I. Los chicos toman la palabra
Con espontaneidad y ternura los Chicos del Pueblo marcharon para visibilizar que el hambre es un crimen, m?s a?n en un pa?s l?der en producci?n de alimentos. Desde el 7 de mayo la caravana de pibes pas? por distintos puntos del noreste argentino, llegando a ciudades como Vera, donde los vecinos los recibieron con la alegr?a de aquellos a?os en que llegaban las compa??as de artistas y circos rodantes. En su paso por Rosario, enREDando camin? con ellos, disfrutando de la sencillez y franqueza con la que dijeron; ??queremos ir a la escuela y comer en nuestra casa!?.
Sus voces aparecieron entre bailes y canciones, tomaron las calles, las plazas y micr?fonos, fueron los principales voceros de un reclamo colectivo para frenar el hambre y las desigualdades. Fueron recibidos entre abrazos, t?teres y papelitos. A nuestra ciudad tambi?n se llegaron ni?os y ni?as de localidades vecinas con sus maestros y familias para ser parte de la movida. Muchos de ellos con grabador en mano entrevistaron a quienes quisieron, con una cancha inigualable.
En estas l?neas compartimos parte de esos di?logos: ??De donde son ustedes?", "del Grupo Obispo Angelelli (GOA)?, respondieron unas chicas. ?Yo soy de Oliveros, de la organizaci?n Lagarto Juancho?, se presentaba Juan, uno de los peque?os periodistas que le puso palabras al encuentro. Juan tiene 11 a?os, Pablito 10 y Alejandra 14, los tres vinieron con un coordinador y pertenecen al Lagarto Juancho, cuya historia y trabajo se cuenta en nuestra secci?n Buenas Pr?cticas.
Los chicos no paraban de mirar las murgas y los t?teres gigantes. Es la primera vez que participan de una marcha y la segunda que vienen a Rosario. A medida que caminaban iban encontrando entrevistados. ??Por qu? marchas?". "Para que ning?n chico vea vulnerado ninguno de sus derechos, ni la salud, ni el juego. Los maestros de Amsaf? venimos a participar con varias escuelas y chicos de distintos grados que vienen trabajando por los derechos del ni?o. Tambi?n venimos a acompa?ar a los marchantes que vienen de lugares tan lejanos del pa?s?, les respond?a Gustavo Ter?s, secretario de Amsaf?.
Con una mirada transparente y privilegiada, los chicos iban charlando como les parec?a, como les iba surgiendo, sin los formalismos de los adultos. De repente se los vio sorprendidos mirando con atenci?n a un artista que hac?a malabares con pelotitas y lo encararon: ??De d?nde sos?". "De Rosario". "?C?mo hac?s para que no se te caigan las pelotitas?". "Entrenando, con mucho entrenamiento". "Yo entreno y se me caen". "Pero no tanto como yo". "?Desde qu? hora practic?s?". "Desde hace muchos a?os". "Ah! con raz?n?, se sacaba las dudas Pablito sobre el arte del malabarismo.
Y la caminata se fue entremezclando entre redoblantes, sombreros de colores y carteles creados con t?mperas y fibrones. ??C?mo te llam?s?". "Me llamo Sonia Alesso, soy de Rosario, del Sindicato de Docentes de la provincia de Santa Fe". "?A qu? viniste ac??". "Vinimos con todos los maestros y compa?eros que est?n peleando porque los pibes no est?n en las calles, porque tengan d?nde comer, d?nde dormir. Peleando con un mont?n de organizaciones de todo pa?s que vienen marchando y exigiendo a los gobiernos que haya pol?ticas para que ning?n chico se muera de hambre en la Argentina". "Gracias?, saludaba Juan y apagaba con cuidado el grabador.
Marchando, los chicos se cruzaron con Var?n quien fuera compa?ero de Pocho Lepratti y trabaja en el Bodeg?n cultural Casa de Pocho, tambi?n lo reportearon. ?Me acuerdo que cuando hicimos la primera marcha tuvimos que ir por la peatonal para molestar a alguien al menos, ?ramos tan pocos... La marcha creci? un mont?n, la situaci?n no cambi? mucho, el caso del Irar es un ejemplo. Si recorr?s mi barrio hay chicos en la Seccional 12 y no es una c?rcel para menores. Lo que pas? en Falabella es otro ejemplo, si uno es pobre es condenado, y si es pobre y aborigen m?s todav?a. Eso ha empeorado pero desde el lado de las organizaciones se ven mejoras. Yo ten?a 17 a?os cuando empec? en el movimiento, hay que respetar la voz y el voto de los pibes?, expresaba Var?n. Cuadra tras cuadra los chicos llegaron al Monumento, Juan propuso subir al mirador para ver mejor a toda la escena, Pablito se acomodaba la bandera en la espalda y Alejandra con actitud pensativa pregunt? en voz alta: "?Ac? no duermen la siesta?"
