esta es una cuesti?n de clases que hay que marcar, estas cosas de clase existen en nuestra Justicia y joden.
Dentro de las contradicciones y complejidades de la Justicia, ?C?mo podemos pensar la desaparici?n de Jorge Julio L?pez y el asesinato de Silvia Suppo, dados en el marco del desarrollo de los juicios?
- Es tremendo desde cualquier lugar del que se mire. Si bien hoy se tiene una ascendencia importante sobre las fuerzas armadas, sobre la polic?a, est? claro que este sigue siendo un proceso donde se afecta a poderes e intereses. Desde la lectura pol?tica uno debe interpretar que estas son consecuencias nefastas del proceso, que quiz?s eran posibles, todos ten?amos la hip?tesis de que iba a haber amenazas, de que iba a haber presiones, por eso justamente le reclamamos y seguimos reclamando al Estado que est? preparado, porque est? entre las posibilidades, hay grupos residuales, sobre todo en la polic?a Bonaerense, pero tambi?n todas las polic?as tienen grupos mafiosos quiz?s ligados m?s a cuestiones de negocios que ideol?gicas.
Lo de Julio L?pez en su momento fue una manera de decirle al poder pol?tico nacional, bueno, si ustedes toman esta decisi?n, nosotros le tiramos un cad?ver arriba de la mesa, tambi?n dentro de la l?gica del poder en tramas complejas en un momento en que se intentaban tibios cambios en la polic?a bonaerense. Pero no se tienen que eludir responsabilidades, nosotros tenemos claro que el Estado tiene que garantizarle a los testigos la seguridad y de eso no nos bajamos.
En el caso de Silvia Suppo pasa lo mismo, el Estado tiene que hacerse cargo de la seguridad de nuestros compa?eros, y en ese caso tiene que hacerse responsable de lo que pas? y al mismo tiempo garantizarle la seguridad a todos los compa?eros que siguen en las causas.
Por alg?n lado uno tambi?n tiene que decir que si el inter?s de estos tipos era condicionar al poder pol?tico, condicionar a los testigos y a la sociedad para que se vuelque y diga basta de juicios, se demostr? que le erraron, y en ese sentido, la respuesta ante semejante tragedia no les ha sido favorable. Pero s? nos puso en alerta a todos.
Lo de Silvia tiene elementos m?s complejos, pero est? claro que no se ha echado toda la luz que nosotros reclamamos y fundamentalmente los familiares, ellos piden que haya una investigaci?n seria que demuestre realmente que no fue un crimen pol?tico, tienen pruebas claras de que hubo movidas raras por parte de la polic?a. Todo eso nos hace pedir junto a ellos que la investigaci?n avance y lo mismo con Julio L?pez, que no se han dado grandes pasos.
Son dos pu?ales clavados en la historia de los organismos de derechos humanos, dos inc?gnitas, dos compa?eros por los cuales se han sumado dos banderas a la lucha de los organismos pero que nosotros no podemos dejar de ver que se da en el marco de una pelea, y que, la mejor manera de rendirle homenaje a esos compa?eros es sostener esta lucha hasta el final, hasta conseguir las condenas a los genocidas. Y por supuesto, entender que toda esta din?mica en el proceso de los juicios no s?lo como una b?squeda de justicia sobre delitos cometidos contra particulares sino como una manera de saldar deudas hist?ricas y retomar luchas que nos incluyen.
?Qu? lugar le est?n asignando los medios hegem?nicos al desarrollo de los juicios?
- Los medios a nivel empresarial no le ven ning?n negocio a esto. Hoy por hoy el proceso de los juicios en Rosario no toca los intereses de gran parte de los empresarios, salvo a un Goy?n (Alberto) que simb?licamente puede seguir asociado a que fue intendente de una dictadura, entonces ese es quiz?s el lugar donde menor presencia tienen los juicios.
Desde la l?gica econ?mica, que es la que atraviesa a los medios comerciales, uno puede decir que hay un desde?o de esta realidad que est? sucediendo. Pero por otro lado, los medios est?n compuestos por trabajadores de prensa, periodistas de carne y hueso que en general lo incluyen en la secci?n de pol?tica, en las secciones que caben estos temas. Entonces de alguna manera han logrado que le dejen un lugar en los medios, me refiero a La Capital o El Ciudadano. No ha habido grandes problemas para que se publique por lo menos una cr?nica diaria o cada tanto de lo que est? pasando en los juicios.
Tiene presencia, aunque uno quisiera m?s.
En el caso del peri?dico El Eslab?n, estoy como editor, y con los compa?eros decidimos que el tema tenga un suplemento especial. Si tuvi?ramos m?s infraestructura y m?s compa?eros trabajadores de prensa, quiz?s har?amos algo m?s especial, es una decisi?n que hemos tomado. De hecho, estamos presentando un proyecto para hacer un libro con el Diario del Juicio, para ver qu? otra luz le podemos dar a este proceso de cobertura.
