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Documento de "Trabajadores de la Salud Mental"
El problema manicomial, una cuesti?n de derechos
Con el objeto de compartir un debate largamente instalado en los distintos espacios asistenciales de los trabajadores de la salud mental, a prop?sito de la pregunta de c?mo abolir los manicomios, es que ponemos a disposici?n de la opini?n p?blica, una serie de argumentaciones y recomendaciones respecto de puntos que ser?a importante tener en cuenta a la hora de desarrollar pol?ticas de salud mental que rompan con la cultura segregativa de las instituciones psiqui?tricas locales y el deterioro cada vez mayor de las condiciones de trabajo en estos centros asistenciales.
Una de las cuestiones que queremos aclarar, es confirmar cierta toma de posici?n respecto de una pregunta b?sica : que hacer con los manicomios? Contestando provisionalmente esta pregunta, generalmente la lucha por la abolici?n de los manicomios como forma ?totalitaria? de atender a los locos, toma dos l?neas de trabajo tendencialmente opuestas, que conviene nombrar y definir, para propiciar el avance del debate, hoy m?s que nunca necesario, en virtud del derrotero que est?n tomando las pol?ticas de salud mental en esta Provincia:
- una de esas posiciones, consiste en atribuir al hospital psiqui?trico una finalidad en si misma leg?tima, no obstante violentada por abusos eventuales, se tratar?a entonces de adaptarlo (ahora interdisciplinario?) para cumplir en forma adecuada su funci?n. La salida pues, ser?a humanizarlo, gerenciarlo, invertir en su modernizaci?n, reconvirti?ndolo para realizar su finalidad asistencial, hecho esto, el hospital psiqui?trico no ser?a incompatible con el respeto a la ciudadan?a de los pacientes; cuya defensa, al menos aparentemente, ser?a un punto pac?fico para todos.
- otra opci?n, de la cual nos sentimos partidarios, sustenta la inadecuaci?n intr?nseca del ?hospital psiqui?trico? para un rescate efectivo de la ciudadan?a del loco. No obstante de que el trabajo de demolici?n del manicomio, deba tambi?n ser producido desde su interior, es decir, no obstante que sean de extrema importancia las medidas de humanizaci?n y la mejor?a de la autonom?a y las protecciones para las personas locas, ella solo tiene sentido en la medida que apunten para fuera del Hospital Psiqui?trico, en la medida que contribuyan para un pensamiento de la locura no comprometido con la representaci?n que el Hospital Psiqui?trico contribuyo a construir y consolidar.
Consideramos que la propuestas asistenciales de las direcciones de los hospitales y de la propia Direcci?n de Salud Mental en esta provincia han quedado muy ancladas y preocupadas por la primera de las opciones, especialmente en la adaptaci?n aggiornamiento- del modelo manicomial, no logrando en este sentido en avanzar en la construcci?n de alternativas sustentables con la creaci?n de centros comunitarios de salud mental, centros culturales y residencias protegidas, lo m?s que se ha hecho es transformar al Estado en ONG, creando servicios precarios con trabajadores precarios - mientras los manicomios se llevan la mayor parte de los presupuestos y lo mejor de los recursos humanos- que no pueden dar una respuesta acorde a la naturaleza de los cambios exigidos, si se quiere tener alguna sinton?a seria con la protecci?n de los derechos de los pacientes y sus familiares.
En base a estas argumentaciones, es que consideremos necesario, como trabajadores de la salud mental, la exigencia de una fuerte debate que permita salir de las tiran?as que monopolizan las decisiones sobre lo qu? es razonable hacer y ampliar el discurso de lo posible, exigiendo una pol?tica p?blica- es decir universal y no focalizada y paliativa- que destierre al manicomio como soluci?n cr?nica del tratamiento de la locura o la enfermedad mental, de los locos, pobres e indigentes. Entendiendo por ejemplo, que los tres manicomios de la provincia de Santa Fe, en sus premisas estructurales no puede salir de las soluciones tradicionales al problema de la locura, m?s all? de los esfuerzos de los trabajadores y las trabajadoras: masificaci?n de la asistencia, deterioro grav?simo de las condiciones de internaci?n de los pacientes, exclusi?n geogr?fica del paciente y por ende de sus familiares, formas de asistencia que si bien se presentan como humanitarias no pueden dejar de esconder su funci?n de custodia y seguridad, internaciones prolongadas de los pacientes, dignidad y derechos ciudadanos que cuentan con una conocida restricci?n o limitaci?n de larga data en estos espacios asistenciales, que sigue cumpliendo con su papel paradojal de tutela y borramiento m?s o menos escandaloso de la marginalidad desviante.
La cuesti?n real es que no existe pol?tica territorial creible, sino existe una pol?tica simultanea de superaci?n del manicomio, en ese sentido se hace interesante notar como la experiencia fundamental de la lucha de ?posici?n? dentro del hospital psiqui?trico constituye un momento formativo central para los trabajadores que quieren trabajar en la comunidad, ahora esta lucha de posici?n tiene que ser acompa?ada de la construcci?n de instituciones comunitarias fuertemente p?blicas que no privatizen el problema en la familia o en la red social, sino que aseguren el derecho a la asistencia, liberadas del modelo bio-m?dico, instituciones entonces fuertes y no d?biles o l?quidas, instituciones sustitutivas y no complementarias del orden psiqui?trico establecido.
Para cerrar, consideramos que una pol?tica en Derechos Humanos por parte de quienes est?n llevando las pol?ticas desde hace un tiempo largo debe dejar los usos de la desmanicomializaci?n como publicidad por otro lado cada vez m?s insostenible, debe tener como uno de los principales desaf?os, presentar alternativas consistentes en t?rminos presupuestarios, asistenciales, de condiciones laborales, que permita salir de la encerrona manicomial y la degradaci?n cotidiana de los derechos civiles, sociales y pol?ticos de los pacientes. Otra asistencia es posible, si a la atenci?n, no a la exclusi?n. Si a la atenci?n no significa entonces y lo podemos decir con la fuerza de los argumentos que el manual sanitarista se transforme en la puerta de entrada al manicomio: si a la atenci?n, no a la exclusi?n, no significa travestir: equidad, gratuidad, accesibilidad, adonde? al manicomio?
Trabajadores de la Salud Mental
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Publicado el: 06/11/2009
Categor?as: Derechos Humanos / Documento
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