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La lucha de las comunidades
Combate a la contaminaci?n transg?nica

Desde que los transg?nicos se introdujeron a mediados de la d?cada de 1990, grupos de agricultores y organizaciones no gubernamentales advirtieron que contaminar?an otros cultivos. Como se predijo, esto ya ocurri?.

Cuando se plantan cultivos gen?ticamente modificado (gm), el material transg?nico contamina los dem?s cultivos. En lugares donde los cultivos transg?nicos se plantan a gran escala se ha vuelto casi imposible encontrar cultivos de la misma especie que est?n libres de material transg?nico. Y la contaminaci?n se esparce incluso a zonas donde los cultivos transg?nicos no est?n oficialmente permitidos. [1] El Registro de Contaminaci?n Transg?nica, gestionado por GeneWatch del Reino Unido y Greenpeace Internacional, document? en los ?ltimos 10 a?os m?s de 216 casos de contaminaci?n transg?nica en 57 pa?ses, incluidos 39 casos en 2007. [2]

Monsanto y las otras empresas biotecnol?gicas han sabido siempre que sus cultivos transg?nicos contaminan otros cultivos. Es m?s, esa fue parte de su estrategia para forzar al mundo a aceptar los organismos gen?ticamente modificados (ogm). Pero en todas partes la gente se est? negando a dejarse atropellar y no acepta la modificaci?n gen?tica. Por eso la combaten, aun en los lugares que sufren la contaminaci?n. De hecho, algunas comunidades que sufren esta contaminaci?n est?n creando formas sofisticadas de resistencia a los cultivos transg?nicos. Es com?n que comiencen con estrategias a corto plazo para descontaminar sus semillas locales, pero a menudo buscan el modo de fortalecer sus sistemas alimentarios y agr?colas tradicionales en el largo plazo.

Analizamos las experiencias de comunidades de distintas partes del mundo para ver c?mo enfrentan la contaminaci?n transg?nica y qu? perspectivas pueden ofrecer a otras personas que sufren situaciones semejantes. Cada situaci?n es ?nica y da origen a distintos procesos. Com?n a todas ellas es la importancia primordial de la acci?n conjunta ?de las comunidades trabajando por abajo, en la base, para identificar sus propias soluciones sin depender de tribunales o gobiernos que tienden a alinearse con la industria cuando falta una fuerte presi?n social.

La experiencia de las comunidades de M?xico

Para los pueblos ind?genas de M?xico y Guatemala, el ma?z es la base de la vida. En la historia de la creaci?n de los mayas, el ma?z fue el ?nico material en que los dioses pudieron infundir vida y lo utilizaron para hacer la carne de las primeras cuatro personas de la Tierra. Para otros pueblos de M?xico, el ma?z es en s? mismo una diosa. La planta ha sido el alimento fundamental de los mexicanos durante siglos, y miles de variedades brindan una gama incre?ble de nutrientes, sabores, consistencias, recetas y usos medicinales.

En enero de 2002, unos investigadores de la Universidad de California, en Berkeley, anunciaron que hab?an descubierto que las variedades locales de ma?z en las monta?as del estado de Oaxaca estaban contaminadas. Otras comunidades campesinas realizaron pruebas en sus propios cultivos y quedaron conmocionadas al descubrir que tambi?n mostraban contaminaci?n. Fue un duro golpe a su cultura. No pod?an quedarse imp?vidos, hab?a que hacer algo.

Al principio no sab?an qu? hacer. Los ogm eran algo nuevo. Comenzaron por unir a las comunidades cercanas que tambi?n podr?an haber sufrido contaminaci?n, y a las ong cercanas. Se organizaron talleres y las asambleas locales enviaron a sus representantes a debatir en nombre de sus comunidades. La estrategia fue colectiva desde el principio. ?ste es el primer punto a se?alar sobre la experiencia mexicana, en particular las comunidades ind?genas y campesinas que se reconocen en la Red en Defensa del Ma?z.

