Desde 2006 el Grupo de Reflexi?n Rural (GRR) est? desarrollando la campa?a nacional ?Paren de Fumigar?, recavando testimonios y evidencias cient?ficas sobre los da?os ocasionados por los agrot?xicos que acompa?an a los cultivos de soja RR. La campa?a busca asegurar la salud de las personas, el cuidado del medio ambiente, la repoblaci?n del campo y la soberan?a alimentar?a. En esta nota Jorge Rulli, su coordinador, comparte con enREDando reflexiones al respecto.
El Grupo de Reflexi?n Rural est? desarrollando la campa?a ?Paren de Fumigar? desde principios del a?o 2006 en que nos inspiramos en la lucha de las madres del Barrio Ituzaing? anexo de la ciudad de C?rdoba, un grupo de mujeres que habitan una zona urbana perif?rica, gravemente afectada por el uso indiscriminado de agrot?xicos y donde existen m?s de 300 casos de c?ncer, en una poblaci?n de 5.000 habitantes. Junto con ellas y con el CEPRONAT de Santa Fe, as? como varios grupos de vecinos autoconvocados de C?rdoba y de Entre R?os, hemos llevado adelante la Campa?a provincia por provincia. Actualmente se han sumado, numerosas organizaciones socioambientales, y la lucha se ha extendido a pr?cticamente todo el territorio de la sojizaci?n.
Los testimonios de los pueblos afectados que hemos recogido, evidencian la responsabilidad de los productores y de las instituciones gubernamentales en el manejo irresponsable y criminal de los agrot?xicos. La verdad ha sido que la econom?a apost? a un cultivo ?rentable? para la exportaci?n, en desmedro de la protecci?n del ambiente y de la salud humana. En la actualidad, la soja transg?nica se extiende en m?s de 18 millones de hect?reas y esos cultivos consumen por a?o 200 millones de litros de glifosato Roundup Ready, la marca comercial del herbicida de Monsanto, que es componente insustituible del paquete tecnol?gico de la agricultura industrial de las Sojas gen?ticamente modificadas.
La creciente expansi?n de los monocultivos de soja a lo largo de los ?ltimos a?os ha barrido con los tradicionales espacios verdes que rodeaban los pueblos. Esos corredores estaban constituidos por montes frutales, criaderos de animales peque?os y chacras de peque?os agricultores. Ahora, mientras escasean los alimentos, los monocultivos llegan a las primeras calles de las localidades y las fumigaciones impactan sobre las poblaciones.
Las m?quinas fumigadoras se guardan y se lavan dentro de las zonas urbanas, incumpliendo la Ley y contraviniendo toda norma de prevenci?n. Los aerofumigadores cruzan los pueblos chorreando venenos sin que las autoridades hagan demasiado por impedirlo. Los granos se almacenan en enormes silos ubicados en medio de los pueblos, y diseminan part?culas altamente t?xicas. Caravanas de miles de camiones cargados de porotos de soja, cruzan el territorio hacia los puertos, dejando a su paso regueros de muerte en las poblaciones que viven a orillas de las rutas y que son v?ctimas de las part?culas t?xicas que los veh?culos van dejando como una estela.
La soja ha significado en la Argentina desmontes, grav?simo deterioro de los suelos, contaminaci?n generalizada, en particular en las fuentes y reservorios h?dricos, degradaci?n del medio y de los agroecosistemas, destrucci?n de la Biodiversidad y expulsi?n masiva de poblaciones rurales hacia las nuevas periferias urbanas de extrema pobreza. Sin embargo, existen consecuencias m?s terribles.
Hemos descubierto desde la Campa?a, elementos para confirmar una vasta contaminaci?n sobre miles de poblados peque?os y medianos, que configuran una cat?strofe sanitaria. Que estos da?os a la salud de la poblaci?n han sido inducidos por las grandes corporaciones, y que s?lo los enormes intereses en juego y la sorprendente ignorancia de la clase pol?tica argentina, permiten que contin?e. El c?ncer y las malformaciones en ni?os, se han convertido en epidemia masiva y generalizada en miles y miles de localidades argentinas y el responsable, es sin lugar a dudas, el modelo rural de producci?n de soja.
Gran parte de la informaci?n que hemos recogido en estos a?os, se ha hecho paulatinamente de dominio p?blico. Nuevos debates se han instalado gracias a las recientes crisis de los mercados en que se han desmoronado los precios de las commodities.
