El asesinato de Sandra Cabrera: cr?nica de una muerte anunciada
Desde el a?o 1995 los tribunales provinciales tienen un documento escrito por oficiales policiales que revelan el funcionamiento de las cajas negras, los distintos peajes que se pagan a La Santafesina SA para garantizar el desarrollo de comercios ilegales, desde la prostituci?n al narcotr?fico. No hubo novedades pol?ticas. Aquello sigui? su curso. Las dos administraciones de Carlos Reutemann dejaron hacer a los integrantes de la polic?a. Y cuando el primer gobierno de Jorge Obeid se sac? de encima a media docena de torturadores del terrorismo de estado la polic?a le hizo llegar un mensaje amenazador: si llegaban a exonerar a uno m?s, se quebraba la paz institucional en la provincia. En el a?o 2002, una investigaci?n de ese medio revel? la explotaci?n sexual infantil en la zona de la estaci?n terminal de ?mnibus "Mariano Moreno" de la ciudad de Rosario. Las escuchas telef?nicas que hizo la justicia federal revelaron las complicidades de los polic?as de la seccional s?ptima y de Moralidad P?blica. El asesinato de Sandra Cabrera se dio en ese lugar y tiene como principales imputados a oficiales y suboficiales que generalmente trabajan y trabajaron en la zona de la Terminal.
Desde el a?o 1995 los tribunales provinciales tienen un documento escrito
por oficiales policiales que revelan el funcionamiento de las cajas negras, los
distintos peajes que se pagan a La Santafesina SA para garantizar el desarrollo
de comercios ilegales, desde la prostituci?n al narcotr?fico. No hubo novedades
pol?ticas. Aquello sigui? su curso. Las dos administraciones de Carlos Reutemann
dejaron hacer a los integrantes de la polic?a. Y cuando el primer gobierno de
Jorge Obeid se sac? de encima a media docena de torturadores del terrorismo de
estado la polic?a le hizo llegar un mensaje amenazador: si llegaban a exonerar a
uno m?s, se quebraba la paz institucional en la provincia. Eso fue lo que le
confes? a este cronista el ex vicegobernador de aquella gesti?n, el ingeniero
Gualberto Venesia. Corr?a el a?o 1998 y a quince a?os de funcionamiento de la
democracia la polic?a de la provincia de Santa Fe ten?a el suficiente poder para
hacer peligrar la paz institucional. En el a?o 2002, una investigaci?n de ese
medio revel? la explotaci?n sexual infantil en la zona de la estaci?n terminal
de ?mnibus "Mariano Moreno" de la ciudad de Rosario. Las escuchas telef?nicas
que hizo la justicia federal revelaron las complicidades de los polic?as de la
seccional s?ptima y de Moralidad P?blica. El asesinato de Sandra Cabrera se dio
en ese lugar y tiene como principales imputados a oficiales y suboficiales que
generalmente trabajan y trabajaron en la zona de la Terminal. Esta es la
historia que demuestra la existencia de distintas mafias dentro de la polic?a
santafesina y de la incre?ble indiferencia que produjo el poder pol?tico
provincial. Los resultados de nueve a?os de indolencia est?n en el asesinato de
la secretaria general de la Asociaci?n de Mujeres Meretrices de Rosario. Las
cajas negras, 1995. Hacia febrero de 1995 el senador provincial Osvaldo Salom?n
denunci? que el estado santafesino deja de recaudar 700 mil pesos mensuales por
el juego clandestino. La mayor recaudaci?n por quiniela oficial fueron 40
millones de pesos durante 1994, por la provincia. Seg?n Salom?n, "existen
conexiones entre el juego ilegal y el tr?fico de drogas en Santa Fe". Y hacia
marzo de 1995 se volv?a a informar algo que desde la vicegobernaci?n de Antonio
Vanrell, en 1988, era, por lo menos, una noticia repetida: la DEA "equipa" a la
polic?a santafesina. Tambi?n por esos d?as se informaba que cien kilogramos
diarios de droga circulan en la Argentina. Los diarios nacionales indicaban que
el 90 por ciento de las sustancias se utiliza para el consumo. En la provincia,
como siempre, la polic?a maneja la calle. Y los que manejan la calle son, por lo
menos, los vigilantes de los negocios legales e ilegales. La droga ya formaba
parte de las cajas negras policiales. Un documento que lleg? a manos de un
camarista penal de la Justicia provincial, Oto Crippa Garc?a, as? lo indicaba.
