En Ludue?a, la bronca entre los pibes de la canchita y
un par de vecinos hinchados a pelotazo limpio crece hasta un par de escopetazos.
?C?mo resolver el entuerto? ?Yendo a la comisar?a? ?La violencia s?lo engendra
violencia? No necesariamente. En Ludue?a funciona un Foro de Convivencia,
conformado por vecinos en el marco del proyecto Comunidades Justas y Seguras que
promueve la secci?n de Criminolog?a del Centro de Estudios e Investigaciones en
Derechos Humanos (Ceidh) de la facultad de Derecho de la UNR a partir de un
convenio con la Universidad de Toronto, Canad?. En los Foros de Convivencia -en
Rosario, adem?s del de Ludue?a, est? formado otro en villa Banana- se impulsa
otro modo de resolver los conflictos. "La idea no es juzgar, no es castigar; el
Foro no est? ah? para decir qui?n tiene raz?n y qui?n no sino para ayudar a que
las partes vayan resolviendo los conflictos. No se orienta sobre el pasado sino
sobre el futuro: qu? hacemos para que esto no se repita, para que lo que ocurri?
no se haga tan grave", explica Enrigue Font, abogado coordinador del
?rea de Criminolog?a del Ceidh.
La gente de Criminolog?a del Ceidh despliega -desde una
concepci?n que Quique llama Criminolog?a cr?tica en contraposici?n a la
administrativista- distintas l?neas de trabajo. Una de ellas tiene que ver con
la violencia policial. "El trabajo ah? se fue recortando en lo que nos parec?a
el aspecto m?s crudo y m?s duro: las ejecuciones sumarias, el uso extremo de la
violencia por parte de la polic?a -indica Quique-. Y eso implicaba
meterse con todo el conjunto de condiciones que lo hacen posible. Qu? hace que
un cana mate o no mate, que tiene que ver con lo que hacen los jueces, con lo
que hace el Ejecutivo, con c?mo se entrenan los polic?as, para qu? se los forma,
c?mo est? organizada la instituci?n. Tambi?n tiene que ver con qu? pasa despu?s
del hecho, qui?n lo banca y qui?n no lo banca, si pierden el cargo o no lo
pierden; las condiciones que promueven o dificultan determinado uso de la
fuerza. Siempre teniendo en claro una cosa: es imposible pensar una sociedad sin polic?a, sea
una sociedad capitalista, liberal o socialista.
No es
una instituci?n universal: apareci? en un momento hist?rico determinado, m?s
bien reciente, como tal; pero hoy est? consolidada. Se va a transformar, no va a
ser la misma dentro de 50 a?os, pero la polic?a est? para quedarse. Otra cosa
que est? clara es que un polic?a es sin?nimo de violencia siempre. Ac?, en
Canad?, en Suecia, en Colombia. Lo que cambia en cada espacio, en cada momento
hist?rico, es los grados de tolerancia, qu? es v?lido y qu? no. Pero siempre
est?s pensando en ejercicio de la fuerza cuando habl?s de polic?a. Incluso,
cuando pens?s en reforma policial -m?s all? de que la impulsamos, tratamos de
involucrarnos, de que las reformas se hagan- somos muy esc?pticos. Lo que vas a
estar trabajando es sobre regulaci?n de los niveles de violencia. Es por dem?s
de ingrato, pero es muy dif?cil pensar en la polic?a para la protecci?n de los
derechos de los ciudadanos. Eso est? bien, es una buena formulaci?n, pero lo que
est?s diciendo es que hay una forma de violencia que no va a ser tolerable, un
nivel que no va a ser tolerable. En la pr?ctica vas a estar trabajando siempre
sobre niveles de violencia. La cana es eso".
Quique se?ala que esa l?nea de trabajo sobre la
violencia policial llev? al ?rea de Criminolog?a del Ceidh a trabajar con la
gente, en el terreno:
"lo hicimos por seriedad
acad?mica -la criminolog?a como la vemos nosotros es una especialidad de la
sociolog?a- y tambi?n por convicci?n pol?tica: no est?bamos ah? para describir
el fen?meno y nada m?s sino para tratar de modificarlo y disminuir los impactos
m?s negativos. Y entonces se empez? dando un laburo con familiares de v?ctimas
de la violencia policial y tambi?n con los mecanismos que regulan la violencia:
no es la misma la situaci?n de la violencia policial hoy que hace cuatro a?os en
Rosario, porque ahora hay un conjunto de familiares de v?ctimas muy organizados,
con presencia. Hoy los medios lo cubren distinto, el tema tiene otra
representaci?n social. Incluso hay canales para denunciar que antes no hab?a. Adem?s, vimos en las ejecuciones sumarias una
de las cosas que aparecen como ambiguas del terrorismo de estado (la ejecuci?n
sumaria es terrorismo de estado, espor?dico, en democracia, no es masivo; pero
si es una pr?ctica sistem?tica es terrorismo de estado), un aspecto muy brutal,
es que lo que se hace tiene que ser p?blico y conocido.