II. Pa?uelos blancos y pecheras azules
Fue emocionante llegar a la plaza San Mart?n y encontrarse con una primera e instant?nea imagen de las Madres de Plaza 25 de Mayo junto a las miles de hormiguitas que se preparaban para marchar hasta el Monumento. Conmov?a ver los pa?uelos blancos entre t?teres de colores y pecheras azules denunciando a viva voz que ?el hambre es un crimen?, o la mezcla de las arrugas con la piel envuelta en inocencia y sonrisas.
?Esta es una esperanza para el futuro y para los ni?os de hoy?, dec?an
las madres, al ver la gran cantidad de ni?os y ni?as que lentamente
empezaban a caminar junto a los maestros, los sindicalistas, los
militantes sociales, los estudiantes, los que caminan siempre, los que
lo hacen de vez en cuando, los que intentan, aunque a veces no se
pueda. Al mediod?a, los chicos y chicas del Pueblo hab?an almorzado en
la Granja de la Infancia, con una comida preparada especialmente por
los ex combatientes de Malvinas.
?Para nosotras la marcha es uno de los puntos por el que lucharon nuestros hijos, que desaparezca el hambre de un pa?s como el nuestro que es tan rico en alimentos y como no es posible que haya chicos que est?n con hambre y desnutridos. Nosotros sentimos que tenemos que estar ac?, porque recordamos la lucha de nuestros hijos?, contaba una de las madres, en el centro de la plaza San Mart?n, mientras a su alrededor, se acercaban con mu?ecos hechos en el taller de artesan?a, los chicos de la Asociaci?n C.H.I.C.O.S. Gonzalo tiene 23 a?os y ?sta es la primera vez que participa de la marcha. Forma parte del taller de serigraf?a y del taller artesanal de la Asociaci?n, y junto a sus compa?eros, durante cuatro d?as le dio forma a los t?teres que marcharon junto a ellos.
III. Marchando
?Pedimos trabajo para nuestros padres. Para que los chicos no est?n en la calle?, dec?a Cristi?n, de Buenos Aires. Alumin?, que estaba a su lado, cuenta que ?sta es la cuarta vez que marcha, y en cada recorrido encuentra ?m?s gente pobre, m?s gente sin trabajo, m?s chicos pobres?.
Al ritmo de las canciones preparadas para la marcha, los pibes iniciaron la caminata por calle Santa Fe, entre cordones, docentes, referentes sociales, entre banderas que iluminaban un d?a bien nublado, entre murgas y batucadas de las distintas organizaciones sociales y pancartas donde se repet?a siempre la misma frase, el mismo reclamo, la misma denuncia.
"Nosotros marchamos por los derechos del ni?o?, dec?a Bel?n. ?Porque no haya m?s pibes que se mueran de hambre?, agregaba Laura. Las dos tienen 12 y 14 a?os. ?No es verdad que todo est? bien como dicen?, coinciden, cuando nos cuentan qu? es lo que est?n viviendo, desde que partieron de Iguaz? aquel 7 de mayo para llegar hasta la m?tica y luchadora Plaza de Mayo. "?Por qu? ven?s a la Marcha?" le pregunt?bamos a Micaela de la Casita del Medh. ?Porque tenemos hambre", respond?a. Y Cristian agregaba ?porque me interesa todo esto. Porque luchan contra el hambre de los chicos y por sus derechos?. ?Mi nombre es Giuliana y venimos para preguntar por qu? dejan a los chicos sin comer?. Ver?nica Serra, que coordina el trabajo de los chicos en La Casita, nos dec?a que esta es la primera Marcha a la que vienen. "Vimos un video que nos prestaron los organizadores. Es un video que cuenta el esp?ritu de la Marcha y muestra im?genes de las anteriores?. As? fueron trabajando, grupalmente, con los chicos, antes de venir a marchar.
A Camila la encontramos bailando, dando patadas y cantando, junto a la murga de Villa Constituci?n. ?Marcho para que a los chicos no les falte el pan?, alcanz? a decir, antes de perderla de vista entre los pibes que le daban la cuota de rebeld?a, bien murguera, a una marcha, en la que no faltaron las levitas y los redoblantes, no solo de los chicos, sino tambi?n, de los m?s grandes.
De Tucum?n y Tandil, conversamos con Joara y Paula, de 12 y 13 a?os. ?Por m?s que digan que la Argentina es pobre, una cosa es decirlo y otra cosa es verlo". Esta es la tercera vez que marchan y la experiencia es cada vez m?s fuerte. ?Al ser cada vez m?s grande te vas dando m?s cuenta de las cosas. Ahora es una amargura y da bronca de ver c?mo los chicos se mueren de hambre?.