El texto est? firmado por "Oficiales de la Unidad Regional II", fechado el 3 de
abril de 1995, y se encuentra en varios despachos de jueces provinciales
rosarinos desde entonces. Tiene el logo de la polic?a y se presenta como
"Comunicado N? 5". Su contenido, m?s all? de la denuncia sobre recaudadores
oficiales del dinero extralegal, explica, en cierta medida, el porqu? de la
falta de seguridad en el sur de Santa Fe. "...Las circunstancias que hacen que
la indisciplina, desmoralizaci?n y agobiante corrupci?n no tienen su origen en
las bases del personal, pero si el "asalto" que se viene llevando a cabo a la
seguridad de los habitantes de Rosario y zona sur de la provincia por parte de
"superiores" carentes de moral y la m?s m?nima verg?enza", sostiene un fragmento
del documento. Se afirma que "cuando en diciembre de 1991, el se?or teniente
coronel don Rodolfo Enrique Rieg? fue designado secretario de Seguridad P?blica,
se consider? due?o del "bot?n" y, para ello, de inmediato se aprest? a poner en
operaciones a los integrantes de su antiguo "equipo", pero no para darle
seguridad a la poblaci?n, tranquilidad y todo lo que ata?e a la funci?n
policial, sino para poner en ejecuci?n sus viejos planes de corrupci?n y
enriquecimiento que ya hab?a llevado a cabo cuando fue jefe de Polic?a de
Rosario". Sostiene el escrito que en una reuni?n en una quinta de Funes "todos
hombres pr?cticos y operativos pusieron precios a las unidades regionales del
sur y fundamentalmente Rosario, que era la perla m?s codiciada". El fragmento
agrega que "no hab?an tenido en cuenta que en Rosario estaba de jefe de Polic?a
el comisario general Atilio Bl?fari y a quien Rieg? empez? a hostigar y ya
impaciente, como no consegu?a doblegarlo, antes de fin de 1991, lo cita a la
ciudad de Santa Fe y en horas de la tarde, en su despacho, lo intima para que
"apriete" m?s, es decir, que elevara los "impuestos policiales" que percib?a
Blefari y que le fueran entregados a ?l (Rieg?) y en caso contrario lo relevar?a
y luego lo pasar?a a retiro". Sigue denunciando que "Chirino, como cari?osamente
le dicen sus ?ntimos a Blefari, no se dej? doblegar y all? empez? la lucha para
posesionarse de la Unidad Regional II, para desgracia nuestra y de toda la
poblaci?n, que ya en este momento por el creciente desgaste y corrupci?n no
tiene polic?a, ni seguridad ni esperanzas". El "comunicado" terminaba con un
informe del "cuadro demostrativo de ingresos extralegales", en el que
primeramente se detallan los c?digos de los "impuestos policiales". 1,
correspondiente a Leyes Especiales, "quiniela clandestina, apuestas de caballos,
timbas, bingos clandestinos, maquinitas"; 2, Moralidad P?blica,
"narcotraficantes, drogadictos, prostituci?n, explotadores, proxenetas,
wisker?as, discotecas, moteles"; 3, Robos y Hurtos, "piratas del asfalto,
asaltantes de bancos, ladrones de autos, punguistas, contrabandistas,
desarmaderos"; 4, Seguridad P?blica, "m?dicos, parteras, cl?nicas, aborteras,
curanderismo"; 5, Guardia Rural, "generalidades, sin especialidad"; 6, Guardia
de Infanter?a, "generalidades, sin especialidad"; 7, Polic?a de Menores,
"wisker?as, discotecas, bailables, moteles"". Desde 1992 a 1995, el informe
aseguraba que se recaudaron, "por izquierda", 12.300.000 pesos, a raz?n de 300
mil pesos mensuales en la Unidad Regional II. La denuncia fue desestimada o, por
lo menos, no sigui? investig?ndose. Febrero de 2002: prostituci?n infantil en la
zona de la terminal rosarina Una quincena de chicas, menores de veinti?n a?os
-muchas de ellas tra?das del Paraguay-, eran explotadas en tres locales
nocturnos ubicados en Callao al 100 bis, Callao al 200 y en Cafferata y Santa
Fe, enfrente de la Terminal de Omnibus Mariano Moreno en la ciudad de Rosario.