Los sojeros, los productores de aceites y los grandes exportadores, no pudieron evitar que la opini?n p?blica se informara de las profundas dependencias del pa?s a las exportaciones de granos y de los altos costos en sufrimiento y en vidas humanas que ello significaba.
Programas vistos por millones de telespectadores, como el programa La Liga por Telef?, expusieron el da?o a los vecinos de las zonas donde se cultiva soja. La pat?tica figura de un antiguo fumigador de la localidad de Basavilbaso, Fabi?n Tomasi, que exhibi? desde la pantalla su actual y desgraciada vida, transformado en un esperpento doliente como consecuencia de su trabajo de fumigador y que compadeci?ndose de s? mismo, rompi? en llanto ante la c?mara, mostrando su cuerpo arrasado y expresando su incapacidad de continuar ejerciendo sus roles como padre y como marido, ser? una imagen que muchos argentinos dif?cilmente podr?n olvidar.
C?mulos de nuevas evidencias cient?ficas refieren a los da?os ocasionados por los paquetes agrot?xicos. Las protestas vecinales se multiplican. Numerosos municipios han establecido ordenanzas a favor de alejar la l?nea agron?mica de los l?mites urbanos. Algunas provincias han emitido leyes cada vez m?s restrictivas.
Presentaciones judiciales, demandas y querellas han proliferado en ?mbitos de la justicia, en algunos casos, ciertos jueces han detenido la aplicaci?n de estos venenos en sus jurisdicciones. En algunos casos los vecinos se han puesto por delante de las maquinas en acciones no violentas para impedirles trabajar, y en otras las han atacado a pedradas hasta obligarlas a retroceder. No obstante las numerosas movilizaciones, la instalaci?n del tema en los medios y la creciente sensibilizaci?n, no observamos cambios significativos en las pol?ticas agr?colas o mayor preocupaci?n en el cumplimiento de la Ley.
Tememos que en gran medida la exposici?n medi?tica del tema por buena parte de la prensa y por ciertos funcionarios, no sea m?s que un recurso pol?tico que busca aprovechar la coyuntura pre electoral, sin mayores proyecciones. Los intereses en juego por parte de las Corporaciones como Monsanto y una agricultura devenida en una especie de inmensa planta petroqu?mica, son demasiado fuertes y las resistencias, la ceguera y la sordera por parte de los m?s altos funcionarios y legisladores a informarse, tomar conciencia y actuar, hacen el futuro imprevisible.
Una vez m?s quedamos confiando en la decisi?n de las v?ctimas a elevar su voz, en la movilizaci?n de las localidades afectadas y en el creciente respaldo con que cuenta la campa?a m?s all? de las fronteras, cosa que nos permite imaginar el poder alcanzar a tribunales internacionales.
Jorge Eduardo Rulli, coordinador de la campa?a Paren de fumigar (GRR)
Foto: Grupo de Reflexi?n Rural
Informe sobre Pueblos Fumigados:
El pr?ximo jueves 7 de mayo se presentar? p?blicamente un informe sobre los impactos causados por el uso de agrot?xicos, en las principales provincias sojeras de la Argentina realizado por la Campa?a Paren de Fumigar. El encuentro contar? con paneles y conferencias, con personalidades cient?ficas y testimonios de los pueblos fumigados, se realizar? a las 16 hs. en el Centro Cultural Guapachoza, Jean Jaur?s 715 (Abasto- Buenos Aires).
"El dossier Paren de Fumigar presenta evidencias cient?ficas que refieren a los da?os ocasionados por los agrot?xicos que acompa?an a los cultivos de Soja RR. Tambi?n se exponen presentaciones judiciales, demandas y querellas que han proliferado en ?mbitos de la justicia con suerte dispar. Los intereses en juego son demasiado fuertes y las resistencias, la ceguera y la sordera por parte de los m?s altos funcionarios y legisladores a informarse, tomar conciencia y actuar, hacen el futuro imprevisible.
El informe refiere al da?o irreparable que producen los agrot?xicos: enfermedades de car?cter terminal y muertes que ha ocasionado y una biodiversidad devastada. Se trata del efecto letal de un tipo de agricultura que merece el apelativo de agrogenocidio. El informe Pueblos Fumigados es un testimonio de sufrimiento colectivo, pero tambi?n es un camino para superarlo y una propuesta para generar modelos alternativos en una Sociedad menos t?xica", se anticipa en la gacetilla de prensa.