Muchas veces el exceso de met?foras y frases hechas hace que hechos
realmente dram?ticos pierdan el peso que realmente tienen. Tal vez este pueda
ser el caso con respecto a lo ocurrido en la capital provincial pero
ocurre que cuando un@ entra y recorre Santa Fe llega a la conclusi?n
de que las palabras no alcanzan para describir una especie de pared de
mosaicos, donde cada bloque es un tema espeso y complicado de dif?cil
soluci?n: desde el tema crucial de resolver la vida en lo cotidiano hasta la
articulaci?n de esfuerzos para organizar las demandas frente a un estado que
sigue montando una obra teatral para probar que, como el sol, aunque no lo
veamos siempre est? ( para bien o para mal).
Intentar contar c?mo est? Santa Fe a un mes del alegado "desastre natural"
supone describir como si fueran fotos puestas una al lado de la otra, ciertas
peque?as escenas que tienen una profundidad conmovedora. Las palabras se
adelgazan y pierden toda referencia, nunca parecen ser suficientes...
Foto 1: La marca que deja el agua en las paredes de las casas quedar? por
mucho tiempo como signo fuerte de hasta d?nde afect? en cada hogar el paso de
las aguas. Mirando sin ver la marca por fuera, un matrimonio joven intenta abrir
la puerta de su casa despu?s de un tiempo (?un mes?) de no estar en ella. Las
caras son indescriptibles. Nos sentimos tentados de sacar "esa buena foto", pero
la piedad es m?s fuerte. Les tiemblan las manos, no pueden embocar la llave en
la cerradura, logran abrir la puerta y adentro, el infierno en casa.
Foto
2: A la escuela Monse?or Zaspe bien podr?a haberle ca?do una de esas
bombas que destruyen todo rastro de vida y dejan en pie las paredes y techos.
Porque solo qued? eso: salones arrasados, charcos de agua a?n en los pisos, los
murales de los chicos deste?idos por el agua, el port?n desvencijado como si le
hubiera pasado una multitud por encima, un in?til candado que intenta preservar
la nada. En el medio del pasillo, en el piso, una m?quina de escribir
solita como resisti?ndose a dejarse llevar. En la puerta de la escuela sobre la
calle, una monta?a de pizarrones, armarios, bancos herrumbrados y destrozado,
animales muertos, cortinas, ropa... y el olor a humedad que dif?cilmente
abandonar? la escuela a?n cuando retome la "normalidad" como supone el ministro
Germano, a quien el agua no le lleg?... todav?a.
Foto 3: La sede del
Partido Justicialista est? en pleno centro. Son tres pisos con ciertas
comodidades relativas, si se las compara con las carpas al aire libre. Por unos
d?as alojaron a unas cuantas familias evacuadas y un buen d?a le dijeron que
ten?an que irse a otro lado. Cuando pasamos el s?bado, el edificio inmenso
estaba vac?o. Y en septiembre parece que va a haber elecciones.
Foto 4:
Cualquier techo es un buen lugar para armar un centro de evacuados. Un inmenso
galp?n sin paredes alberga a varias familias que intentan una privacidad in?til
con algunas bolsas de nylon o lonas, similares a las divisiones en los
hospitales. Afuera (como si pudiera definirse un adentro y un afuera), miles de
sogas tendidas ayudan a que se seque la ropa y los peluches de los chicos en un
cuadro fiel de c?mo se intenta que la vida cotidiana regrese de alg?n modo,
aunque las condiciones de vida distan mucho de ser las ideales. El s?bado
todav?a no hac?a fr?o en Santa Fe. Cuando escribimos estas l?neas, de acuerdo
con la radio, hace 8 grados y sopla un fuerte viento del sur: sin paredes, en el
galp?n , la estar?n pasando muy mal.
Foto 5: El ej?rcito y la gendarmer?a se
est?n yendo de Santa Fe, tan de pronto como llegaron. La distribuci?n ahora est?
a cargo de veh?culos contratados que antes de llegar a los barrios son tomados
literalmente por asalto por los punteros partidarios de la zona, quienes se
encargan de repartirlos discrecionalmente de acuerdo a los m?ritos pol?ticos de
cada evacuado o evacuada. Son a?os de ma?as aprendidas y h?bilmente usadas en
beneficio de un@s poc@s, a
tono con las pol?ticas neoliberales que han actuado como marco general de
generaci?n de corrupci?n estructural. Tal vez la trama m?s macabra que ha
desnudado como nunca el paso de las aguas.
Foto 6: Est? claro para
todos que esto no fue una cat?strofe natural, que se podr?a haber evitado o al
menos que podr?a haber tenido consecuencias menos graves. Todos lo saben pero la
mayor?a de la gente afectada todav?a est? en estado de shock, tratando de ver
qu? va a comer ese d?a, d?nde va a dormir, si va a tener ropa para
ponerse, est?n inmersos en esas cosas...a nadie se le ocurre todav?a organizar
una demanda, que es leg?tima, al estado que evidentemente es responsable de lo
que ha pasado. Al menos por omisi?n o corrupci?n.
Foto 7: Un gran tema es el
saldo de muerte que dejar? esta tragedia. El gobierno insiste en que son 23 los
muertos, y no mueve el contador. El ministro Carranza s?lo
contabiliza a los muertos por ahogamiento, es decir, por la acci?n directa de
las aguas sobre los cuerpos. Nadie incluye en esa cifra los asesinados a tontas
y a locas la primera noche del inundaci?n cuando el ej?rcito y la gendarmer?a
ten?an que "velar por la seguridad": esas bajas figuran como muertos en
enfrentamientos (que evocan tiempos no tan idos) o como criminales en
actos de pillaje. Nadie incluye tampoco las personas que por no poder enfrentar
las consecuencias de haberlo perdido todo decidieron suicidarse. No se
contabilizan los muertos que encontraron los familiares en sus casas y que, por
respeto, simplemente velaron y enterraron sin hacer denuncia alguna. No se sabe
que pas? con los muertos que colmaban la morgue de Santa Fe y ya no est?n,
ni para qu? la municipalidad de Santa Fe hizo una compra de m?s de cien ata?des
si solo hay veintitr?s muertos..."Nadie sabe" significa "no se quiere informar,
no se quiere registrar, no se quiere reconocer la responsabilidad" No hay
modo de rotular, desde el microclima de los funcionarios, c?mo golpea el agua
las almas, los proyectos, las ilusiones, los a?os de trabajo y esfuerzo, por eso
no se anota y no se toma nota de todo esto.
Tal vez en este mosaico de fotos sombr?as falta el barniz que hace que a
duras penas sea menos oscuro y pesado : las muestras concretas de
solidaridad, el apoyo recibido desde lugares lejanos del pa?s (mientras
est?bamos en Santa Fe llegaron dos compa?eras de Mar del Plata con el auto
cargado de ropa, lavandina, frazadas...), la articulaci?n de redes de
informaci?n por fuera de los circuitos comerciales que permitieron responder a
necesidades m?s puntuales y dif?ciles de imaginar estando lejos y ,adem?s,
contar realmente lo que estaba pasando en Santa Fe ...
Dec?amos que no
hay palabras ciertas para pintar y compartir tanto dolor. Sin embargo, en un
intento por enunciar un estado de ?nimo necesario, comentaba una militante
social santafesina cuando, viendo que segu?an llegando cosas muy
imprescindibles y poco provistas por el estado ausente dec?a :"Cuando vemos todo
este apoyo, toda esta solidaridad sabemos que vamos a poder empezar de nuevo".
Cris Martinez
Para Enredando