Se las obligaba a ejercer la prostituci?n, no se les permit?a abrir la heladera
de los "escondites" en las que se encuentran hacinadas y deb?an pagar una suma
de 500 pesos semanales a sus rufianes, a quienes tratan siempre de "don". La
informaci?n surgi? de escuchas telef?nicas legales que se llevaron a cabo en el
curso de una investigaci?n judicial que tiene otros objetivos y que, de pronto,
se top? con esta forma de explotaci?n de menores en una de las zonas m?s
emblem?ticas de la ciudad. Urg?a que la Justicia provincial rosarina se hiciera
cargo de seguir esta l?nea de averiguaciones. De las grabaciones surg?an
presuntas responsabilidades de integrantes de la Comisar?a S?ptima, no solamente
por el conocimiento del negocio sino tambi?n por el otorgamiento de certificados
de extrav?o de documentos para tapar la edad de las menores. Tambi?n aparec?an
sumas que supuestamente deben pagarse en concepto de coimas para distintas ?reas
policiales. De acuerdo a los datos de UNICEF, m?s de un centenar de ni?os y
ni?as ser?an explotados sexualmente en Rosario. "Esta pibita es jovencita" Los
di?logos de las escuchas telef?nicas parecen formar parte de una novela de los
a?os veinte, cuando en el viejo barrio de Pichincha, pegado a la estaci?n de
trenes Rosario Norte, florec?an los burdeles y reinaba el poder?o econ?mico de
la Swi Migdal, la sociedad que explotaba a las mujeres venidas de Polonia y
Laponia, entre otros pa?ses europeos. Sin embargo son palabras que describen
hechos que se producen desde octubre y noviembre del a?o pasado y que nadie
sabe, con exactitud, c?mo siguen creciendo y desarroll?ndose en el presente. Hay
que "decirle a Mirta que me mande algunas mujeres... con maridos, por ahora. Que
Mirta me la mande a la Eugenia... Sabe trabajar con marido", le se?ala una
encargada de local a la otra. El 25 de octubre de 2001 Mirta le cont? a Lidia:
"Capaz que te mando las argentinas m?as. Las paraguayas no porque se van para
cualquier lado, viste". Ese mismo d?a se verific? otra llamada en la que se
dec?a que "son muy chicas. Para la puerta sirven. Es hasta que venga el otro
grupo de Santa Fe". Los investigadores que est?n a cargo del caso apuntaron en
el expediente que "queda demostrado el comercio de la prostituci?n. Las mujeres
son tratadas como materia para ganar dinero sin importar las personas". Un d?a
despu?s, los propios encargados del seguimiento judicial se?alaron que "Lidia
comenta que recibi? a una chica a comer que le llev? la Mirta. Tiene cinco.
"Esta pibita es jovencita", remarcaron los profesionales. "Estoy yendo con las
chicas que se van a Paraguay. Acercate a la boleter?a que van para Posadas", le
dice por intermedio de su tel?fono celular Mirta a Lidia. Le recomienda que
utilice la empresa Crucero del Norte. A mediados de noviembre, Mirta le hizo un
nuevo pedido a Lidia. "Llamame a ver si esta chica para buscar los documentos
(sic)... A descansar unos d?as. Esa piba no es mala, es buenita la piba, viste".
Hay bronca con parte de la polic?a. "Vamos a comer cascotes culpa de esos
conchudos", se despach? Mirta. Polic?as, documentos y dinero El 30 de octubre de
2001 la comunicaci?n abre el espectro del negocio a las potenciales conexiones
policiales. Llegaron "dos chicas de 18 (a?os) de Pergamino que son lindas, que
buscan trabajo. Una posee documentos y la otra no. (Hay que) llevarlas a lo de
Fornero para que le saque un papel de extrav?o". Las "chicas" est?n trabajando
en El Monito, en Callao 127 bis. -Ustedes tienen el libro al d?a, asentadas las
mujeres... -Lo ?nico que faltar?a ser?an las ?ltimas que entraron ahora -expresa
uno de los di?logos del 31 de octubre en el que se refleja la existencia de una
prolija e ilegal contabilidad que habla del movimiento de "chicas" entre los
tres locales nocturnos. Otro de los llamados exhibe la dimensi?n del negocio. A
trav?s de los servicios de la empresa postal Western Union, de calle C?rdoba y
Buenos Aires, las "madamas" decidieron enviar dinero a la capital paraguaya el 4
de noviembre de 2001: "(Hay que) mandar 10 mil d?lares a Asunci?n". Pero ese
dinero solamente es posible si existe una red de complicidades con quienes deben
proteger la seguridad. Silvia le aconsej? a Lidia el 12 de noviembre: "Decile
que vos vas a llamar a la 7?. Averigu? bien. Habl? con Fornero. Decile que ah?