Un punto fundamental del acuerdo alcanzado bastante pronto por la Red en Defensa del Ma?z fue que esta contaminaci?n con transg?nicos deb?a ser vista como parte de una guerra. No se trataba de un accidente o de un tema aislado sino parte de una guerra contra los campesinos y los pueblos ind?genas ?en sus palabras, una guerra contra la gente del ma?z. Entonces deb?an responder como corresponde ?defendiendo no solamente sus semillas sino sus medios de sustento, sus culturas, toda su forma de vida.

Inicialmente, sin embargo, la percepci?n social era que hab?a pocas ideas pr?cticas de c?mo descontaminar su ma?z e impedir nuevos episodios de contaminaci?n. Hab?a gente preocupada de que tal vez las comunidades no tuvieran la capacidad t?cnica para manejar un problema tan complejo. Pero las comunidades agrupadas en la Red y las ong que trabajan con ellas ten?an mucha experiencia en encontrar soluciones de abajo, de base, locales, a los problemas que les afectan y por eso, en lugar de buscar expertos for?neos le dieron la vuelta a la cuesti?n, y no se enfocaron en el ma?z transg?nico, al que no conoc?an, sino en sus propias variedades de ma?z, que conocen ?ntimamente.

Comenzaron compartiendo sus propios saberes en torno al ma?z y acerca de lo que el ma?z necesita para ser y mantenerse saludable. El punto m?s b?sico era que para mantener al ma?z vivo y en buenas condiciones deb?an sembrarlo y comerlo. En numerosas comunidades el ma?z tradicional estaba desapareciendo porque la gente lo sembraba menos. El primer paso para defender su ma?z, pues, era plantarlo m?s. Pensando en los transg?nicos tambi?n fue el sentir general que cualquier semilla es peligrosa si no conocemos historial. As? que hubo acuerdo en que hab?a que plantar las semillas ?nicamente cuando se conociera su historial o cuando provinieran de una fuente de confianza, que conocieran muy bien.

Al poner estos principios en pr?ctica, las comunidades comenzaron a prestar mayor atenci?n a los cultivos de sus campos y tomaron conciencia de cualquier tipo de malformaci?n que presentaran. Analizaron las plantas deformadas y se encontraron con que ten?an un elevado ?ndice de contaminaci?n, por lo que comenzaron a fijarse en plantas como ?sas y a eliminarlas.

Otra cosa que las comunidades saben del ma?z es que se cruza abiertamente as? que, para impedir la contaminaci?n transg?nica deb?an evitar que el ma?z transg?nico se cruzara con su ma?z. Comenzaron poniendo en pr?ctica t?cnicas simples como plantar ?rboles alrededor de sus campos. Algunas de las t?cnicas que desarrollaron podr?an ser aplicadas en cualquier lugar, mientras que otras son espec?ficas de ciertas comunidades. Pero lo importante era que buscaron establecer un sistema para evitar la contaminaci?n.

Hubo mucha discusi?n sobre qu? hacer con las plantas contaminadas. Hab?a una idea muy afianzada de que si una variedad muy antigua ha estado en tu familia durante generaciones y de repente se contamina, este ma?z no deber?a destruirse as? como as?. El ma?z contaminado est? enfermo y necesita ser curado, no destruido. Tal vez lleve un a?o o 100 a?os curarlo, pero debe hacerse porque el ma?z ha estado en las comunidades durante varias generaciones.

De todas las comunidades del mundo, las comunidades campesinas de M?xico probablemente sean las que desarrollaron las estrategias m?s afinadas y profundas para enfrentar la contaminaci?n gen?tica. Pueden extraerse varias lecciones de su lucha, en particular de aquellas agrupadas en la Red en Defensa del Ma?z y tal vez las principales sean:

1. Es necesario ver la contaminaci?n gen?tica como parte de un ataque m?s amplio a los campesinos y a las comunidades locales. Defender tus cultivos significa tambi?n defender tu tierra y tu agua, y esto exige comunidades fortalecidas, s?lidos procesos colectivos de toma de decisiones, y redes firmes con otros grupos a escala nacional e incluso internacional. Un enfoque tan amplio permite una mayor participaci?n de la gente en la lucha. Aun cuando no todos pueden cuidar las semillas, hay otras cosas que s? pueden hacer.

