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Sue?os de una cooperativa que junto a otras organizaciones, se anima a plantear una verdadera revoluci?n: una econom?a que le haga frente al capitalismo. ?Ser? posible? Las croquetas con roquefort se desgranan dulcemente. Saboreo un vino elaborado por una cooperativa de Cafayate: Trasoles. El aroma de las pizzetas integrales refrescan el aire de la casona donde actualmente se encuentra la Cooperativa Mercado Solidario. Abunda el escabeche del Mocase y tambi?n, la yerba de palo Quiqueman y Tritrayj?, elaborada por fuera de los grandes monopolios yerbateros. Acordes de guitarra sonorizan el encuentro. El festejo de cumplea?os re?ne a una gran cantidad de productores y consumidores que celebran, juntos, la existencia y resistencia de otra econom?a en Argentina. Otra econom?a posible. Diez a?os atr?s, la crisis generaba nuevas formas de intercambiar y comercializar productos. Alternativas de un mercado autogestivo y esencialmente creativo y solidario: nac?a el trueque y con ?l, Mercado Solidario, un lugar donde las posibilidades de hacer se multiplican en cada producto elaborado artesanalmente. ?? nos propusimos el intercambio del trabajo propio por el mismo valor del trabajo del otro, la asociaci?n libre de los productores y prestadores participando igualitariamente en el interior de un mercado donde todos tienen voz y voto en asambleas peri?dicas. Este es el motivo por el que llamamos Solidario a nuestro Mercado de intercambio.? El fen?meno del trueque surge como respuesta a la exclusi?n provocada por las pol?ticas neoliberales. Tuvo su explosi?n luego de 2001 y fue decayendo a?os posteriores, cuando los propios atravesamientos del capitalismo desvirtuaron el esp?ritu con el cual hab?a surgido. Quienes hoy integran Mercado Solidario fueron part?cipes de esta experiencia. El trueque fue el primer espacio de encuentro social y pol?tico de un gran grupo de personas que m?s tarde conform? la cooperativa. Estuvieron en sus comienzos y tambi?n, cuando las limitaciones de esta experiencia decretaban su final. Sin embargo, la creatividad y la solidaridad fue m?s fuerte. Tiempo despu?s, otro tipo de trueque vuelve a nacer de la mano de Mercado Solidario y de otras organizaciones sociales que decidieron rescatar su esencia. Roberto Garc?a se aparta por un momento de la fiesta. Mientras seguimos degustando productos de la econom?a social, rese?a: - El trueque tal como lo conocimos en el 2001 ya no existe m?s. Fue un fen?meno social que tuvo un nacimiento, un crecimiento y una muerte. Muri? una forma del trueque que es la forma que no logr? ir m?s alla de su propio l?mite original. En su momento instituyente, el trueque fue un fen?meno con mucha potencia, en la medida en que un grupo de personas bastante golpeadas socialmente y con muchas necesidades econ?micas se pusieron a trabajar en un movimiento que les permit?a encontrarse con otros en la misma situaci?n. Fue un lugar de encuentro social.- Y adem?s, un espacio que desafi? las leyes del mercado capitalista. El trueque invent? una moneda social para intercambiar entre s?. Estableci? sus propias reglas de funcionamiento y se constituy? en una econom?a alternativa, donde todos los productores ten?an la posibilidad de intercambiar sus productos. - Fue un movimiento social tendiente a la experimentaci?n del cambio social -, apunta Roberto, convencido de la potencialidad revolucionaria que supo tener el trueque en sus comienzos. Sin embargo, la masividad que adquiri? lo condujo inevitablemente a su propia limitaci?n. Los vicios del capitalismo y los aspectos burocr?ticos que adquiri? en su forma organizativa lo transformaron en un tipo de mercado que reproduc?a la desigualdad del mercado competitivo. - ?Por qu? se desvirtu??, pregunto. - Porque quienes ?bamos, llev?bamos a ese encuentro una cantidad de alienaciones que hicieron que en el trueque se reprodujeran muchas de las inmundicias del sistema capitalista.-, sentencia uno de los fundadores de la cooperativa Mercado Solidario. Cobrar una entrada en moneda corriente para participar del trueque o utilizar cr?ditos con otro valor social fueron algunos de los mecanismos que comenzaron a aparecer. Dice Roberto: - Los coordinadores cobraban un peso en dinero corriente para que cada uno pudiera ingresar con la excusa de que con eso se pagaba la cuesti?n organizativa. Apareci? tambi?n la especulaci?n y la inflaci?n. El trueque se pudri? por dentro. - Para recuperarlo, algunas organizaciones tomaron la posta. Decidieron ?crear anticuerpos? y aprender haciendo. Se crearon nuevas reglas: realizar la organizaci?n de manera ad honorem, limitar el ingreso al trueque ?nicamente para productores directos y as? evitar la reventa, crear una moneda social diferente y propia. Claro que esto tuvo su consecuencia: tuvieron que apartarse de la red nacional del trueque y conformar un nodo propio, mucho m?s peque?o. Nace el Club del Trueque que, al d?a de hoy, se desarrolla todos los primeros