A 30 a?os de una gesta popular-El Villazo
El triunfo de la lista Marr?n en las elecciones internas de la Uni?n
Obrera Metal?rgica de Villa Constituci?n mostraron el punto m?ximo de conciencia
pol?tica de los trabajadores del sur santafesino. Y tambi?n gener? el principio
de una ofensiva represiva financiada por las mismas empresas siderometal?rgicas
que albergaban a aquellos trabajadores. La fiesta popular del villazo fue el
pr?logo a lo que suceder?a un a?o despu?s de la mano de Jos? Alfredo Mart?nez de
Hoz, por entonces presidente de Acindar. Un proceso hist?rico que muestra, por
un lado, hasta d?nde se puede avanzar en la construcci?n de un frente y c?mo el
poder econ?mico no repar? en detalles morales para intentar volver a domesticar
a los obreros. La fiesta El 16 de marzo de 1974, doce mil personas celebraron en
la plaza San Mart?n de Villa Constituci?n una victoria gremial, social y
pol?tica. Despu?s de m?s de una semana de f?bricas tomadas Acindar, Metcon y
Marathon , rehenes y amenazas, la Lista Marr?n consigui? la posibilidad de
contar con una obra social, el respeto de los delegados elegidos en las f?bricas
y las elecciones libres para noviembre de 1974. Del otro lado estaba, nada
menos, Jos? Alfredo Mart?nez de Hoz, por entonces presidente de Acindar. Un a?o
despu?s, el albergue de solteros de la empresa se convirti? en el primer centro
clandestino de detenci?n de personas en el pa?s. La UOM de Villa A partir de
1970, tres grupos sindicales comenzaron a surgir en las empresas
siderometal?rgicas de Villa Constituci?n, a la sombra de la intervenci?n
dispuesta por la UOM nacional, a trav?s de la figura de Trejo. Estos fueron: el
Grupo de Obreros Combativos del Acero, el Movimiento de Recuperaci?n Sindical y
la denominada lista "7 de setiembre". Los dos primeros funcionaban en la
clandestinidad y semiclandestinidad. La uni?n de las tres corrientes determin?
el origen de la llamada Lista Marr?n. Hacia 1973, las elecciones de delegados
determinaron el triunfo de los sectores combativos y el rechazo a los ungidos
por la burocracia sindical. Trejo se fue de Villa Constituci?n en febrero de
1974, pero, sin embargo, las comisiones internas electas no fueron reconocidas
por las patronales. En Marathon empresa dependiente de Acindar se lleg? a
despedir a los delegados electos simplemente porque no eran los se?alados por la
UOM nacional. Llegaron, entonces, dos nuevos interventores, Fern?ndez y Oddone.
El recuerdo de Angel Porcu "El 7 de marzo a la ma?ana, los interventores, un
delegado y un personaje tenebroso, Ranure, que trabajaba en Acindar y era agente
de la Triple A, entraron a la f?brica proclamando secci?n por secci?n que eran
los normalizadores, que eran peronistas, que en las pr?ximas semanas habr?a
elecci?n de delegados, y advirtiendo que entre los delegados y la comisi?n
interna hab?a comunistas y que era deber de todo peronista votar peronista",
record? Angel Porcu, miembro de la comisi?n interna de Acindar desde 1972 hasta
su detenci?n el 20 de marzo de 1975. A partir de ese momento comenz? la toma de
f?bricas decidida por una asamblea general. "Los portones fueron inmediatamente
cerrados y controlados por piquetes obreros. Al personal jer?rquico no se le
permiti? abandonar la f?brica y se lo mantuvo encerrado en las oficinas de
Relaciones Industriales. Las calles fueron obstaculizadas para que no circularan
veh?culos. M?s tarde se formaron nuevos piquetes para que se turnaran y rondaran
por todos los portones. Cuando apareci? el riesgo de la intervenci?n policial se
utilizaron vagones del ferrocarril a los que se cruz? en las calles donde hab?a
cruces de v?as. Tambi?n se construyeron, con las bandejas de madera, barricadas
con tanques de gas oil, preparado todo para empapar las bandejas y prenderles
fuego", relat? Porcu desde el interior de la c?rcel de Sierra Chica, entre 1975
y 1976. El 8 de marzo adhirieron a la huelga metal?rgica el gremio textil, los
docentes y hasta el Centro de Comerciantes de Villa Constituci?n. Surgi? tambi?n
una comisi?n de mujeres en apoyo a los trabajadores en lucha. En forma paralela,
los "fachos" comenzaron a intimidar a la poblaci?n y a las familias de los
obreros. "En los barrios de Villa Constituci?n los chicos en lugar de jugar a
los cowboys jugaban a los fachos,", record? Victorio Paul?n, hoy secretario
adjunto de la UOM e integrante de la Mesa Nacional de la Central de Trabajadores
Argentinos. El s?bado 16 de marzo lleg? el triunfo. De la mano de dos
representantes del Ministerio de Trabajo de la Naci?n, "reconocieron a los once
delegados sancionados y a la nueva comisi?n interna de Marathon; se reemplaz? a
Fern?ndez y Oddone por nuevos normalizadores; y se decidi? llamar a elecciones
democr?ticas y entregar la seccional a la nueva comisi?n directiva en un plazo
de 120 d?as". El acta fue le?da en la plaza San Mart?n ante 12 mil personas. Fue
una fiesta popular. Hab?a nacido, para la historia social argentina, el Villazo.