2. Es importante no quedar constre?idos por par?metros de tiempo. Para las comunidades mexicanas, la contaminaci?n transg?nica es parte de una guerra librada contra ellos que es permanente y por eso su enfoque debe ser de largo plazo y capaz de ser permanente. Su decisi?n es defender su ma?z, no importa el tiempo que les consuma. Para estas comunidades cuando se introducen plazos la gente se topa con lo que no puede hacer y es generalmente poco lo que puede hacerse en el corto plazo, de manera que transa. Las comunidades mexicanas se niegan a hacer eso.

3. Es vital analizar el asunto desde nuestra propia perspectiva. Las comunidades de M?xico dedicaron mucho tiempo en los primeros talleres a discutir sobre su espiritualidad y sus visiones sobre lo sagrado y la creaci?n. Conversaron sobre los rituales que podr?an proteger al ma?z. A las personas invitadas de fuera les result? dif?cil explicar los tecnicismos de la ingenier?a gen?tica, porque el concepto parec?a muy absurdo. Pero, al final, las comunidades llegaron a su propio entendimiento b?sico de que la ingenier?a gen?tica es un m?todo para lograr el control externo de los medios de vida agr?colas, y esta comprensi?n fue mucho m?s importante que la informaci?n t?cnica.

4. Es necesario que las comunidades controlen el proceso. En M?xico las comunidades pudieron mantener el control sobre los procesos porque siempre fueron sus propios procesos. Al lograr autogestionar las pruebas iniciales se guardaron los resultados para s? durante largo tiempo porque quer?an discutir primero entre ellas qu? pasos adoptar. Y el hecho de que las decisiones fueran tomadas colectivamente, por mucha gente, ayud? a impedir que se cometieran grandes errores. Siempre va a haber errores, pero cuando hay mucha gente involucrada las posibilidades de que se cometan errores fundamentales son mucho menores. Cuando los cient?ficos universitarios revelaron la contaminaci?n, los procesos seguidos fueron totalmente diferentes.

5. Es necesario privilegiar las luchas sociales por encima de las luchas legales. Entre las comunidades mexicanas se discuti? mucho sobre leyes de bioseguridad, leyes de semillas y otras leyes relevantes. En un taller reciente dedicado a los procesos legales se present? una l?nea de tiempo de las diversas leyes aprobadas por el gobierno mexicano en los ?ltimos 15 a 20 a?os. Viendo ese escenario, las comunidades llegaron a la clara conclusi?n de que la v?a legal no es una v?a importante para su lucha. Es posible que se pierda un juicio, pero si hay suficiente presi?n social tal vez se gane de otras formas. Para las comunidades, las opciones legales son efectivas ?nicamente cuando hay una presi?n social considerable sobre las autoridades. As? que la t?ctica no est? descartada, pero no es central.

Invasi?n transg?nica ilegal en predios rurales tailandeses

En 1999 se supo que hab?a contaminaci?n transg?nica en Tailandia, tras encontrar que algunas muestras de algod?n de una investigaci?n de campo dirigida por Biothai y la Red de Agricultura Alternativa (aan) estaban contaminadas con algod?n Bt ?una variedad producida por Monsanto con manipulaci?n gen?tica. En 2004 las pruebas realizadas por Greenpeace revelaron que la plantaci?n de un agricultor local en la provincia de Khon Kaen estaba contaminada con papaya transg?nica. Ese agricultor fue uno de los 2 600 que hab?a comprado pl?ntulas de papaya en la estaci?n de investigaci?n del Departamento de Agricultura, donde se estaban llevando a cabo ensayos de campo con papaya transg?nica. Al principio el gobierno neg? que se hubiera plantado cultivos transg?nicos en Tailandia, pero la contaminaci?n estaba tan generalizada que lleg? a otra provincia, Ubol Ratchatani, donde por lo menos 90 predios rurales hab?an recibido tambi?n pl?ntulas de papaya. M?s recientemente, en 2007, la Facultad de Ciencias de la Universidad Chulalongkorn y Biothai hallaron contaminaci?n transg?nica en ma?z, soja [soya] y algod?n en una serie de ensayos realizados con muestras procedentes de todo el pa?s.