Cuando relev?s casos ves que al pibe lo
fusilaron delante de cinco testigos y que cuando se reuni? el barrio los
polic?as siguieron armando como si nada el escenario de los hechos: sacan el
arma del ba?l, pegan un par de tiros, se la ponen al pibe, plantan las cosas.
Ese es uno de los elementos del terrorismo de estado: el
terror para que sea terror tiene que ser conocido.
Ahora bien, diferencialmente conocido. Tiene
que circular en determinado grupo. Y a la vez, esta otra cara de lo que es el
terrorismo de estado: que tiene que ser negado por el estado, funcionar de una
manera que permita decir que no fue una ejecuci?n sumaria, que fue un
enfrentamiento. Por qu?? Porque los jueces investigan y dicen que fue un
enfrentamiento. Y si el fen?meno no lo reconocen los jueces no hay fen?meno.
Entonces el trabajo tuvo que ver con estas dos cuestiones: c?mo enfrentar
esto? Por un lado hacer visible a un p?blico m?s general lo que tiene que
circular s?lo en determinado grupo y, a la vez, empezar a confrontar todos estos
niveles de negaci?n institucional y social respecto de que s? hay ejecuciones
sumarias y no enfrentamiento y si hubo enfrentamiento a alguien lo limpiaron
despu?s", completa Quique, que rescata como ejemplo de la labor de
difusi?n la serie de notas sobre ejecuciones policiales que el Ceidh viene
publicando desde hace un par de a?os en el peri?dico El Eslab?n.
A partir del trabajo descripto sobre la violencia
policial, desde mediados de los 90 los integrantes del ?rea de Criminolog?a del
Ceidh desarrollaron otra l?nea de estudio y acci?n al meterse con un tema que
Quique califica como "m?s complicado", que es la seguridad. "Diez a?os de
pol?tica brutal de exclusi?n generan situaciones como la que tenemos hoy: un
real aumento de la violencia, un real aumento de los delitos. Entonces el debate
empieza a cambiar el eje: vos no pod?as hablar de violencia policial si no te
animabas a dar un debate en el campo m?s amplio de la seguridad -arranca
Quique-. Empezamos una l?nea de estudio de distintas formas de lo que nosotros
llamamos gobierno de la seguridad: qu? actores intervienen, c?mo intervienen.
Podemos dar la discusi?n de cu?les son las causas del delito, porque no se puede
solucionar en un mes lo que se produjo en diez a?os y demora treinta a?os en
resolverse. Es una tragedia social que se produce en poco tiempo pero le jode la
vida a dos generaciones y no la remont?s f?cil. Y nos jugamos a una cosa (y ah?
nos conectamos con colegas de afuera) que fue decir que hay mecanismos
democr?ticos de gestionar la cuesti?n de la seguridad. No dejando de reconocer
que las soluciones tienen que ver con transformaciones socio culturales muy
profundas para revertir la exclusi?n y la pobreza; pero a?n en este contexto, en
los lugares donde aparecen los estereotipos de la inseguridad hay laburos que se
pueden hacer. Ah? empez? el laburo en villa Banana y en Ludue?a, con la gente de
la Universidad de Toronto, que est? haciendo un trabajo de la transici?n
democr?tica en Sud?frica que se llama proyecto Comunidades Justas y Seguras, con
dos l?neas bien claras: una, el desarrollo de un modelo de autogesti?n en
resoluci?n de conflictos no violenta, pensando en todas las condiciones que
producen para adentro de un barrio disoluci?n, violencia, y que adem?s
posibilitan intervenci?n policial, que es una intervenci?n que va a arruinar la
cosa. Y a la vez, dar una disputa intelectual y pol?tica en el contexto del
neoliberalismo, porque el neoliberalismo te trae inseguridad y despu?s te da el
derecho y la capacidad de comprar la seguridad, con la empresa de seguridad
privada, con el vigilante en la puerta del edificio. Entonces tambi?n fue esa
disputa: si algunos pueden gestionar su seguridad en este contexto tan duro,
otros tambi?n pueden hacerlo de la manera que les resulte m?s conveniente, menos
da?ina, y no con la cana entrando a meterles palo cada vez que hay un robo
de una bicicleta. Esto empez? en noviembre de 2000 y ten?a un aspecto, que es el
que menos se desarroll?, que es un trabajo sobre las agencias del estado para
que fuesen permisivas, pudieran soportar y promover este tipo de laburo de
autogesti?n; y no s?lo sobre las que tienen responsabilidad en seguridad, como
la polic?a y el ministerio de gobierno de la provincia. La l?gica nuestra fue
que como queremos un modelo de gobierno de la seguridad que sea un poco m?s
amplio tratamos de establecer convenios con el municipio, con la provincia y a
nivel nacional. Con la provincia no pas? nada porque nos agarr? a full la
gesti?n Reutemann, con una pol?tica opuesta, aunque s? hubo un trabajo con la
defensor?a del pueblo, ?nico organismo a nivel provincial que acompa??. La que
acompa?o fuerte fue la municipalidad, que nos sorprendi?, y tambi?n hubo apoyo
de un par de programas a nivel nacional" relata Quique. Y agrega: "la seguridad es una ventana que permite formas de democracia
participativa en la base. Y el proyecto Comunidades Justas y Seguras y los Foros
de Convivencia est?n pensados como un modelo que permita movilizar
organizadamente saberes y capacidades locales para confrontar un problema. Nadie
sabe mejor que quien sufre el problema, quien vive en el lugar, ciertos
mecanismos, ciertas formas de regularlo; pero a la vez reconociendo que no toda
movilizaci?n de saberes locales es deseable, que a veces produce monstruos.