Acindar y la Brigada Panqueque. Desde 1973, integrantes de la divisi?n policial
de la guardia rural, Los Pumas, estaban en Villa Constituci?n. Alejandro
Lanusse, ?ltimo presidente de la dictadura iniciada por Juan Carlos Ongan?a el
28 de junio de 1966, hab?a definido el cord?n industrial que iba de San Nicol?s
hasta Puerto General San Mart?n como "el cintur?n rojo del Paran?". El 25 de
noviembre de 1974 la Lista Marr?n, con Alberto Piccinini a la cabeza, gan? por
casi el 70 por ciento de los votos. La democracia sindical dur? solamente cuatro
meses. La madrugada del 20 de marzo de 1975 una columna de un kil?metro y medio
de autom?viles y camiones invadi? Villa Constituci?n. Polic?as provinciales,
federales, hombres de la pesada de la derecha sindical peronista y personajes
como An?bal Gordon, entre otros, hicieron del albergue de solteros de Acindar el
primer centro clandestino de detenci?n del pa?s. Hab?a una raz?n de peso: el ex
comisario de la Polic?a Federal Rodolfo Peregrino Fern?ndez confes? que Mart?nez
de Hoz, presidente de Acindar, pag? cien d?lares a cada uno de los represores. A
partir de entonces hubo 300 detenciones y 20 desaparecidos. Era el 20 de marzo
de 1975. Luego vino una huelga de casi sesenta d?as. Para el ministro del
Interior, Alberto Rocamora, se trat? de un operativo para desarticular al
"complot rojo contra la industria pesada del pa?s". Para el dirigente radical,
Ricardo Balb?n, "los sucesos de Villa Constituci?n fueron necesarios para
erradicar la subversi?n industrial". Walter Klein, socio de Mart?nez de Hoz,
a?os despu?s, fue mucho m?s contundente frente a la embajada de los Estados
Unidos: "Qu?dense tranquilos, todos los activistas gremiales de Villa
Constituci?n ya est?n bajo tierra". Rodolfo Peregrino Fern?ndez, ex comisario de
la Polic?a Federal, relat? ante la Comisi?n Argentina de Derechos Humanos, en
1983, que "otra represi?n notoria de la Triple A fue la ejercida contra los
activistas sindicales de Villa Constituci?n. Esa operaci?n fue dirigida por el
comisario Antonio Fiscchietti, alias El Padrino o Don Chicho. Fiscchietti fue
reclutado para integrarse en la AAA siendo delegado de la Polic?a Federal
Argentina en la provincia de Tucum?n". Sostuvo que "las patronales de las
industrias metal?rgicas instaladas all?, en forma destacada el presidente del
directorio de Acindar, ingeniero Arturo Acevedo, establecieron una estrecha
vinculaci?n con las fuerzas policiales mediante pagos extraordinarios en
dinero". Remarc? que "el presidente de Metcon, por ejemplo, retribu?a con una
paga extra de 150 d?lares diarios al oficial de polic?a que dirig?a su custodia
personal, por un servicio de vigilancia no superior a las seis horas de
duraci?n". Acindar "pagaba a todo el personal policial, jefes, suboficiales y
tropa, un plus extra en dinero, suplementario al propio plus que percib?an ya
del estado esos efectivos. El pago estaba a cargo del jefe del personal, Pedro
Aznarez, y del jefe de relaciones laborales, Roberto Pellegrini". Agreg? que
"Acindar se convirti? en una especie de fortaleza militar con cercos de alambres
de p?as. Los oficiales policiales que custodiaban la f?brica se alojaban en las
casas reservadas para los ejecutivos de la empresa...". Se form? un comit? de
huelga que caus? una paralizaci?n de las f?bricas durante casi sesenta d?as. Hay
otras postales que merecen ser tenidas en cuenta. "En el a?o 1977 ingres? a la
Jefatura de la polic?a de Villa Constituci?n con el cargo de comisario inspector
a cargo de la Divisi?n Informaciones; en ese momento el grupo de Los Pumas ya
estaba acantonado en la f?brica de Acindar, cumpliendo tareas. Este grupo ten?a