Los tailandeses piensan que es necesario aplicar una estrategia a dos flancos para hacer frente a esta situaci?n. Por un lado habr?a que presionar al gobierno para que implemente pol?ticas que protejan al pa?s de la contaminaci?n transg?nica. El Grupo de Trabajo contra los Transg?nicos, de Tailandia, coordinado por Biothai, organiz? numerosas actividades para mantener vigente la moratoria nacional sobre los transg?nicos. Se enviaron cartas de petici?n, organizaron manifestaciones frente a oficinas gubernamentales e impulsaron un di?logo con funcionarios de alto rango, entre ellos el viceprimer ministro y los secretarios de Salud y Agricultura. Esos esfuerzos tuvieron su impacto: el 25 de diciembre de 2007 el gobierno tailand?s anunci? sus normas sobre transg?nicos que incluyen, entre otras cosas, una audiencia p?blica obligatoria previa a cualquier ensayo de campo, y la recomendaci?n de que debe obtenerse la aprobaci?n de la poblaci?n local de la zona del ensayo de campo, as? como de ong independientes y de la comunidad acad?mica. Desde la perspectiva de Biothai ?que actualmente dirige una campa?a para crear una Ley de Bioseguridad Popular? ?sta fue una victoria importante.

Por otro lado, la poblaci?n tailandesa trabaja por aumentar la capacidad local para crear sistemas que detecten la contaminaci?n y enfrenten sus impactos. La Fundaci?n Khao Kwan (kkf), una de las organizaciones fundadoras de aan, busca movilizar los saberes campesinos que puedan identificar las semillas contaminadas y controlarlas o eliminarlas. La fundaci?n kkf emprende capacitaciones y talleres sobre cultivo y selecci?n de semillas, que abordan indirectamente la contaminaci?n.

kkf opina que los agricultores son capaces de notar cualquier anormalidad en sus cultivos, debido a sus profundos saberes en materia de semillas y a su pericia en seleccionarlas. Sea por el color, la dureza o el aroma, cada variedad tiene peculiaridades que los agricultores que han trabajado con las semillas conocen al detalle. As?, detectar?n f?cilmente cualquier alteraci?n, aun antes de que la planta comience a florear.

Daycha Siripatra, fundador de kkf, dice: ??ste es el principio de la adaptabilidad local. Hicimos que nuestras semillas reconocieran su ambiente y utilizaran ese ambiente para expresar su potencial. Una semilla for?nea, como un transg?nico, no prosperar? autom?ticamente en nuestra zona y, a?n si crece, los agricultores podr?n notarla enseguida, desde su aparici?n misma?.

Los agricultores filipinos enfrentan la contaminaci?n

En 2002, Filipinas tuvo el (des)honor de ser el primer pa?s de Asia en autorizar la comercializaci?n de transg?nicos, cuando aprob? la liberaci?n del ma?z Bt de Monsanto, en medio de protestas nacionales generalizadas. Desde entonces se sabe de contaminaci?n gen?tica en zonas de cultivo de ma?z por todo el pa?s.