Siempre hacemos el chiste: qu? nivel m?s intenso de participaci?n comunitaria en seguridad que
el linchamiento.
Te moviliza a todo el mundo, es una
pr?ctica de seguridad, pero sumamente indeseable. Entonces planteamos como
desarrollar los saberes de una manera que est? regulada por una serie de
principios. Son pautas para el trabajo, dejan claro que la idea no es juzgar, no
es castigar, que el foro no est? ah? para decir qui?n tiene raz?n y qui?n no
sino para ayudar a que las partes vayan resolviendo los conflictos. No se
orienta sobre el pasado sino sobre el futuro, que hacemos para que esto no se
repita, para que lo que ocurri? no se haga tan grave. Es totalmente consensual,
participa el que quiere. Alguno de los que tiene el problema o un vecino se lo
lleva a una integrante del Foro, facilitadora le decimos, y el Foro sigue un
ritual sumamente establecido para garantizar que se cumplan los principios: lo
primero es entrevistar a ambas partes, para decirles que est? el foro
disponible, contarles de qu? se trata y ver qu? fue lo que pas? para una
cuesti?n que es central: tratar de determinar con las partes a qui?n invitar
para tratar de resolver el conflicto. Lo que sigue despu?s es lo que se llama la
reuni?n de resoluci?n en donde se juntan las partes y los que pueden ayudar a
resolver. O sea, los facilitadores no son los que resuelven el conflicto, son
los que tienen la habilidad de movilizar saberes y estos saberes y estas
capacidades van a cambiar. En un problema entre vecinos los cuatro o cinco
vecinos de alrededor de los que tienen el conflicto van a ser los que est?n en
mejores condiciones de solucionar. Lo que termina ocurriendo cuando las
resoluciones son exitosas es que el conflicto se ampl?a y se abordan problemas
m?s generales. En villa Banana hubo un conflicto grande entre dos familias
porque una le tiraba toda el agua de la ropa a la otra, una se?ora se cay? por
el agua, iba a terminar todo a pu?etes, mal. Se hace la reuni?n y queda claro
que el problema es que la zanja estaba tapada y no hab?a desag?e, pero en la
reuni?n, como invitaron a vecinos de nueve casas de alrededor, se descubre que
el problema era de todos, de lo que se podr?a llamar la manzana, y la resoluci?n
fue construir un sistema de desag?es informal, como se hace en la villa,
para el total de viviendas que estaban all?. La gente que decidi? como hacerlo
lo sab?a".
En cuanto al conflicto en Ludue?a relatado al comienzo
de esta nota, Quique cuenta que "se resuelve entre ellos porque terminan
marcando el gran problema de falta de espacios de esparcimiento. Y lo que se
termina armando, porque los espacios no se consiguieron nunca, es tres equipos
de f?tbol de Ludue?a que participan de un torneo entre distintos barrios
organizado por Hijos. A trav?s del torneo consiguen una cancha y el
conflicto cambia totalmente de naturaleza. Qued? claro que el tema no era que
los pibes son, como dec?a una parte del barrio, hijos de los villeros que no los
educan, sino que no hab?a lugar. Los mismos vecinos m?s viejos reconocen que
cuando ellos eran chicos hab?a un mont?n de campo en el barrio, ten?an lugar. Se
empieza a cambia el foco. Y va quedando claro que para lograr determinados fines
ten?s que tener mecanismos, sino no lo vas a conseguir. Si los Foros de
Convivencia s?lo mandaran a cuatro facilitadoras a resolver los conflictos en
dos a?os ten?s una capa de expertos y no democratizaste un carajo la resoluci?n
de conflictos. Lo resolviste, tal vez de una manera deseable, con una mediaci?n
bien hecha, no culpando, pero vas limitando la capacidad de las personas. La
idea es empezar a ver c?mo sos facilitador de otros procesos".
Para contactarse:
CEIDH /Facultad de Derecho - Universidad Nacional de Rosario
C?rdoba 2020,
1er. Piso - C.P. 2000 - Rosario
Provincia de Santa Fe - Rep?blica
Argentina
e-mail: ceidh@fder.unr.edu.ar
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