su lugar de asentamiento en Santa Felicia, cerca de Vera, y en ese momento, al
mismo tiempo, hab?a una fuerza de tareas conformada por unos cuarenta hombres,
que ven?an de distintas unidades del Litoral, proven?an de distintas brigadas,
estaban un mes y los renovaban por otro contingente. Estaban dirigidos por
personal de baja categor?a. De ese grupo se desprend?a una secci?n para cuidar
Rosario. En la pr?ctica ellos dirigen los procedimientos, como detenciones o
custodia de un lugar, y ped?an nuestra colaboraci?n... Mientras estaba el ?rea
211 era cuando nos hac?an ir peri?dicamente a Rosario para reuniones en
distintos lugares: Comando del Segundo Cuerpo, Polic?a Federal, Destacamento 2
de Gendarmer?a Nacional, Liceo Aeron?utico Militar, F?brica de Armas Domingo
Matheu, Unidad Regional San Lorenzo. En la f?brica militar de armas estaba a
cargo del teniente coronel Gargiulo, que antes hab?a sido interventor de la UOM,
ac? en Villa Constituci?n... No hab?a homogeneidad en los grupos...", sostuvo
Carlos Roberto Rampoldi, comisario inspector, el 30 de agosto de 1984, ante la
Comisi?n Nacional sobre la Desaparici?n de Personas, constituida en Villa
Constituci?n. Aquella "fuerza de tareas" comenz? a funcionar en marzo de 1975,
cuando el ministro del Interior, Alberto Rocamora, orden? la intervenci?n de la
Uni?n Obrera Metal?rgica de la ciudad. "El 20 de marzo de 1975 yo pude ver, a
las siete y media de la ma?ana, coches Ford Falcon sin patente que ven?an de San
Nicol?s de los Arroyos y tambi?n de Rosario. Me consta porque pude contarlos; en
total eran 105 veh?culos. En su interior, entre cuatro o cinco individuos. Los
autos eran particularmente bord?, azul marino, verde claro y verde oscuro. Estos
individuos portaban armas largas y cortas mostr?ndolas por las ventanillas,
algunos a cara descubierta, otros se cubr?an el rostro con pa?uelos, lentes
ahumados y gorras con viseras oscuras, boinas azul marino y verdes...", cont? el
repartidor de sodas Pedro Alfaro, el 7 de febrero de 1984, ante la Comisi?n de
Derechos Humanos de Villa Constituci?n. Dijo que el agente de la polic?a montada
Juan Carlos Miranda le confes? que a varios detenidos los llevaban hasta dentro
de Acindar y que Ra?l Ranure, uno de los principales represores de la ciudad,
"era Halc?n, que participaba de los operativos nocturnos que se hac?an en Villa
Constituci?n, tripulando un Ford Falcon rural, celeste metalizado sin patente,
que le hab?a otorgado Acindar para que se movilizase junto con la oficialidad de
la Polic?a Federal. Planificaba los operativos contra los trabajadores
metal?rgicos que pertenec?an a la Lista Marr?n". El 20 de octubre de 1975
secuestraron a Julio Palacios, Carlos Ruesca y la abogada De Grandi. Un d?a
despu?s encontraron los tres cuerpos asesinados. "Seg?n comentarios, a la
abogada De Grandi le seccionaron un pecho, a Ruesca lo mutilaron y torturaron y
a Palacios le arrancaron los test?culos", record? Alfaro. Apunt? que "seg?n
comentarios que circulaban por la ciudad, el secuestro de Palacios, Ruesca y la
abogada De Grandi fue perpetrado por la Triple A. Este grupo parapolicial se
identificaba por el uso de capuchas, gorras y lentes oscuros. Ten?an el cuartel
dentro de la Jefatura de Villa Constituci?n, donde guardaban adem?s sus autos,
utilizando las mismas instalaciones del sindicato como alojamiento". Para
Alfaro, en 1975 el comisario Rampoldi ya era integrante del Servicio de
Informaciones de la Jefatura villense y "esencialmente ha prestado y presta su
servicio a Acindar. Me consta que tiene el organigrama completo de la planta, ha