En la provincia noroccidental de Isabela se inform? que una variedad local de ma?z glutinoso blanco cultivado por los agricultores para alimentaci?n fue contaminada con ma?z transg?nico. No se han hecho pruebas gen?ticas pero los agricultores identifican la contaminaci?n por los granos amarillos que aparecen en el ma?z blanco. En Bayambang, Pangasinan, los agricultores suelen plantar ma?z despu?s del arroz. Pero ahora se quejan de que han perdido pr?cticamente todas las variedades tradicionales de ma?z en la provincia debido a la contaminaci?n con ma?z h?brido y transg?nico. Tambi?n temen por su salud, ya que ha habido casos de ni?os que fueron llevados al hospital por v?mitos incesantes despu?s de haber comido accidentalmente ma?z transg?nico. Tambi?n se supo de la vaca de un agricultor que se enferm? y finalmente muri? despu?s de haber sido alimentada con ma?z Bt.

En Bukidnon, en el sur de Filipinas, algunas comunidades est?n respondiendo a la contaminaci?n mediante la pr?ctica de separar los granos amarillos, de menor precio, de los blancos, de mayor precio, antes de venderlos en el mercado. En Capiz, otra importante provincia productora de ma?z en la regi?n central de Filipinas, los agricultores dicen que casi toda la zona productora de ma?z de la provincia est? contaminada con ma?z transg?nico y que ya no pueden encontrar variedades tradicionales que cultivar.

Masipag es una red de agricultores nacionales con un programa en torno al ma?z, que colecta y mejora las variedades tradicionales por todo el pa?s. Recientemente result? contaminado un predio agr?cola del grupo en San Dionisio, Iloilio (no lejos de Capiz). La zona es gran productora de ma?z h?brido y hace unos tres a?os comenz? el cultivo en gran escala de ma?z gm mediante un programa de cultivo bajo contrato manejado por las ?lites locales.

Por lo menos tres variedades nativas utilizadas para cultivo agr?cola en la granja del grupo se contaminaron de inmediato con ma?z transg?nico. En la cosecha se observ? que hab?a entreverados granos amarillos en las mazorcas de ma?z de las variedades tradicionales utilizadas por los agricultores para alimento (pilit-puti y mimis). La superficie de la granja plantada con ma?z estaba solamente a unos 50 a 100 metros de los m?s cercanos predios de ma?z. Los ?rboles de bamb? a lo largo del arroyo sirven de barreras naturales, pero como los campos vecinos est?n en declive, Masipag cree que el polen del ma?z transg?nico pudo haberse trasladado a su predio por el viento.

Los investigadores del predio de Masipag dicen que en el primer a?o de cultivo posterior a que se introdujera el ma?z transg?nico, encontraron entre 7 y 12 granos amarillos en cada mazorca de ma?z. Al a?o siguiente no se plant? ma?z. Este a?o volvi? a plantarse nuevamente una peque?a parte del predio con ma?z blanco, adyacente a otro predio plantado con ma?z gm. De los 50 granos promedio contados en cada mazorca, s?lo 18 eran blancos y los 32 restantes eran amarillos. Masipag intent? explicar la situaci?n a los vecinos, pero como tienen problemas de endeudamiento por el programa de cultivo bajo contrato, no pueden dejar de plantar ma?z transg?nico.

En 2008, Masipag organiz? una reuni?n nacional de evaluaci?n del ma?z que reuni? a agricultores de todo el pa?s. Concordaron en que parece imposible detener la contaminaci?n y que, si bien todav?a es mucho lo que se desconoce, es crucial lidiar con la situaci?n post-contaminaci?n. Consideran necesario contar con una gama de criterios para asegurar que las semillas permanezcan en sus manos. Una propuesta es crear indicadores visuales para detectar la contaminaci?n. Algunos de los indicadores inicialmente identificados incluyen: anormalidades en el color, el tama?o y la apariencia de los granos del ma?z, y deformidades en la formaci?n de la hoja.

