Familiares de Detenidos-Desaparecidos por Razones Pol?ticas
30000 razones para gritar Justicia
Comenzaron a juntarse en 1977, ante el dolor y la angustia de no saber adonde estaban sus familiares. Golpearon las puertas de la polic?a, la justicia y la iglesia y encontraron, como respuesta, un manto de impunidad. Durante estos 32 a?os no pararon de exigir juicio y castigo para los genocidas de la ?ltima dictadura militar. Formaron filiales en todo el pa?s y hoy, emocionados, celebran el inicio de los juicios orales en Rosario.
El Centro Popular de la Memoria se encuentra ubicado en la esquina de calle Dorrego y San Lorenzo de la ciudad de Rosario. En ese lugar funcion? un centro clandestino de detenci?n conocido como el Pozo. Por all? pasaron cientos de detenidos ? desaparecidos, algunos de ellos, sobrevivientes que hoy se constituyen como testigos y querellantes en la llamada megacausa Feced y que, en el mes de febrero del pr?ximo a?o, llevar? a juicio oral y p?blico a integrantes de la patota represiva que oper? en el Servicio de Informaciones de Rosario.
Familiares de muchos militantes desaparecidos que pasaron por ese y otros lugares comenzaron hace 32 a?os una intensa b?squeda. Primero, por su paradero. Golpearon desesperadamente las puertas del poder judicial, de la polic?a y hasta de los supuestos curas amigos de pueblos y ciudades peque?as como Casilda. Despu?s, ante la indiferencia y la impunidad, empezaron a juntarse, a conocer otras historias, tan iguales a las suyas.
As? comenz? a formarse una organizaci?n que hoy es uno de los organismos de derechos humanos m?s importante del pa?s.
Familiares de Detenidos ? Desaparecidos por Razones Pol?ticas nace de la imperiosa necesidad de saber ad?nde se llevaban a sus parejas, a sus hijos, hermanos, primos, t?os, qu? hac?an con ellos, qui?nes eran los responsables de los secuestros y operativos que se implementaban bajo un plan sistem?tico destinado a desaparecer a militantes pol?ticos y sociales, a luchadores que peleaban por un pa?s para todos.
En Rosario, una de las fundadoras, junto con Fidel Toniolli, es Yolanda Medina quien tiene un hermano desaparecido y ?lida Luna, una referente de la organizaci?n, cuyo compa?ero, Daniel Gosorito, estuvo detenido en el Pozo y hoy est? desaparecido. En ese mismo lugar, ?lida le cuenta a enREDando c?mo nace la organizaci?n y de qu? manera, la memoria le gana la pulseada al olvido, recuperando ese lugar siniestro como un espacio donde recuerdos, murales y fotograf?as reivindican la lucha pol?tica de los a?os 70.
?Creamos el organismo por una necesidad de estar juntos y de saber que hacer. Era una situaci?n donde uno ya no ten?a m?s lugares adonde reclamar, no ten?amos ninguna respuesta. Y nosotros formamos parte de esa generaci?n, comenzamos nuestra lucha siendo muy j?venes, y hoy, con un mont?n de a?os de lucha y de vida, seguimos reivindicando aquella ?poca y a nuestros compa?eros. Muchos de nosotros estamos vivos debido a que muchos de ellos sellaron sus labios?, expresa ?lida. El compromiso con los compa?eros es ineludible en la charla, as? como tambi?n la pregunta sobre las estrategias de b?squeda de los familiares en plena dictadura militar.
Yolanda cuenta: ?Empezamos a buscarlos por las comisar?as, por los lugares donde pudieran estar detenidos. Vinimos a jefatura, al Segundo Cuerpo de Ej?rcito, a la polic?a federal, cuando no encontr?bamos respuesta a un lugar ?bamos a otros. Tambi?n fuimos a las iglesias, a los curas conocidos, que nosotros supon?amos nos iban a ayudar. Los busc?bamos porque entend?amos que estaban detenidos, pero cuando pasaba el tiempo, nos present?bamos en Tribunales Federales y ah? encontramos que nadie sab?a donde estaban y a partir de ah? fue una desolaci?n, desesperaci?n, y nosotros sab?amos que los hab?as sacado las fuerzas de seguridad?.
La impotencia no venci? la necesidad de seguir buscando. Y por ello, un d?a, comenzaron a juntarse en una casa que hoy, es el s?mbolo de encuentro de los familiares. Ubicada en la cortada Ricardone de Rosario, ese lugar es un emblema de la memoria de quienes, all? mismo, delineaban estrategias en com?n para vencer el miedo y la impunidad impuesta por la dictadura. ?Entendimos que solos era dif?cil, que ten?amos que organizarnos, reunirnos y saber ad?nde los hab?a llevado. Jam?s pens?bamos que nunca los ?bamos a encontrar. A medida que pasaban los d?as se fue apoderando una angustia muy grande y con mucho miedo, empezamos a decidir qu? hacer. Decidimos reunirnos en un lugar donde ya se estaban juntando algunas madres y ah? funcionaba la Liga Argentina por los Derechos del Hombre. Creo que fue uno de los primeros lugares de resistencia?, acota Yolanda Medina.