est? Minoridad. Que vos no ten?s ninguna menor pero que te est?n pidiendo 50
pesos que hay que colaborar. Que Fornero se vaya hasta ah?. Que te d? un recibo
de los 50 pesos que vos le das". Los actuales titulares de la Comisar?a S?ptima
son el comisario principal Pablo Insaurralde y el subcomisario Hugo Alberto
Fornero. Ese d?a el tema de los llamados era la intromisi?n de los integrantes
de Moralidad policial en las relaciones comerciales de las madamas y de los
rufianes. Algo que, evidentemente, no estaban incluido en el presupuesto
original. -Es gente de Moralidad que est? buscando problemas con nosotros. Le
queremos hacer cerrar el escondite. Busca mierda. -?Todas son mayores de 22
a?os? -La Rodr?guez tiene 19 pero tiene documentos de 22. -Ya tenemos el arreglo
de lo nuestro. -?Ya le dieron 50 pesos en Callao? -Ac? anduvieron en todos los
hoteles. -Me estoy yendo para la comisar?a... Dos d?as despu?s, Lidia
tranquiliz? a su interlocutora: "Habl? con Fornero. Me lo present? al jefe. Le
dieron la plata". El di?logo que sigue es demostrativo de las distintas aristas
del negocio. -Tengo cuatro -le dice Silvia a Lidia. -?Cuatro qu?? -Cuatro
chicas. -Se fue una Paola... -La santafesina... -S?... son todas ca?das, y
bueno, para nosotros ya le hicimos la cubierta... Tengo orden, venga quien
venga, que tengo que ir a hablar con Fornero -termin? contando Lidia. Los
t?rminos del di?logo marcan algunos indicios sobre la edad de las "chicas" en
palabras que recuerdan los tiempos del terrorismo de estado. Cuando se habla de
"ca?das" parece hacerse referencia a quienes ya no est?n en el negocio y no
justamente por haber llegado a un acuerdo con las madamas o con los "dones",
sino porque decidieron irse. Al mencionarse el tema de la construcci?n de la
"cubierta", el concepto parece abarcar una doble dimensi?n. Por un lado, un
r?pido recambio de "chicas"; y por otro, la necesaria m?scara de legalidad a
trav?s de las documentaciones que, de acuerdo a estas escuchas legales, surgen
de algunos contactos con la Comisar?a S?ptima, ubicada en Cafferata al 300. Los
investigadores La investigaci?n judicial que sigue su curso no ten?a como
objetivo destrabar una asociaci?n il?cita que desarrollaba el negocio de la
prostituci?n. Pero en el largo recorrido en tiempo y distancia que abarca el
trabajo se encontraron con tres lugares en Rosario en donde existe explotaci?n,
hacinamiento y comercio de menores de edad, con el agravante de la presunta
falsificaci?n de documentaci?n y la potencial complicidad de integrantes de la
polic?a provincial. "No podemos dejar que el caso de la prostituci?n infantil
quede impune. Por eso decidimos hacer p?blica parte de la megacausa que se sigue
instrumentando", dijo uno de los funcionarios que habl? con este cronista. Otro
de los investigadores de campo describi? que "las chicas son hermosas y se ve
claramente que son menores, como despu?s se corrobor? en las escuchas". Agreg?
que "entrar en los lugares en las que se les hace vivir, dormir, trabajar y
comer produce una sensaci?n de repulsi?n profunda. Hay un fuerte olor a
mortadela y manteca rancia que verdaderamente golpea. Ni siquiera les dejan
abrir la heladera o ir al supermercado. Son esclavas", se indign?. Para los que
participaron de la investigaci?n, "en esos tres lugares rosarinos deben existir
entre diez y quince chicas menores de edad, algunas muy lejos de cumplir
dieciocho o veinti?n a?os". Las fuentes judiciales remarcaron que "tambi?n hay
filmaciones sobre esta situaci?n pero se hace indispensable que la Justicia
rosarina se haga cargo del tema, porque si no toda la otra causa corre el riesgo
de perderse". Recordaron que "muchas de las chicas contaron que les dan ciertos
"medicamentos" para que pierdan los embarazos no queridos" y que "semanalmente
deben rendir alrededor de quinientos pesos cada una". El circuito de las "chicas
paraguayas" que trabajan en por lo menos tres locales nocturnos rosarinos
observados en esta investigaci?n judicial tiene su centro de "concentraci?n" y
posterior "distribuci?n" en la ciudad de Santa Fe. No llegan directamente a
Rosario, sino que paran en la estaci?n terminal de la capital provincial y luego
son derivadas a los burdeles de las zonas de Pichincha y de la Estaci?n Terminal
Mariano Moreno, respectivamente. Como se observa en las desgrabaciones de las
escuchas legales, tambi?n hay mujeres que son tra?das del norte de la provincia
de Buenos Aires, por lo que la extensi?n del territorio ocupado por la
organizaci?n abarca desde Asunci?n del Paraguay hasta Pergamino, con puntos
fuertes de contacto en Rafaela, Santa Fe y, obviamente, Rosario. Una luchadora
social En una excelente nota del peri?dico "Enredando", Sandra Cabrera cont? su
lucha, su historia y los sue?os a partir de la valent?a con que enfrentaba la
vida cotidiana. Reniegan del t?rmino prostitutas y se definen como trabajadoras
sexuales. Y como trabajadoras comenzaron a organizarse: constituyeron la
Asociaci?n de Mujeres Meretrices de la Argentina (Ammar) y se incorporaron a una
central sindical, la CTA, para defender sus derechos laborales, escasos por
cierto y muy poco contemplados en la legislaci?n vigente en la Argentina. Desde
esa concepci?n de organizaci?n gremial, Ammar no s?lo ofrece a las trabajadoras
sexuales respaldo ante los abusos de fuerzas de seguridad y fiolos de distinto
pelaje. Tambi?n las insta a prevenir las enfermedades de transmisi?n sexual y
les ofrece un espacio de contenci?n social y humana muy necesario: para ellas,
ejercer el oficio m?s viejo del mundo no es justamente un placer ni tampoco una
fuente de riqueza. Como para muchos otros sectores sociales, el pico de la
crisis econ?mica para las trabajadoras sexuales se vivi? en diciembre de 2001,
cuando corralito mediante el dinero en efectivo casi desapareci? de las calles.