sido invitado a almorzar en reiteradas oportunidades por el directorio de la
empresa, decide y orienta a los directivos sobre qui?n puede o no entrar a la
empresa". ?Vos sos hijo de Alfaro? -le pregunt? Ra?l Ranure, que hab?a
ingresado a la f?brica el 7 de marzo de 1970. S?. ?Y vos de d?nde lo conoc?s
al viejo? -quiso saber Pedro Alfaro. De la Junta Nacional de Granos. Fuimos
compa?eros. Yo soy nacionalista... -le dijo, y despu?s le mostr? una credencial
de la Polic?a Federal donde tambi?n dec?a "Servicio de Inteligencia". Tambi?n
tengo una ametralladora checoslovaca. Yo soy integrante de la Lista Rosa de la
UOM. Respondemos a Lorenzo Miguel y soy muy amigo de Isidro L?pez -agreg?
Ranure. L?pez tambi?n era integrante de la Rosa, la lista que perdi? contra la
Marr?n que encabezaba Alberto Piccinini. En la casa de L?pez "se reun?an los que
la gente llamaba fachos. Ranure por haberse criado en la ciudad era quien
indicaba las casas de los trabajadores a los que se allanaba o secuestraba. Lo
hac?a dando todos los detalles de cada una de las casas, cosa que los operativos
no fallaran", denunci? Alfaro ante la Comisi?n de Derechos Humanos de la ciudad
metal?rgica. El 22 de abril de 1975 Jos? Garc?a, operario calificado de la
secci?n p?a del turno B de Acindar, luego de una movilizaci?n que repudi? la
invasi?n del 20 de marzo, fue secuestrado por un grupo de polic?as federales y
provinciales. Lo molieron a palos. A las tres de la tarde volvi? a su casa y se
desmay?. El 22 de mayo se muri?. A los pocos d?as, una persona de la UOM
intervenida, de apellido Cueto, se acerc? hasta la casa de la viuda, Angela
Adriana Moreira de Garc?a, para preguntarle qu? necesitaba. Angela estaba a
cargo de un hogar con seis hijos. Cueto prometi? conseguirle trabajo. D?as
despu?s, una decena de tipos armados se le metieron por el patio de atr?s,
revolvieron los cajones, dieron vuelta los colchones y se llevaron los anillos
de casamiento y un crucifijo de oro. "??D?nde ten?s la mercader?a que le
trajeron a tu esposo?! ??D?nde est?n los papeles de los comunistas?!", le
gritaban mientras tiraban la comida que los vecinos le hab?an conseguido para
alimentar a sus chicos. Al otro d?a se fue a buscar a Cueto para mostrarle los
resultados de la ocupaci?n. El hombre de la intervenci?n le propuso ir hasta
Acindar para acelerar la b?squeda de trabajo para uno de sus hijos. Cuando
entraron por el port?n n?mero uno, Angela reconoci? que dos de los custodios
hab?an formado parte del grupo de forajidos que hab?an estado su casa. La esposa
de Garc?a luego fue seguida por Ra?l Ranure e Isidro L?pez, y como corolario de
tanta impunidad, la empresa Seguros Paran?, que deb?a pagarle la muerte de Jos?,
la conform? con un magro cheque. "No venga nunca m?s por ac?, se?ora. Su marido
no muri? por un accidente de trabajo, sino por subversivo", le dijeron en la
oficina de personal. Cinco meses despu?s, el sindicato le prohibi? utilizar los
servicios de la obra social. Gustavo Acosta y Daniel Castro patrullaban las
calles de Villa Constituci?n a bordo de Falcon oscuros hasta que empezaron los
secuestros. Trabajaban para Acindar y cobraban de la empresa, pero ahora estaban
afuera de la planta. Sus sueldos aumentaron. "Entr? en el c?rculo de la Juventud
Sindical Peronista. Me llev? mi primo, Alfredo Acosta, que depend?a de Ra?l
Ranure, por entonces responsable de la JSP en Villa Constituci?n. Nosotros
?ramos los verdaderos peronistas. Hab?a que defenderse de los zurdos. La verdad
que no pude salir de ah?. Una vez tuve que custodiar el edificio de la UOM y vi
c?mo trajeron a dos tipos vendados y amordazados... pasaron a mejor vida.