Llegando al final del recorrido sorprendimos a Jonatan, integrante de la Mesa de Encuentro Barrial
(MEB). ?La Marcha nos hace ver que los ni?os tienen derecho a todo lo
que necesitan: a un doctor, a tener vivienda. A todo o que necesitan?,
opinaba en medio de esa bandada impresionante de chicos y nos contaba
que tambi?n hab?an preparado los chalecos, las banderas y el discurso
que m?s tarde leer?an sobre el escenario.
IV. Una cuna llena de banderas
En el Monumento, la imagen fue la misma que al llegar a la Plaza San Mart?n. Ser? que las Madres, por ser madres, hacen que los ojos brillen m?s que de costumbre, y que todo, a su alrededor, sea s?mbolo de lucha y dignidad. Ellas se acomodaron en el escenario, mientras Carlos Del Frade le pon?a cuerpo y voz a la marcha de los pibes. La explanada se colm? y la bandera argentina extendida y arropada por los ni?os, encontr? lugar en su propia cuna.
All? dialogamos con V?ctor De Gennaro, referente de la CTA. ?Es una nueva marcha que a m? me produce una alegr?a y una fuerza muy grande, porque es lo que nos transmiten, pero tambi?n me d? bronca. Hay momentos en que transito caminando y pienso c?mo es posible que en un pa?s como el nuestro tengan que marchar nuestros hijos para resolver algo que es tan elemental. Marcha tras marcha ning?n gobernador y ning?n presidente, de distintos partidos pol?ticos, jam?s los recibieron, no pueden contestar las preguntas de los pibes. No pueden mirarlos a los ojos?, dec?a, mientras de fondo se empezaban a presentar los oradores, los ni?os y ni?as del Pueblo.
?Esta marcha me interpel? de una manera distinta. Siento que tambi?n nos interpela a nosotros, a los militantes del campo popular. Porque la falta de unidad se mide en la muerte de nuestros pibes, hay que ser concientes de eso.? En la cuarta marcha de los Chicos del Pueblo, le preguntamos a De Gennaro si cree que ha habido cambios, desde la primera vez que se realiz?. ?Ha habido cambios fundamentales, no en las pol?ticas que originan el hambre, porque han inventado el hambre desde el 76 para ac?. Eso no cambi?. Lo que cambi? es la movilizaci?n del pueblo, hay una fuerza social movilizada que es impresionante. Pero siempre nos unimos por el no, tenemos que empezar a unirnos por el s??.
En el escenario, los chicos sub?an para dar su palabra frente a todos sus compa?eros y compa?eras. Palabras de pibes y pibas, francas, sueltas y dulces a la vez. Con un contenido social que a pesar de escucharlo en boca de grandes, en ellos, sonaba con m?s dolor y m?s ganas, con m?s fuerza y m?s convicci?n.
?Pensar en hambre es pensar en falta de trabajo, pensar en hambre no es pensar en una sola persona, no es solo un chico el que no come, es toda una familia, pensar un pa?s sin hambre es pensar un pa?s para todos?, dec?a Sole de la casita del MEDH. David, de la Asociaci?n C.H.I.C.O.S, ley? un escrito colectivo, hecho entre todos. ?No somos el futuro, sino un presente digno. No tenemos por qu? vivir as?, en la pobreza, luchamos por sue?os, construimos realidades?. Camila, adem?s de marchar, celebraba su cumplea?os n?mero 9. ?Pertenezco a la Asociaci?n Engranajes. Basta de mentiras, de mucho para pocos y poco para muchos. Por eso venimos marchando?. Y con la voz de quien lee su cuento, una ni?a de la Corriente Clasista y Combativa dec?a ?con nuestros padres estamos luchando y hacemos piquetes. La Argentina es nuestra. No vamos a dejarnos que nos roben el futuro?.
El cierre fue el canto popular. Var?n, Farolito, Perro e Sulki y m?s m?sicos le pusieron la energ?a de la m?sica y la garganta que se anuda cuando se escuchan los acordes del ?ngel de la Bicicleta. Para ese entonces, la tarde no aguant? y tambi?n rompi? en llanto, con sus gotas de agua contenidas. Pero a pesar de eso, los pibes saltaban, las banderas se levantaban, y la imagen, en ese final casi ag?nico, retumbaba, cuando la voz de los m?sicos a coro gritaban ?bajen las armas, que aqu? solo hay pibes comiendo? y cuando al cierre de esta cobertura, le pregunt?bamos a Tamara, de 13 a?os, como le gustar?a que fuese su pa?s. Ella, ya casi despidi?ndose con su t? con leche, nos dec?a: ?Que los padres tengan trabajo y que los chicos no tengan que andar revolviendo la basura para comer?.
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