Otra idea es colectivizar el monitoreo por parte de la comunidad. Cada agricultor podr?a ayudar en el mapeo de qui?nes y d?nde plantan ma?z transg?nico. El mapa se compartir?a en la comunidad y permitir?a a los agricultores planear su ?poca de siembra de manera de evitar la contaminaci?n. Los agricultores creen que el aislamiento temporal de la siembra puede potencialmente minimizar, aunque no impedir del todo, la contaminaci?n por polinizaci?n cruzada. Tambi?n entienden que la creaci?n de lazos m?s fuertes entre los productores de ma?z ?y el hecho de compartir fuentes de semillas no contaminadas? en diferentes provincias ayudar?n mucho a minimizar los impactos de la contaminaci?n.

Mientras tanto, contin?a la presi?n gubernamental para promover los transg?nicos. En una ?Semana Nacional de la Biotecnolog?a 2008? realizada hace poco, dos funcionarios del gabinete se?alaron la necesidad de aprovechar la biotecnolog?a ?para impulsar en el pa?s la producci?n de alimentos, desarrollar medicamentos m?s baratos pero efectivos y mejorar la producci?n de productos b?sicos utilizando cultivos de mayor rendimiento con mayor contenido nutritivo?. El secretario de Medio Ambiente, Lito Atienza, lleg? a expresar su confianza en los ?beneficios inconmensurables? del uso de la biotecnolog?a en la protecci?n del ambiente y en resolver los problemas de insuficiencia de alimentos.

Apenas una semana antes, resist ?una red nacional de agricultores, ong y acad?micos? realiz? un foro para presentar y discutir los primeros resultados de sus estudios de caso de experiencias de agricultores con ma?z Bt y Round-up Ready en tres provincias de las principales regiones agr?colas del pa?s. Los resultados iniciales se?alan una tendencia preocupante: el rendimiento de esas dos variedades de ma?z transg?nico y los ingresos devengados de ellas no mejoraron sustancialmente (en la mayor?a de los casos fue lo mismo que con los h?bridos comunes), pero al mismo tiempo se observ? un aumento recurrente de incidencia de plagas, utilizaci?n de productos qu?micos y endeudamiento. Tambi?n se inform? de la p?rdida de diversidad gen?tica debido a la contaminaci?n por la siembra indiscriminada de esos ma?ces transg?nicos, que en ocasiones recibe subvenciones del programa del gobierno para el ma?z.

Contaminaci?n de las praderas canadienses [3]

La provincia de Saskatchewan, en el occidente de Canad?, es una de las principales productoras de trigo y canola del pa?s. Ambos son los cultivos de exportaci?n m?s importantes de Canad?. Comparada con otras provincias, tambi?n alberga gran cantidad de agricultores org?nicos, muchos de los cuales producen cereales y canola para los mercados de exportaci?n. Ahora, la introducci?n a gran escala de cultivos gm amenaza su capacidad de producir cultivos org?nicos certificados.

Poco despu?s de que en 1996 Monsanto introdujera la canola transg?nica en la provincia, los compradores de productos org?nicos comenzaron a rechazar cultivos org?nicos porque las pruebas mostraban su contaminaci?n transg?nica. Actualmente, cuando incluso el suministro de semillas convencionales est? totalmente contaminado por transg?nicos, es casi imposible cultivar canola org?nica certificada en la provincia. Esto es una gran p?rdida para los agricultores org?nicos, para quienes la canola es un cultivo importante en sus rotaciones. Pero la importancia de la canola no es nada comparada con la del trigo, que cultivan casi todos los agricultores org?nicos de la provincia. En 2001, cuando Monsanto apareci? con una solicitud para introducir trigo transg?nico, los agricultores org?nicos de Saskatchewan decidieron manifestarse. Advirtieron p?blicamente que la contaminaci?n que seguramente ocurrir?a como consecuencia de liberar el trigo transg?nico arrasar?a con la agricultura org?nica de la provincia.