Depend?amos de Cuello, responsable de todos los Falcon. Hab?a venido de Buenos
Aires. Ten?a una relaci?n directa con Pellegrini y Aznares, jefes de producci?n
y personal de Acindar", le dijo Gustavo Acosta a Miguel Angel Lezcano. Acosta
ten?a una credencial que, seg?n ?l, le daba "carta blanca para actuar". Los
sueldos los pagaban Aznares y Pellegrini. Todo eso cont? Miguel Lezcano el 4 de
agosto de 1984 ante la Conadep. El 19 de junio de 1975 Anal?a Matilde Mart?n fue
detenida en Acindar por personal de la Polic?a Federal y conducida a los
albergues de la propia f?brica. All? le pegaron y la sometieron a simulacros de
fusilamiento. En el D?a de la Bandera la llevaron hasta la Polic?a Federal
rosarina y en agosto la trasladaron a la alcaid?a de la Jefatura de la Polic?a
Provincial de Rosario. "En ese a?o, no recuerdo la fecha exacta, detienen a Ruth
Gonz?lez, hermana de una compa?era de detenci?n, la psic?loga Mercedes Gonz?lez;
y a esta chica Ruth la detienen con sus dos nenitas de corta edad. Esta chica un
d?a es sacada de la Alcaid?a y no la ven m?s. Al parecer a sus dos nenas las
habr?a adoptado una celadora. Cuando en noviembre de 1976 es trasladada a Devoto
se entera por un diario viejo que hab?a sido muerta en un enfrentamiento", cont?
Anal?a. Tambi?n denunci? que se torturaba en la secci?n Robos y Hurtos y luego
en el temible pozo del Servicio de Informaciones. Apunt? que "una estadounidense
estaba embarazada por la violaci?n de uno de los represores y fue reintegrada a
su pa?s en 1976", sostuvo ante la Conadep el 17 de agosto de 1984. Hayd? Adela
Suplo de Tonso era feliz con su hijo Carlos Antonio Tonso hasta que en diciembre
de 1975 llegaron ellos. Los militares le robaron una campera, dinero, un anillo
de oro, una cadenita de su hijo y el carnet de identificaci?n de obrero de
Acindar. A las cinco de la ma?ana del 8 de enero de 1976, volvieron. Le hicieron
un interrogatorio y se llevaron a Carlos. Juan Alberto, hermano del detenido, lo
fue a buscar a la Jefatura de Villa Constituci?n. "No est? ac?", le
respondieron. En el camino de La Blanqueada, que conduce a la localidad de
Theobald, vio tres cuerpos tirados al costado de la ruta. Uno de ellos era el de
Carlos, que estaba con la cabeza destrozada y con varios impactos de bala y
distintas quemaduras en los brazos. Los otros dos asesinados eran Pedro Antonio
Reche y Jorge Andino. Cuando le mostraron la revista "Gente" del 16 de febrero
de 1984, Hayd? reconoci? dos fotograf?as que estaban en aquel n?mero
969.Correspond?an "a la fisonom?a de dos de las personas que intervinieron en el
secuestro" de su hijo. Eran An?bal Gordon y su hijo, Marcelo Gordon. An?bal
actuaba como jefe, el que hac?a las preguntas, y Marcelo era el que llevaba un
birrete color amarillo con visera marr?n. An?bal Gordon era el jefe de la
Brigada Panqueque, una de las m?s tristemente c?lebres bandas del Batall?n 601
del Ej?rcito que en aquellos a?os formaban la denominada Triple A. Carlos Sosa
era secretario de la Uni?n Ferroviaria de Villa Constituci?n. Lo detuvieron el 5
de agosto de 1976. Un mayor del Ej?rcito lo interrog? sobre su actividad
pol?tica y trat? de convencerlo de que trabajara para "ellos dentro del
movimiento obrero". No -respondi? Sosa. Est? bien, entonces at?ngase a las
consecuencias -lo amenazaron. Despu?s lo llevaron al Cuartel del Regimiento de
Pontoneros de San Nicol?s y all? fue recibido por el teniente coronel Saint
Aman, quien le inform? que ser?a puesto en libertad. A m? me han transferido
todo el problema de Villa Constituci?n -le dijo Saint Aman, el mismo que despu?s
estar?a involucrado en el asesinato del obispo nicole?o Carlos Ponce de Le?n, el
11 de julio de 1977. Ni los muertos tuvieron paz en Villa Constituci?n. "En la
capilla del cementerio hab?a un tablero donde quedaban las llaves de cada
pante?n con el n?mero de cada uno, pero ese d?a, en 1978, faltaba la del pante?n
68, y cuando le pregunt? al encargado, el se?or Camporesi, me dijo que estaban
dentro de un caj?n, porque parece que anoche vino el ej?rcito y revolvieron
todo", cont? Luis Estefan?a, el 7 de setiembre de 1984, ante la Conadep. Rolando
Ch?vez era obrero de la secci?n trafilaci?n, dentro de Acindar, hasta que el 24
de marzo de 1976 lo encarcelaron. Su delito era formar parte de la Lista Marr?n.