"Hab?a muchas compa?eras que no ten?an nada para comer, as? que empezamos a
gestionar cajas de alimentos y planes laborales", cuenta Sandra Cabrera, 32
a?os, sanjuanina pero con varios a?os en Rosario, con m?s de una d?cada de
trabajadora sexual y referente local de Ammar. El 24 de Diciembre de 2001, la
Asociaci?n reparti? cajas de alimentos desde las ocho de la ma?ana hasta las
diez de la noche. "A las diez y media de la noche mi hija y yo nos quedamos
dormidas y cuando me despert? al otro d?a me preocup? porque no hab?amos
festejado la Navidad, pero ella (su hija Macarena, de 7 a?os) me dijo que me
quedara tranquila, porque gracias a lo que hab?amos hecho el d?a anterior muchas
compa?eras hab?an tenido con qu? festejar", recuerda Sandra, que se relacion?
con sus compa?eras de Ammar de Buenos Aires, donde se form? la organizaci?n hace
ocho a?os, a mediados del 2000. "Yo trabajaba en una esquina de la zona de la
Terminal y un grupo de fiolos y patovicas de un boliche de la zona me pegaron
muy duro. Denunci? eso en los medios de prensa y ah? aparecieron las chicas de
Buenos Aires. Primero no les d? bolilla, pero al a?o siguiente, cuando en la
zona sur un grupo de polic?as le pegaron a otra compa?era, empezamos a trabajar
con todo", historia Sandra el comienzo de la actividad de Ammar en Rosario. "No
podemos ir presas todo el tiempo; ya no estamos en ?pocas de represi?n, de
dictadura", explica Sandra la principal preocupaci?n de las trabajadoras
sexuales de las calles, mayor?a entre el centenar de afiliadas a Ammar en
Rosario. Tambi?n se sumaron a la Asociaci?n algunas chicas "de los boliches",
menos perseguidas por la Polic?a gracias a la protecci?n de los due?os de los
locales en los que trabajan pero sometidas a otro tipo de maltratos y
sobreexplotadas econ?micamente. "En la Constituci?n Nacional hay un art?culo que
dice que todo ciudadano es libre de caminar sin ning?n problema. Nosotras
queremos caminar tranquilas, sin que nos lleven detenidas, poder trabajar
tranquilas", retoma Sandra la cuesti?n de lo que define como "libertad de
trabajo", cercenada o no para ellas de acuerdo con la predisposici?n de los
comisarios de cada zona. "Defendemos nuestro derecho a trabajar", insiste
Sandra. "Nuestro derecho a ser escuchadas, a ser tratadas como personas",
agrega. Y admite que fue "duro" para ella y sus compa?eras "salir a poner la
cara" para desarrollar su tarea gremial. En este aspecto, destaca el apoyo de la
CTA y la Asociaci?n de Trabajadores del Estado, desde cuyo local coordina sus
actividadades la delegaci?n local de Ammar. La Asociaci?n ya se constituy? con
meretrices de siete provincias argentinas, que se juntan por lo menos dos veces
por a?o a cotejar experiencias y definir l?neas de trabajo, entre las que
prestan especial atenci?n a la prevenci?n de enfermedades de transmisi?n sexual,
en particular el Sida. Sandra remarca la importancia de esa labor con un ejemplo
concreto: "Hay compa?eras que no sab?an que hay cuidarse tambi?n cuando te piden
una francesa", dice, en referencia al sexo oral. Adem?s del Sida, desde Ammar
apuestan a prevenir las otras enfermedades de transmisi?n sexual, "como la
gonorrea, la s?filis, el chancro", enumera Sandra. "Tenemos un manual con fotos
de vaginas sanas al lado de vaginas enfermas, de penes sanos al lado de penes
enfermos; porque a nosotras las cosas tambi?n nos entran por los ojos", cuenta,
con el dejo de picard?a que siempre exponen su mirada y las de sus compa?eras.