Al principio eran pocos. No todos pudieron vencer el miedo de salir a preguntar por sus familiares secuestrados. ?Exist?an muchos prejuicios dentro de la sociedad e incluso dentro de los propios familiares. No todos salieron a buscarlos y a muchos hasta les daba verg?enza?, apunta ?lida. A un costado se encuentra Ricardo, un sobreviviente de un centro clandestino de detenci?n que existi? en San Juan, quien tambi?n reafirma el temor con el que se viv?a por aquellos a?os. ?Los familiares sab?a que los fichaban, los persegu?an, los hac?an desaparecer, los amenazaban?.
?Otro factor que fue terror?fico fue cuando vos ibas a preguntar y la calle estaba cerrada y te dec?an que ten?as que caminar por la vereda de enfrente y desde all? gritar que ven?as preguntar por tal familiar y ellos gritaban ?Qui?n es? ?terrorista?. Adem?s te ped?an que no te aglomeres porque sino te decian ?te vamos a cagar a tiros?, recuerda Yolanda.
La Iglesia y la participaci?n del cura Zitelli
Es indudable la participaci?n activa de la iglesia en el terrorismo de Estado. ?No fueron c?mplices sino part?cipes de las torturas y los secuestros?, sentencia Ricardo.
Yolanda y su mam? recurrieron al cura Zitelli en Casilda para saber donde buscar a su hermano. ?Mi hermano pertenec?a a la juventud de la acci?n cat?lica. El cura de la iglesia del barrio era alguien a quien le ten?as mucha confianza y recurrimos a ?l. Nunca nos imaginamos que el tambi?n era parte. ?l nos dice que iba a hacer averiguaciones y nosotros le cre?mos. Pasado el tiempo, viene mi cu?ada y dice que este cura de la iglesia, que era Zitelli, le dice que ella se puede casar porque se puede acoger al beneficio de la presunci?n de muerte. Ah? entendimos que ?l nos enga?aba. ?l sab?a que hab?a pasado con Oscar. Con mi mam? fuimos, estaba dando misa, lo esperamos y cuando nos atiende y nos saluda, mi mam? le responde que ?l nos estaba enga?ando. ?No le permito?, dice. ?l nego todo. Mi mam? le dice. ?D?game donde est?, d?game si esta vivo o muerto?. Lo mir? y ?l dijo??y bueno, pasado el tiempo?. Ah? nos retiramos y sab?amos que Zitelli nos hab?a traicionado. No era un amigo sino que hac?a un trabajo de inteligencia.?
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"La Iglesia, en el Vaticano, tiene una copia del archivo de la represi?n?, dispara Ricardo y agrega: ?hay datos muy concretos, fecha, cantidad de desaparecidos. Estos tipos eran muy meticulosos?. Y al tiempo que se?ala la participaci?n de la Iglesia, destaca tambi?n, el rol activo del poder econ?mico, actualmente ausente de cualquier sentencia o condena por el genocidio. ?Estos no son los responsables ideol?gicos, sino que siempre fueron los mismos, la Sociedad Rural, la UIA, todo el espectro econ?mico, el brazo pol?tico econ?mico que manejo este pa?s siempre y que hoy est?n en contra de Cristina?.
?C?mo siguieron?
Convencidos de continuar la lucha, los familiares no dudaron en tomar la calle, realizar marchas de repudio y reclamar en el exterior, a?n, en los a?os de la dictadura. "En plena dictadura hicimos festivales para la libertad. Hicimos marchas important?simas. La marcha era la que nos daba la fuerza necesaria. Familiares ya se convirti? en una organizaci?n pol?tica, ya no est?bamos solos, sino que ?ramos un grupo?, afirma ?lida.
?Como bien lo dec?a Yoli, nunca nos imaginamos las aberraciones, pero si nos dimos cuenta que esto iba mucho m?s all? que una incomunicaci?n. Ah? se comienzan a hacer denuncias a nivel internacional, a hacer solicitadas en los diarios, notas de apoyo de parte de la intelectualidad. Comenzaron a sumarse m?s los familiares y pudo m?s la raz?n que el miedo?, agrega y destaca la fuerza de las mujeres en esta lucha.