En Canad? no hay regulaciones que fuercen a las empresas que se benefician de las semillas transg?nicas a responsabilizarse del da?o que causan. La ?nica v?a posible es llevar el caso a los tribunales reclamando da?os. En 2001, sod (Saskatchewan Organic Directorate), el grupo paraguas que re?ne a los agricultores org?nicos de Saskatchewan, decidi? iniciar una acci?n legal colectiva contra la introducci?n de trigo transg?nico que demand? compensaciones por las p?rdidas resultantes de la introducci?n de canola transg?nica. A principios de 2002, sod inici? formalmente una demanda legal conjunta contra Monsanto y Bayer. Una demanda conjunta es un juicio interpuesto por un grupo de personas, en este caso todos los agricultores de cereales org?nicos certificados de Saskatchewan, contra una entidad tal como una empresa. Se supone que debe facilitar el acceso a la justicia para gente com?n, brindar un camino para que la gente sea escuchada en la corte, aunque no tenga los recursos de una gran empresa. Permite no solamente que las personas junten sus recursos sino que reduzcan tambi?n los riesgos, porque si uno pierde una demanda colectiva, no se pagan los costos del juicio, ni los gastos legales de la otra parte, lo que podr?a sumar millones de d?lares.

Si bien su caso se present? ante los tribunales, sod estuvo tambi?n muy activo con la amplia coalici?n de grupos que a nivel local y nacional combaten la introducci?n de trigo transg?nico. Juntos generaron la suficiente presi?n p?blica como para que en mayo de 2004 Monsanto retirara su solicitud. En ese punto sod retir? su impugnaci?n contra el trigo transg?nico de la demanda colectiva pero continu? reclamando compensaciones por la contaminaci?n causada por la canola transg?nica.

En Saskatchewan, un juicio de demanda colectiva debe pasar primero por una audiencia para determinar si es leg?timo, antes de que pueda elevarse a los tribunales. Para el caso sod, el juez de la audiencia dictamin? que la demanda colectiva no era v?lida. sod apel? la sentencia, a nivel provincial y ante la Suprema Corte de Canad?, pero ambas apelaciones fueron denegadas. La ?nica opci?n legal que le quedaba fue presentar las demandas mediante demandas individuales, pero consider? que los riesgos eran demasiado altos y las posibilidades de ?xito demasiado reducidas, dada su experiencia con la demanda colectiva.

?No sentimos que fuera una p?rdida total?, dijo Cathy Holtslander, directora de sod. ?Trabajamos mucho y muy bien durante el tiempo en que la acci?n legal estaba en marcha. La incertidumbre que cre? nuestra acci?n en el sector empresarial bien puede haber sido la causa de que las empresas de transg?nicos se abstuvieran de nuevas introducciones. La gente aprendi? mucho del tema de la contaminaci?n y la cuesti?n de la responsabilidad. Vieron c?mo son las cosas ahora: nadie es responsable pero el eslab?n m?s d?bil de la cadena ?los agricultores? son quienes cargan con los costos?.

Las empresas siguen avanzando. Ahora intentan introducir alfalfa transg?nica, otro cultivo esencial para la agricultura org?nica de Saskatchewan, y el trigo transg?nico est? nuevamente en el debate con el auge de los biocombustibles. sod y sus aliados se preparan para una nueva contienda.

1. Video de la entrevista realizada por grain a Meriem Louanchi en noviembre de 2008 sobre la contaminaci?n transg?nica en Argelia (en franc?s), en grain.org/videos/?id=195

2. Informe Anual de Registro de Contaminaci?n Transg?nica, 2008, http://tinyurl.com/79osjp

3. La secci?n de Canad? se basa en una entrevista realizada por grain a Cathy Holtslander en noviembre de 2008. Esta entrevista en video (en ingl?s) puede verse en el sitio web de grain, grain.org/videos/?id=195

Traducci?n: Raquel Nu?ez para GRAIN
Fuente: www.biodiversidadla.org




 

Publicado el: 15/04/2009

Por GRAIN.
Categor?as:
Medio Ambiente / Documento

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