Se puede ver por ejemplo que en Rosario12 han tomado una decisi?n editorial, vinculada tambi?n con sus lectores, de que tenga cobertura cada audiencia y ponen a dos periodistas (que es mucho para el medio), siempre est?n Sonia Tessa o Jos? Maggi cubri?ndolo y es muy interesante lo que ellos est?n haciendo. Quiz?s dentro de la gr?fica son los que m?s laburo le han puesto al juicio.
En radio o en televisi?n se ve muy poco, salvo cuando se genera alg?n hecho pol?tico importante, cuando el Espacio Juicio y Castigo convoca a una actividad concreta. A su vez se distingue Canal 5 por sobre Canal 3 por la presencia en los juicios. Asimismo, el discurso que elaboran los movileros tampoco escapa a la media de lo que son los periodistas encumbrados de la ciudad, ojal? fuera Sonia Tessa la persona que construye la l?nea editorial en canal 3 o 5 y frente a la pantalla, pero no lo es.
Creo que se podr?a hacer mucho, si uno pudiera incidir en la l?nea editorial, le dar?a otra presencia y permitir?a que este proceso de los juicios ponga en discusi?n muchas cosas que se viven hoy en nuestra sociedad pero que tambi?n faltan ser saldadas en t?rminos de quienes y c?mo somos como sociedad. Eso lamentablemente no es posible, los medios masivos tienen otras l?gicas.
Tambi?n hay otra realidad, la de las radios comunitarias, como los compa?eros de FM Aire Libre, de indymedia, los medios de los gremios, o espacios de grupos que tienen sus programas de radio. Hay una diversidad que no tiene una capacidad de incidencia, comparativamente est?n muy en desventaja de los grandes tanques medi?ticos, pero existe y es muy interesante. Incluso los canales de cable ya tienen una cobertura distinta de los juicios que los canales de aire.
En los ?ltimos a?os, sobre todo despu?s de la muerte de N?stor Kirchner estamos viendo un avance en la participaci?n pol?tica, en especial de los j?venes. ?C?mo ven este resurgir de la pol?tica como proyecto colectivo?
- Para nosotros no es casual que ese proceso de renovaci?n de la participaci?n pol?tica, fundamentalmente en las juventudes, se de en el mismo momento en que se est? condenando a los genocidas, porque son caras de la misma moneda, que es la moneda corriente que est?n encontrando los j?venes hoy, que est?n llegando a una edad en la que se plantean determinadas preocupaciones.
A?n hay puntos muy cr?ticos necesarios de abordar, nuestra sociedad est? postergada en much?simas cuestiones que para nosotros son el eje de porqu? hay que organizarse y pelear por una sociedad diferente.
La cuesti?n es que ac? se han habilitado procesos, que son los procesos que hay que habilitar. La decisi?n de decirle a los j?venes ?vengan a participar?, es tambi?n decir, abrimos el juego para que nos vengan a discutir.
Es verdad que eso puede producir contradicciones, pero ning?n proceso no tiene contradicciones, lo interesante es hacerse cargo de que se produzcan esas contradicciones y habilitar la posibilidad de que se produzcan. Eso me parece que es un dato muy interesante de nuestro tiempo y que no tiene que ver con casualidades, ni con decisiones individuales agarradas de los pelos, sino que confluyen un mont?n de cosas.
Uno no puede decir que todo lo bueno que est? pasando en los ?ltimos a?os es gracias a la decisi?n estadista de Nestor Kirchner o de Cristina, pero s? tiene que reconocer que muchas de las decisiones que ellos tomaron o que tuvieron una valent?a importante, que tuvieron una visi?n estrat?gica realmente superlativa.
Al mismo tiempo se pueden criticar muchas de esas medidas en t?rminos individuales, pero lo que no se puede dejar de ver cuando se mira la historia es que esas cuestiones son parte de un producto hist?rico, que estas personas son un producto hist?rico, que en definitiva expresan a una sociedad muy interesante, con contradicciones, superando cosas muy chotas, donde lo preponderante era el individualismo, ac? ahora aparece discutido eso y aparece la posibilidad de participaci?n.
Donde lo hegem?nico eran las privatizaciones, la privatizaci?n aparece medio como mala palabra, si bien no fue desterrada por este gobierno, bueno, por ning?n gobierno. Pero lo hegem?nico parece que es que el Estado vele por los intereses, lo mismo pasa con lo cultural, parece que hay que impulsar la cultura nacional, que el cine nacional y los intelectuales tienen que tener un espacio, o sea, eso da cuenta de que la discusi?n que tenemos en el presente es muy superadora de la que ten?amos.
Lo cual no quiere decir que hay que dormir sobre ning?n laurel, nos tiene que mostrar d?nde estamos parados, para seguir yendo donde nosotros queremos ir como sociedad, que es la construcci?n de la felicidad teniendo en cuenta que tenemos afuera de los derechos humanos m?s b?sicos a un tercio de nuestra poblaci?n o m?s. Eso no lo puede perder de vista nadie, el tema es c?mo se va hacia la resoluci?n de esos problemas centrales.
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Este 24 de marzo m?s de 30 mil personas colmaron el Monumento.
Foto: Jorge Contrera | |
Publicado el: 26/03/2011
Por Vivi Benito.
Categor?as: Derechos Humanos / Reportaje
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