Las afliliadas a Ammar pagan, cuando pueden, tres pesos por mes. Pero con lo que
recaudan as? no les alcanza para hacer todo lo que quisieran y el de tener un
local propio sigue siendo no m?s que un sue?o lejano. Adem?s, Sandra dice que
muchas veces chocan con la indiferencia oficial y con la ausencia de
organizaciones que, en los papeles, debieran coordinar con ellas acciones de
prevenci?n de enfermedades. De todos modos, en Ammar no piensan en bajar los
brazos y se plantean como un objetivo importante establecerse m?s formalmente
como organizaci?n de trabajadoras, con estatutos, con reconocimiento del Estado,
con obra social. "Hay otros lugares del mundo, como Uruguay y Holanda, donde se
consiguieron muchas cosas", se?ala Sandra. Y si en otros pa?ses se pudo, por qu?
no ac?..." La ?ltima denuncia Una trabajadora sexual revel? que pagaba a un
agente de Moralidad P?blica para ejercer su oficio tranquila, titul? "El
Ciudadano", el pasado 24 de enero de 2004. A menos de una semana Cabrera fue
asesinada de un disparo en la nuca. La denuncia que una trabajadora sexual
radic? ayer en Tribunales contra la Divisi?n Moralidad P?blica de la Unidad
Regional II dej? a la luz dos situaciones que, si las autoridades toman el tema,
tiene suma gravedad institucional: que un polic?a cobraba regularmente dinero a
esta mujer para permitirle prostituirse y que desde esa dependencia le
anticiparon que la perseguir?an si se integraba a la asociaci?n gremial que
nuclea a las mujeres de su oficio, Ammar (Asociaci?n de Mujeres Meretrices de
Argentina). Stella Maris Longoni, es viuda, tiene 29 a?os y tres hijos. Seg?n
denunci? en la Fiscal?a n?mero 1, y repiti? luego ante este diario, el mi?rcoles
a la noche fue detenida por agentes de Moralidad P?blica mientras ejerc?a la
prostituci?n junto con dos compa?eras en la esquina de San Lorenzo y Alsina.
Longoni manifest? su "sorpresa" por el arresto porque, seg?n adujo, "le hab?a
pagado la cuota semanal de cincuenta pesos para no tener problemas" a un polic?a
de esa misma dependencia. "Una vez que me trasladaron a la sede de Ovidio Lagos
al 5200 me dijeron que este polic?a no trabajaba m?s all?. Y cuando les advert?
a gritos que me iba a integrar a Ammar para no sufrir m?s atropellos, me dijeron
que, en ese caso, iba ir presa todos los d?as", cont? esta joven, que a?adi?
haber sido "zamarreada y forreada" por los uniformados. Y tambi?n admiti? su
"temor" por las represalias que la polic?a podr?a tener hacia ella en el futuro.
"Soy madre de tres chicos y no s? qu? voy a hacer porque me da miedo volver a la
parada y que me vuelvan a detener", afirm?. Seg?n plante? la mujer, desde hace
siete a?os "pagaba una coima a Sergio Bermejo, un polic?a que hasta hace poco
formaba parte de la divisi?n de Moralidad P?blica, para poder trabajar
tranquila" en una de las paradas habituales que existen en cercan?as a la
Terminal de ?mnibus, seg?n relat?. "Inclusive, le di la cuota la semana pasada,
pero despu?s que me detuvieron me aclararon que no trabajaba m?s en ese lugar",
prosigui?. Siempre de acuerdo a la misma versi?n una vez que Longoni fue
derivada a la Jefatura policial, se le comunic? que "no hab?a ning?n arreglo"
que le posibilitara ejercer la prostituci?n en la v?a p?blica. En buen romance,
esa afirmaci?n brindada por un funcionario policial significar?a el
reconocimiento impl?cito de que antes s? cab?a esa opci?n. Longoni sigui? con su
relato: dijo que mont? en c?lera y advirti? que realizar?a la denuncia
correspondiente. "Pero lo que m?s me llam? la atenci?n -dijo- es que uno de los
responsables de la dependencia me llev? a una habitaci?n aparte y me sugiri? que
no hiciera ninguna denuncia porque ?l mismo le iba a decir a Bermejo que no me
pidiera m?s plata", afirm? la trabajadora sexual, quien el mi?rcoles estuvo
detenida desde las 22.30 hasta las 12.30 del d?a siguiente. Seg?n observ?, no
corrieron la misma suerte dos de sus compa?eras, que fueron detenidas con ella
en el mismo procedimiento. De acuerdo a la interpretaci?n de Longoni, "ellas
quedaron presas hasta el d?a siguiente porque no se quejaron". Contrariamente,
la postura de la mujer fue dar pelea ante un hecho que consider? "un total
abuso" ya que les advirti? a los uniformados que iba a acudir a las integrantes
de Ammar para no tener que seguir sufriendo "atropellos" de esa ?ndole. Pero a
pesar de que logr? salir en libertad en dos horas, fue destinataria de palabras
que interpret? como "una amenaza", proveniente del mismo que la hab?a detenido
en Alsina y San Lorenzo. "Cuando me largaron , ese agente me dijo que, si bien