s?bados de cada mes. - Sab?amos que no era lo mismo y no pudimos convencer a muchos. No logramos extender esta idea igualitaria y no capitalista dentro del trueque pero pudimos mantenerla al interior nuestro y nos sirvi? de base para extendernos en otros proyectos: en armar emprendimientos productivos, asociativos, sin patr?n, autogestivos, armamos la cooperativa, inventamos el trueque entre organizaciones que trabajan sin patr?n, y por eso empez? la Red de Comercio Justo del Litoral,- que hoy integra Mercado Solidario, Editorial Ultimo Recurso, Poriajh?, las hilanderas de Lalen, La Verdecita, la Asamblear?a de Buenos Aires y la Asociaci?n de Familias con Identidad Huertera de La Banda. Con el club del trueque, los integrantes de la cooperativa celebran la posibilidad de seguir trocando no solo productos o servicios, sino, fundamentalmente, saberes. "Retomamos la alegr?a de juntarnos a trocar entre productores y prestadores de servicios de la cooperativa y trocadores que nos visiten. All? revivimos y vivimos el encuentro de aquellos a?os dif?ciles". Desaf?os y el trueque como motor de cambio Seguimos en la charla. A nuestro alrededor, contin?a la fiesta. Comida en abundancia, amigos que se encuentran, personas que compran dulces, tejidos, pasas de uva, salames del frigor?fico de Vera, quesos y cervezas artesanales. Todo en un mismo lugar. La cooperativa estuvo en sus comienzos en la vieja casa de barrio Pichincha. Con esfuerzo, los socios levantaron ladrillos, arreglaron paredes, decoraron el ambiente y construyeron un hogar propio. Desde el a?o pasado, se encuentra en la sede del CIR. All? tambi?n supieron crear un espacio con identidad, un verdadero refugio de la econom?a social. Aqu?, el tiempo se detiene en microsc?picas producciones de organizaciones y productores indepentientes. Hay de todo: productos alimenticios, ropa, libros, jabones, cremas. El lugar se ensancha en la mirada, se agranda aun mas cuando las conversaciones llevan, inevitablemente, a replantearse los modos del consumo actual. - En s? mismo, el movimiento de la Econom?a solidaria o autogestiva no necesariamente va a dar como resultado la apertura de un camino hacia otras formas econ?micas, sociales, diferenciales al capitalismo. Esos cortes hay que gestarlos, no nacen solos-, apunta Roberto. ?A qu? se refiere? Algo tan simple como complejo: no solamente producir con criterios autogestivos, sino tambi?n, distribuir y consumir bajo los mismos patrones. Un desaf?o que alcanza a su vez, a los movimientos sociales en su amplia diversidad. - ?Qu? es una verdadera economia solidaria?, - pregunta Roberto. La respuesta plantea m?s interrogantes. - Es una econom?a que no solamente produce con criterios solidarios, sino que distribuye de manera solidaria. ?Qu? sentido tiene que una fabrica recuperada produzca de manera autogestiva si lo que produce lo vuelca al mercado capitalista, a un supermercado chino o al Coto?. Esto no significa que no sigamos vendiendo a ese mercado porque hay que subsistir, pero hay que hacer este otro corte, intentar ir un poco m?s alla, distribuir de manera solidaria, a eso nosotros le llamamos nodo de distribuci?n solidario.- El consumo es parte del mismo problema y a su vez, de una gran paradoja. Producir sin patr?n pero, como contrapartida, consumir en las grandes cadenas de Supermercados. ?A ese corte nos referimos? destaca Roberto con insistencia. Para la cooperativa, formar parte de una Red de Comercio Justo es uno paso necesario para articular producci?n, distribuci?n y consumo solidario y autogestivo que implica, adem?s, el respeto por el medio ambiente y la no explotaci?n de mano de obra. En ese sentido, la cooperativa organiza trueques junto con las organizaciones de la Red. Stella nos cuenta que hay de dos tipos: los de productores independientes y los de organizaciones sociales de todo el pa?s que supone, a su vez, una discusi?n en asambleas. Luego, Roberto contin?a: - Hay que empezar a tramar, a esto lo llamamos el consumo organizado, a diferencia del consumo individual, aislado y alienado. La dificultad principal es esta: hay que ver que hacemos para tramar esos intercambios pol?ticos, sociales, con los que son iguales a nosotros. Y preguntarnos: ?Qu? hago con mi consumo?.- Son cerca de las 12 de la noche. Pas? la fiesta y quedan los socios que luego de un gran festejo, vuelven a so?ar con el trabajo de cada d?a. A seguir laburando, como se dice en la calle. Las ?ltimas palabras de los compa?eros de la cooperativa resuenan en la cabeza. - Nosotros pensamos que el balance va a empezar a cerrarse en la medida en que muchas organizaciones consumamos lo que produce nuestro compa?ero. De esa manera vamos a lograr una verdadera estructuraci?n superior de la econom?a alternativa. Que as? sea. Haciendo el guiso entre todos   Publicado el: 18/04/2012 Por Maria Cruz Ciarniello. Categor?as: Econom?a Solidaria / Documento enREDando.org.ar Comunidades en Red Coment? esta nota
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