Las autoridades del Colegio San Jos?, finalmente, cambiaron su postura y cedieron ante la propuesta del Colectivo de Ex Presos Pol?ticos y sobrevivientes de Rosario, de repintar el emblem?tico mural de la resistencia en homenaje a 500 personas asesinadas - desaparecidas por el terrorismo de estado y v?ctimas de 2001.
Fue una jornada llena de emoci?n. El mate, los numerosos militantes que se acercaron a plasmar un nombre, la alegr?a de estar haciendo memoria y dejar grabadas en aquellos muros, nombres de desaparecidos, de luchadores sociales, de militantes pol?ticos.
M?nica Garbuglia, referente del espacio, nos dec?a: "Esta es una lucha del pueblo. Son el s?mbolo de la resistencia en pleno coraz?n de la ciudad, sin partidismos pol?ticos. Aqu? est?n todos. Todos ellos con distintas ideolog?as y estrategias so?aron un pa?s mejor".
Emocionada, M?nica siente que esta es una tarea realizada, una misi?n cumplida. Fueron tensos los momentos que debieron pasar hasta lograr finalmente la autorizaci?n por parte del Colegio Salesiano que tiene seis ex alumnos desaparecidos y un sacerdote de la instituci?n.
Es por ello, que al interior del Colegio, decidieron colocar una placa que los recuerde y adem?s, convocar a un concurso de dibujo para plasmar, junto al intenso mural recientemente pintado, otro que haga eje en los derechos humanos y sea llevado a cabo por los propios alumnos de la escuela.
Las im?genes de aquel mediod?a del 22 de septiembre quedan apretujadas en la memoria colectiva. Cada pincel recordaba un nombre, cada persona se acercaba para plasmarlo en el muro. Para que la patria siga viviendo, por un pa?s para todos.
Resurgieron as? nombres grabados a fuego en la historia de la lucha por la liberaci?n nacional.
Una lluvia de manos compa?eras, buceando en las profundidades de esta larga cr?nica de resistencias, recuperando trazos, afectos, colores, siluetas, gestos.
Desafiando los mandatos del olvido.
Porque ya lo cont? ese escritor inmenso, Eduardo Galeano: "Por las noches los obligaban a tapar con pintura blanca las frases de protesta que en otros tiempos cubr?an los muros de la ciudad. Pero la lluvia, de tanto golpear los muros, iba disolviendo la pintura blanca y reaparec?an, poquito a poco, las porfiadas palabras". (Equipo Editor de Alapalabra)