?Nuestro organismo estaba formado fundamentalmente por mujeres. En general ?ramos nosotras las que aparec?amos m?s. Yoli siempre cuenta que cuando llegaban a la cortada Ricardone, llegaban con muy poco ?nimo, pero cuando entraban y se juntaban con otros familiares sent?an que se pod?a hacer algo. Uno siempre vivi? durante much?simos a?os con la ilusi?n que tu familiar desaparecido golpeara alg?n d?a la puerta?.
Los familiares celebran como un hecho hist?rico el juicio a la Junta y condenan la llamada Teor?a de los Dos Demonios. ?El juicio a las juntas marc? un precedente hist?rico. Las fuerzas armadas nunca defendieron nada, siempre tiran para adentro?, apunta Yolanda.
Familiares, hoy
El recuerdo de los compa?eros esta latente, por eso, dice ?lida, la memoria es presente, es la semilla que sembraron "y que rinde sus frutos. Lo que pasa con los juicios hoy y vemos como los j?venes asumen esta lucha nos damos cuenta de c?mo la semilla qued? en el tiempo". Y de la mano de la memoria, est? la justicia. "No es la que nos merecemos, pero aprendimos en todos estos a?os que la ?nica manera de cambiar las cosas es comprometi?ndonos".
Acerca de c?mo se llega al enjuiciamiento de algunos militares y polic?as, ?lida no duda en reivindicar al gobierno de N?stor y Cristina Kirchner. ?Lo que decimos con respecto a los juicios que Kirchner abrio una ventana, la puerta la tenemos que seguir abriendo nosotros, planteando las cosas que no nos parecen correctas y seguir denunciando?.
Otro d?a hist?rico se vivi? el pasado lunes 31 de agosto, d?a del comienzo del juicio oral en la causa Quinta de Funes y F?brica Militar. ?Fue un d?a hist?rico, pusimos en el banquillo de los acusados a los culpables y esto sienta otro precedente. Nuestra lucha no claudic? nunca y m?s all? de todas las leyes de impunidad nosotros seguimos bregando por justicia y hoy tenemos a esos ah? sentados?, expresa Yolanda.
?Son pocos?, agrega ?lida. ?Pero para nosotros es importante que la sociedad pueda escuchar por parte de los represores lo que son, que digan las cosas que hicieron. Estamos hablando de c?mo ellos actuaron dentro de los centros clandestinos de detenci?n. Entonces esta sociedad, tan acostumbrada a mirar para otro lado, no les queda otra que hacerse cargo y escuchar que los desaparecidos son nuestros, son hermanos, sobrinos, t?os, esposos, esposas. Son una generaci?n que en un momento se plantearon apostar por un cambio de sistema. Y este es uno de los objetivos de nuestra organizaci?n?.
La condena social es fundamental para todos los familiares, adem?s de la justa y necesaria sentencia jur?dica. ?Queremos la reivindicaci?n de nuestra generaci?n y que la gente sepa quienes son estos asesinos?.
Recuperar el Pozo como Centro Popular de La Memoria tambi?n signific? una victoria. ?La primera sensaci?n que tuvimos fue que los hab?amos encontrado. Sentimos que en cierta forma nos reencontramos con los nuestros. Tambi?n fue una manera de hacer un duelo. A mi marido lo mataron ac?, a golpes?, dice Luna.
As? sigue la lucha incansable de los familiares. Estando presente en cada marcha, intentando de todas las formas posibles llegar al juicio y castigo de los responsables de la desaparici?n forzada de quienes eran sus hermanos/as, compa?eros/as, t?os/as, etc. Y a Yolanda, todav?a, le quedan recuerdos, miles de an?cdotas de aquella ?poca donde sol?a buscar a su hermano, junto con su madre. Como a todos los familiares, est? presente el recuerdo de esa imagen, de ese rostro desaparecido pero vivo en cada foto, en cada pancarta que siempre se han levantado para pedir Justicia.
?Cuando se decide hacer las pancartas para poder salir con las fotos, para que la sociedad vea que habl?bamos de un ser, una persona con proyectos, yo dije que s?. Salgo de mi ciudad y me tomo un colectivo para llegar a la plaza Sarmiento. Me bajo en la plaza, salgo corriendo para la casa de la cortada y cuando llego, ya est?n saliendo con las fotos, y cuando miro y veo la foto de Oscar, en ese momento, me pareci? a m? que era ?l. Me sent? y una se?ora me ofrece agua, me parec?a verlo caminar. Mir? y la realidad era otra, pero s? creo que con las fotos les hicimos comprender a toda la gente que cerraba los ojos y no ve?a, que esas eran las personas que los asesinos se hab?an llevado?.
Contacto:
Centro Popular de la Memoria. San Lorenzo y Dorrego, ex Jefatura.
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Publicado el: 11/09/2009
Categor?as: Buenas Pr?cticas / Documento
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