quedaba libre ese d?a (el mi?rcoles), la noche siguiente me iban a ir a buscar a
la misma parada para detenerme y llevarme presa. Como tengo mucho miedo, ayer
(jueves) no pude ir a trabajar y la verdad es que no s? quien le va dar de comer
a mis tres chicos porque no tengo a nadie m?s a quien recurrir", concluy? la
joven con desesperaci?n. Los muchachos de "Moralidad P?blica". El 10 de
septiembre de 2003, tres miembros de la Asociaci?n de Mujeres Meretrices de la
Rep?blica Argentina (Ammar) en Rosario presentaron una denuncia en los
Tribunales contra los jefes de Moralidad P?blica, a quienes acusaron de recibir
dinero de boliches donde se practica la prostituci?n para impedir que recibieran
clientes en la calle y cobrarles coimas para no interferir en su trabajo como
prostitutas. Tal imputaci?n, seg?n otra denuncia, tuvo respuesta en forma de
amenazas de muerte contra la titular local, Sandra Cabrera, e incluyeron ataques
a golpes a tres integrantes de Ammar. La primera denuncia provoc? el relevo del
jefe de Moralidad P?blica, Javier Pinatti, y del subjefe, Walter Miranda. Y,
ante la resonancia que adquiri? el caso, la mujeres de Ammar se reunieron con el
ministro de Gobierno, Carlos Carranza, para expresarle sus quejas por el
accionar policial. La saga de actos intimidatorios y golpizas que denuncia Ammar
comenz? el 9 de octubre pasado. Ese d?a, seg?n cont? Cabrera, una amenaza
telef?nica fue recibida en la sede de la Asociaci?n Trabajadores del Estado
(ATE). El mensaje lo recibi? Julio Leiva, integrante de esa organizaci?n
sindical. "Decile a Sandra que a la piba la va a encontrar muerta antes de
ma?ana", dijo el interlocutor de Leiva del otro lado de la l?nea. La piba a la
que hac?a referencia la persona que llam? era la hija de Sandra, que tiene 8
a?os. Cabrera estaba en Santa Fe y regres? con urgencia a Rosario. Desde
entonces, la casa de la dirigente de Ammar est? custodiada todas las noches por
efectivos de la secci?n Seguridad Personal. El otro eslab?n intimidatorio
continu? algunos d?as despu?s. Una denuncia an?nima presentada en el juzgado de
Menores N?2 se?alaba que "Sandra mandaba a la nena a mendigar y que no iba a la
escuela". Una asistente social corrobor? que la denuncia no ten?a asidero. La
escalada sigui? el viernes 17 de octubre. Una prostituta que trabaja en la
esquina de San Lorenzo y Castellanos fue golpeaba con ferocidad. La mujer estaba
en ese cruce cuando se acerc? un ciclista y le propin? un tremendo "cadenazo" en
la cabeza. La meretriz no perdi? el conocimiento y, junto a efectivos de la
comisar?a 7?, recorri? la zona en b?squeda del hombre que la hab?a atacado pero
no lo encontr?. En la madrugada del s?bado 19 de octubre otra prostituta fue
atacada en la esquina de San Lorenzo y Crespo. La golpiza fue tan cruenta que a
la trabajadora sexual "le quebraron un brazo". El ?ltimo mensaje violento fue el
24 de octubre. Una chica esperaba a sus clientes en Santa Fe y Castellanos
cuando se acerc? un hombre que se movilizaba en una bicicleta y le asest? un
pu?etazo en la cara. M?s amenazas Durante los ?ltimos meses de la administraci?n
Reutemann, Cabrera tambi?n fue amenazada telef?nicamente en el marco de una
campa?a por la derogaci?n de las leyes que discriminan a las trabajadoras
sexuales. Como viene sucediendo en este ?ltimo tiempo, "la compa?era Sandra
Cabrera ha recibido una nueva amenaza telef?nica. Quien atendi? el llamado en la
sede de ATE Rosario fue el compa?ero Julio Leiva, al cual le remarcaron que "hoy
o ma?ana la hija de Sandra iba a ser asesinada. Una vez m?s estas mafias, que se
sirven de la impunidad para actuar, cuidan sus intereses jugando con la vida de
las personas". Tras la amenaza, "los compa?eros realizaron la denuncia ante el
Subsecretario de Justicia de la Provincia de Santa Fe, Diego Giuliani, y el jefe
de Seguridad personal de la polic?a de Santa Fe, comisario Aguilar, quienes se
comprometieron a darle seguridad a Sandra y a su hija". Lamentablemente "estas
amenazas se vienen sucediendo en todo el pa?s para que las compa?eras de AMMAR
dejen de luchar por la derogaci?n del art?culo que penaliza su trabajo en esa
provincia. Esta lucha se enmarca en la campa?a Nacional que llevan adelante
todas las compa?eras de AMMAR, para que cesen los maltratos y la discriminaci?n
de que son v?ctimas". Cabrera se entrevist? con el ex vicegobernador de Santa
Fe, Marcelo Muniagurria, en donde se le pidi? que apoyara el proyecto de ley
presentado por el diputado Eduardo Di Polina del Partido Socialista (PS), y que