Aunque sali? en libertad a fines de 1977, nunca m?s pudo conseguir trabajo en
una metal?rgica. Estaba marcado, y entonces debi? ganarse el puchero como
alba?il. El 26 de setiembre de 1984 su mujer, Irma Florencia Torres de Ch?vez,
recibi? un llamado telef?nico en los consultorios Fray Luis Beltr?n, de la UOM,
donde es empleada de limpieza. Usted se tiene que ir de ac?, de la UOM, porque
si no corre el riesgo de que le pongamos una bomba en su casa -le dijeron, y
ella lo inform? ante la Conadep. "Con esta pol?tica buscamos debilitar el enorme
poder sindical, que era uno de los grandes problemas del pa?s. La Argentina
ten?a un poder sindical demasiado fuerte... Hemos debilitado el poder sindical y
esta es la base para cualquier salida pol?tica en la Argentina", dijo Juan
Alemann, secretario de Hacienda de Jorge Videla. Esa frase sintetiz? la l?gica
de la represi?n contra el movimiento obrero opositor a las burocracias
vinculadas a las grandes patronales. La sociedad entre gerentes de plantas y
represores fue una constante en la zona del Gran Rosario. Uno de los
torturadores e integrantes del Servicio de Inteligencia del Comando del II
Cuerpo de Ej?rcito con asiento en la ciudad de Rosario fue Francisco Bueno, o
Banegas. Su declaraci?n ante los organismos de derechos humanos en Europa
durante los primeros tiempos de la democracia sirvieron para descubrir los
mecanismos del terrorismo de estado en la zona sur de la provincia de Santa Fe.
"Las oficinas a las cuales yo deb?a concurrir estaban ubicadas en la galer?a La
Favorita, en el s?ptimo piso, oficina 701, bajo el nombre de la empresa INROS,
Informaciones Rosario. En ese lugar exist?a la oficina donde se distribu?a el
trabajo de informaci?n...", sostuvo el ex integrante del ej?rcito. "De las siete
personas, una de ellas se dedicaba a recabar informaci?n en las f?bricas Massey
Ferguson, John Deere y Anomackura, que est?n ubicadas en el cord?n industrial
del Gran Rosario... Las informaciones eran directamente entregadas por el
personal de nivel jer?rquico de esas empresas y operarios especializados... El
nombre del que estaba en el ?rgano adelantado para la zona del cord?n industrial
era Cacho Marengo, ese era el seud?nimo. El nombre real es Montenegro... El se
dedicaba estrictamente a la parte de recolectar los papeles que preparaba el
personal de gerencia de esas f?bricas", sostuvo el desaparecedor. Hab?a otra
persona que "se encargaba de la zona un poco m?s alejada de San Lorenzo, que era
el enlace con el servicio de informaciones de la polic?a de San Lorenzo. La
polic?a de San Lorenzo manejaba la zona de Puerto San Mart?n y Petroqu?mica
Argentina; el que estaba a cargo de informaciones entregaba los papeles
semanales de la informaci?n recabada a un hombre llamado Tito Ortiz, aunque el
nombre real era Orefice". Este trabajo de recepci?n y selecci?n de informaci?n
que preparaban los jer?rquicos de las empresas de la regi?n comenz? en el a?o
1974, dos a?os antes del golpe del 24 de marzo.
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Publicado el: 18/03/2004
Por Carlos del Frade.
Categor?as: Derechos Humanos / Documento
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