las trabajadoras sexuales dejen de ser tratadas como criminales. El
vicegobernador se comprometi? a conseguir entrevistas con el ministro de
Gobierno pero dijo que ?l no ten?a poder sobre la polic?a aunque har?a lo
posible para que cese el accionar policial. "Es por todo esto que hacemos
responsable a las autoridades de la provincia de la integridad f?sica de nuestra
compa?era Sandra Cabrera y su hija", alertaba aquel documento de la CTA Rosario
de fines de 2003. Detenciones arbitrarias Un profundo malestar existe en la
Asociaci?n de Mujeres Meretrices de Argentina (Ammar) para con personal policial
de la comisar?a de barrio Ludue?a, luego de que una patrulla llevara detenida a
una de sus integrantes y a dos travestis que aguardaban clientes en Provincias
Unidas, entre Eva Per?n y Tucum?n, y los retuvieron en lo que interpretan m?s de
la cuenta y con "un trato humillante", sosten?a la informaci?n aparecida el 14
de marzo de 2003. La denuncia, que implica al personal y al jefe de la seccional
12?, la hizo Marcela Patricia Morelli, una viuda que ejerce la prostituci?n y es
miembro de Ammar. La madrugada del ?ltimo s?bado, agentes de esa comisar?a
detuvieron a Morelli junto a dos travestis y los retuvieron en la dependencia
policial durante dos horas, a uno de ellos, y m?s de seis, a las dos personas
restantes. Uno de los detenidos, seg?n el relato de la mujer, fue humillado y
permaneci? desnudo y tirado en el piso un largo rato. Por la ma?ana lleg? el
jefe de seccional, comisario Carlos Casella, y les espet? que no quer?a
"prostitutas ni prostitutos" en su jurisdicci?n, que ?l estaba para llevarse a
los choros y que meretrices y travestis eran una molestia. Asimismo, el
comisario habr?a amenazado a Morelli y a uno de los travestis con tomar medidas
m?s violentas, sin importarle los apremios ilegales. Consultado al respecto, el
funcionario policial indic? que los detenidos infringieron el C?digo de Faltas y
que uno de los travestis pose?a un cuchillo. Casella se apoy? en la demanda de
los vecinos de esa zona, quienes "agradecieron el procedimiento, cansados de
toparse con la prostituci?n frente a sus casas y barriendo profil?cticos todas
las ma?anas". "En esta jurisdicci?n tengo mucho trabajo y no quiero una zona
roja", indic? Casella. La titular de Ammar, Sandra Cabrera, se?al?: "Pedimos
seguridad. Estamos hartas de ser presentadas ante los comerciantes de los
barrios como fuentes de inseguridad, cuando muchas veces la presencia de las
prostitutas ha evitado robos". Cabrera, como su compa?era, coincidieron en que
no recib?an semejante trato desde los a?os de la dictadura e insistieron en que
no quieren ser reprimidas. "Sabemos que estamos en falta y no nos negamos a ser
demoradas por la polic?a, en los controles de rutina, pero la mayor?a de
nosotras tiene chicos en edad escolar y ya hemos charlado con personal del
ministerio de Gobierno para que no seamos detenidas en d?as de semana, durante
el ciclo lectivo, para poder enviar a nuestros hijos al colegio". Seg?n Morelli,
el arresto ocurri? en Eva Per?n y Provincias Unidas, en la vereda sobre la que
est? el local de una cadena de farmacias. La llevaron junto a Marcelo Mendoza y
Andr?s Velazco, a las dos de la ma?ana por dos agentes que "bajaron de una
patrullero de la comisar?a 12?, uno con un garrote". La trabajador sexual
asegur? que de la requisa policial aparecieron dos armas blancas que -asegur?-
que ninguno de los tres ten?an. Morelli a?adi? que a Mendoza lo llevaron aparte
y, a las dos horas, apareci? desnudo. As? debi? permanecer , luego de que le
secuestraran su ropa y su dinero. Seg?n Morelli, a eso de la 4 Vel?zquez fue
liberado, pero ella y Mendoza debieron permanecer hasta las 8.30, cuando lleg?
el comisario. "Estoy asustada", declar? Morelli a este diario. La mujer asegur?
que desde la ?poca de la dictadura no recib?a amenazas de este tipo y repas? el
trato correcto que le dan otras dependencias policiales. La mujer, que record?
que Casella le dijo que la iba a levantar de los pelos si volv?a a verla,
insisti? en el temor que le produce volver a su parada habitual. Cabrera, por su
parte, se?al?: "Estas cosas se repiten cada vez que hay cambios de jefe en las
seccionales. Cuando nos detienen no nos negamos a mostrar el ?ltimo an?lisis de
HIV, pese a que la Ley Nacional de Sida, la 23.798, garantiza la
confidencialidad de esos resultados".
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Publicado el: 29/01/2004
Por Carlos Del Frade.
Categor?as: G?nero / Noticia
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